¡Ay, Dios mío! Otra vez la tragedia golpea a nuestra familia costarricense. Esta vez, los incendios en Zapote y Desamparados nos dejaron un sabor amargo en la boca – tres angelitos y una mamá que ya no están con nosotros. Diay, cómo duele esto… Parece que estos acontecimientos se quieren agarrar de nosotros y no nos sueltan.
Y pa’ ponerle más carga al asunto, el Cuerpo de Bomberos nos recordó que en estas fiestas navideñas faltarán 26 personas que perdimos por fuego este año. Seis nenes, dos abueletas y dieciocho adultos. ¡Qué sal! Es como si la mala suerte estuviera echada contra nosotros. Uno piensa: 'A mí jamás me va a pasar', pero la realidad nos pega fuerte en la cara, ¿verdad?
Josué Lara, el vocero de Bomberos, soltó unas verdades bien fuertes: tenemos la manía de pensar que esto solo le pasa a otros. Creemos que somos inmunes, pero eso no existe. Es como cuando compramos lotería esperando ganar millonario y nos olvidamos de ahorrar un poquito todos los meses; así nos va con la seguridad en casa. No estamos preparados para una emergencia y eso es lo que nos está costando caro.
Ahora, muchos se preguntarán: ¿para qué sirve un detector de humo? Pues mira, no te va a impedir que se prenda el fuego, obvio, pero sí puede salvarte la vida. El detector no previene el incendio, sino que te avisa a tiempo para que puedas salir corriendo. Imagínate despertar en medio de la noche y no escuchar nada... Eso, mis amigos, es una sentencia de muerte. Ese pitido estridente te sacude y te da la oportunidad de reaccionar.
¿Dónde comprarlo? En cualquier ferretería decente, desde unos ocho mil colones. Un precio chiquito comparado con el valor de una vida, ¿no creen? El detector de humo, colocado estratégicamente en la entrada de los pasillos, en la sala y en los dormitorios (a unos tres metros de la cocina para que no se espante por la comida), puede marcar la diferencia entre vivir y no vivir. ¡Eso sí es cargar con responsabilidad!
Pero no basta con tener el detector, necesitamos un plan familiar. Lara recalcó que no hay refugio seguro dentro de la casa cuando hay un incendio. Escapar corriendo hacia el baño creyendo que el agua te protegerá es pura tontería, porque el fuego también trae consigo el humo, que es igual de letal. Mejor salir por el patio, incluso treparse al techo del vecino si tienes una escalera a mano. ¡Aprovechar la oportunidad, chunches!
Además, bomberos insiste en tener un extintor pequeño para controlar esos incendios que empiezan chiquitos, pero pueden crecer rápidamente. Y, crucialmente, priorizar la vida por encima de las cosas materiales. Lo material se repone, pero una vida perdida es irrecuperable. Ya pasó con la abuelita en Guadalupe, ¿recuerdan? Sacaban televisores y dejaban atrás a los familiares... ¡Qué pena ajena!
Así que, mi gente, reflexionemos sobre esto. ¿Tenemos detectores de humo en nuestras casas? ¿Hemos hablado con nuestros seres queridos sobre un plan de escape en caso de incendio? ¿Estamos realmente preparados para enfrentar una emergencia? Les pregunto: ¿Qué medidas prácticas podemos tomar HOY para aumentar la seguridad contra incendios en nuestros hogares y comunidades, y cómo podemos fomentar una cultura de prevención más sólida en Costa Rica?
Y pa’ ponerle más carga al asunto, el Cuerpo de Bomberos nos recordó que en estas fiestas navideñas faltarán 26 personas que perdimos por fuego este año. Seis nenes, dos abueletas y dieciocho adultos. ¡Qué sal! Es como si la mala suerte estuviera echada contra nosotros. Uno piensa: 'A mí jamás me va a pasar', pero la realidad nos pega fuerte en la cara, ¿verdad?
Josué Lara, el vocero de Bomberos, soltó unas verdades bien fuertes: tenemos la manía de pensar que esto solo le pasa a otros. Creemos que somos inmunes, pero eso no existe. Es como cuando compramos lotería esperando ganar millonario y nos olvidamos de ahorrar un poquito todos los meses; así nos va con la seguridad en casa. No estamos preparados para una emergencia y eso es lo que nos está costando caro.
Ahora, muchos se preguntarán: ¿para qué sirve un detector de humo? Pues mira, no te va a impedir que se prenda el fuego, obvio, pero sí puede salvarte la vida. El detector no previene el incendio, sino que te avisa a tiempo para que puedas salir corriendo. Imagínate despertar en medio de la noche y no escuchar nada... Eso, mis amigos, es una sentencia de muerte. Ese pitido estridente te sacude y te da la oportunidad de reaccionar.
¿Dónde comprarlo? En cualquier ferretería decente, desde unos ocho mil colones. Un precio chiquito comparado con el valor de una vida, ¿no creen? El detector de humo, colocado estratégicamente en la entrada de los pasillos, en la sala y en los dormitorios (a unos tres metros de la cocina para que no se espante por la comida), puede marcar la diferencia entre vivir y no vivir. ¡Eso sí es cargar con responsabilidad!
Pero no basta con tener el detector, necesitamos un plan familiar. Lara recalcó que no hay refugio seguro dentro de la casa cuando hay un incendio. Escapar corriendo hacia el baño creyendo que el agua te protegerá es pura tontería, porque el fuego también trae consigo el humo, que es igual de letal. Mejor salir por el patio, incluso treparse al techo del vecino si tienes una escalera a mano. ¡Aprovechar la oportunidad, chunches!
Además, bomberos insiste en tener un extintor pequeño para controlar esos incendios que empiezan chiquitos, pero pueden crecer rápidamente. Y, crucialmente, priorizar la vida por encima de las cosas materiales. Lo material se repone, pero una vida perdida es irrecuperable. Ya pasó con la abuelita en Guadalupe, ¿recuerdan? Sacaban televisores y dejaban atrás a los familiares... ¡Qué pena ajena!
Así que, mi gente, reflexionemos sobre esto. ¿Tenemos detectores de humo en nuestras casas? ¿Hemos hablado con nuestros seres queridos sobre un plan de escape en caso de incendio? ¿Estamos realmente preparados para enfrentar una emergencia? Les pregunto: ¿Qué medidas prácticas podemos tomar HOY para aumentar la seguridad contra incendios en nuestros hogares y comunidades, y cómo podemos fomentar una cultura de prevención más sólida en Costa Rica?
