¡Ay, Dios mío! Quién iba a pensar que la pura agricultura, esa que nos ha dado de comer a nuestros abuelos y bisabuelos, estaría perdiendo terreno así en la economía del país. Un estudio nuevo del Banco Central nos revuelca la pastela: ya no representa ni el 4,4% del PIB. Parece mentira, ¿verdad?
El Banco Central le dio un cambio de rosca a las cuentas nacionales, sacándolas del 2017 pa' ponerlas en el 2022. Eso quiere decir que ahora, cuando miden cosas como el Producto Interno Bruto, lo hacen con una imagen más fresca de cómo está la cosa. Y vaya si cambió la cosa. Según Henry Vargas, director de Análisis de Datos del BCCR, esto nos permite ver cómo cambian las influencias de cada industria. No significa que estén desapareciendo, sino que simplemente crecen a un ritmo más lento que el resto.
Imagínate, mientras la agricultura va bajando poquito a poco, otros sectores como la manufactura (especialmente la de dispositivos médicos, ¡qué carga!) y las profesiones, están creciendo a pasos agigantados. Eso demuestra que Costa Rica se está especializando, con muchas empresas metidas de lleno en las zonas francas. Roger Madrigal, el presidente del Banco Central, también lo confirmó: la manufactura estaba medio apagada, pero ahora parece que se está reanimando.
Y hablando de productos, ahí viene otro golpe. Nuestros famosos bananos y piñas, esos que vendemos a todos lados, ya no pesan tanto dentro de la producción agrícola. En cambio, otras cositas como el ganado y la palma africana han ido ganando fuerza. ¡Mira qué locura!, la palma africana casi se fue al traste hace unos años, pero luego vino el problema de la guerra entre Rusia y Ucrania, los precios de los aceites subieron como espuma, y eso le dio un empujoncito pa’ volver a crecer. Ahora es la cuarta actividad más importante en la agricultura, ¡tremendo!
Pero no todo es tan simple. Con estos cambios, el Banco Central tuvo que corregir algunas cifras. Resulta que el PIB del 2022 era un poquito menor de lo que pensábamos originalmente. Subió de ¢44,8 billones a ¢45,9 billones, un aumento del 2,5%. Pero ojo, recalcan que no es porque la economía haya crecido extra, sino porque ahora tenemos números más precisos. ¡Un ajuste, vamos!
Para que te hagas una idea, aquí te va un resumen de cómo está distribuida la economía actualmente: Agricultura (4,4%), Manufactura (15,7%), Servicios Públicos (2,8%), Construcción (4,0%), Comercio (9,9%), Transporte (4,8%), Alojamiento (2,8%), Comunicación (5,7%), Actividades Profesionales (13,8%), Enseñanza y Salud (14,2%) y Otros Servicios (22,0%). Una maraquita de actividades, ¿eh?
Lo que me preocupa es si esto significa que vamos a dejar de valorar nuestra raíz campesina. ¿Qué pasa con los pequeños productores, los que le ponen el hombro día tras día para darle de comer al país? Se necesita un plan pa’ apoyarles, porque sino, ¿quién va a seguir produciendo nuestras frutas y verduras frescas? Esta transformación económica nos exige replantearnos muchas cosas, mi pana.
Ahora, dime tú, ¿crees que Costa Rica debería enfocarse más en impulsar la agricultura tradicional, incluso si eso significa sacrificar parte del crecimiento en otros sectores? ¿O deberíamos abrazar completamente este camino hacia la especialización tecnológica, dejando atrás el campo? ¡Déjame leer tus opiniones en el foro, que tengo curiosidad por saber qué piensas!
El Banco Central le dio un cambio de rosca a las cuentas nacionales, sacándolas del 2017 pa' ponerlas en el 2022. Eso quiere decir que ahora, cuando miden cosas como el Producto Interno Bruto, lo hacen con una imagen más fresca de cómo está la cosa. Y vaya si cambió la cosa. Según Henry Vargas, director de Análisis de Datos del BCCR, esto nos permite ver cómo cambian las influencias de cada industria. No significa que estén desapareciendo, sino que simplemente crecen a un ritmo más lento que el resto.
Imagínate, mientras la agricultura va bajando poquito a poco, otros sectores como la manufactura (especialmente la de dispositivos médicos, ¡qué carga!) y las profesiones, están creciendo a pasos agigantados. Eso demuestra que Costa Rica se está especializando, con muchas empresas metidas de lleno en las zonas francas. Roger Madrigal, el presidente del Banco Central, también lo confirmó: la manufactura estaba medio apagada, pero ahora parece que se está reanimando.
Y hablando de productos, ahí viene otro golpe. Nuestros famosos bananos y piñas, esos que vendemos a todos lados, ya no pesan tanto dentro de la producción agrícola. En cambio, otras cositas como el ganado y la palma africana han ido ganando fuerza. ¡Mira qué locura!, la palma africana casi se fue al traste hace unos años, pero luego vino el problema de la guerra entre Rusia y Ucrania, los precios de los aceites subieron como espuma, y eso le dio un empujoncito pa’ volver a crecer. Ahora es la cuarta actividad más importante en la agricultura, ¡tremendo!
Pero no todo es tan simple. Con estos cambios, el Banco Central tuvo que corregir algunas cifras. Resulta que el PIB del 2022 era un poquito menor de lo que pensábamos originalmente. Subió de ¢44,8 billones a ¢45,9 billones, un aumento del 2,5%. Pero ojo, recalcan que no es porque la economía haya crecido extra, sino porque ahora tenemos números más precisos. ¡Un ajuste, vamos!
Para que te hagas una idea, aquí te va un resumen de cómo está distribuida la economía actualmente: Agricultura (4,4%), Manufactura (15,7%), Servicios Públicos (2,8%), Construcción (4,0%), Comercio (9,9%), Transporte (4,8%), Alojamiento (2,8%), Comunicación (5,7%), Actividades Profesionales (13,8%), Enseñanza y Salud (14,2%) y Otros Servicios (22,0%). Una maraquita de actividades, ¿eh?
Lo que me preocupa es si esto significa que vamos a dejar de valorar nuestra raíz campesina. ¿Qué pasa con los pequeños productores, los que le ponen el hombro día tras día para darle de comer al país? Se necesita un plan pa’ apoyarles, porque sino, ¿quién va a seguir produciendo nuestras frutas y verduras frescas? Esta transformación económica nos exige replantearnos muchas cosas, mi pana.
Ahora, dime tú, ¿crees que Costa Rica debería enfocarse más en impulsar la agricultura tradicional, incluso si eso significa sacrificar parte del crecimiento en otros sectores? ¿O deberíamos abrazar completamente este camino hacia la especialización tecnológica, dejando atrás el campo? ¡Déjame leer tus opiniones en el foro, que tengo curiosidad por saber qué piensas!
