¡Ay, mae! Resulta que la Onda Tropical 40, esa que venía tranquila pasito a pasito, anda haciendo movimientos raros y el Instituto Meteorológico Nacional (IMN) ya nos tiene todos con el corazón en la garganta. Parece que esta onda se quiere poner bravucona y hasta le andamos temiendo a que se convierta en ciclón la otra semana. ¡Qué despiche!
Según el Centro Nacional de Huracanes (NHC), esta vaina, que ahorita está tirada ahí en el Caribe oriental, tiene un 60% de probabilidad de convertirse en ciclón en los próximos siete días. Siete días, diay... eso no es mucho tiempo para prepararse si las cosas se ponen feas. En las primeras 48 horas apenas un 10%, pero bueno, mejor prevenir que lamentar, como dicen por acá.
El IMN explica que, analizando los modelos numéricos y todo ese rollo técnico, entre el 23 y el 26 de octubre podríamos ver nacer una depresión tropical. Pero ojo, recalcan que esto depende de cómo esté el ambiente, si se mantienen las condiciones favorables. Si se arma el huracán, será cuestión de ponernos las pilas y revisar esos planes de emergencia que muchos dejamos olvidados en un cajón.
Por el momento, no nos afecta directamente, dice el IMN en su comunicado. La zona de mayor peligro está más bien hacia el este del Caribe. Pero claro, sabemos muy bien que estos fenómenos son impredecibles y pueden cambiar de rumbo rapidísimo. Uno nunca sabe cuándo va a caer una buena lluvia torrencial o un viento que te levante el tejado, ¿eh?
Y es que el Caribe, como todos saben, es terreno fértil para estas tormentas, especialmente entre octubre y noviembre. Las aguas calientitas de este tiempo les dan justo lo que necesitan para crecer y hacerse más fuertes. ¡Qué carga! Cada año tenemos que aguantarnos el albedrío del clima y rezarle a San Isidro Labrador para que nos proteja.
El IMN promete mantenernos informados de cualquier novedad que surja. Van revisando la onda tropical día y noche para ver qué pinta tiene y avisarnos si hay que empezar a preocuparnos de verdad. Así que toca estar pendientes de sus pronósticos, escuchar las noticias y tener a mano los kits de emergencia con agua, comida y linterna. Mejor prevenir que andar buscando velas en medio de la oscuridad.
Ahora, hablando de otras vainas, mientras esperamos a ver qué hace la onda tropical, también tenemos que lidiar con otros problemas, como los precios altos de la gasolina y el aumento del costo de vida. ¡Un brete lo que estamos viviendo! Entre tormentas naturales y económicas, parece que nunca podemos descansar en esta tierra bendita. Y ni hablar de los mensajes de odio que andan circulando en redes sociales, el TSE ya está denunciando eso, qué pena.
En fin, vamos viendo cómo sigue la cosa con la Onda Tropical 40. Espero que se disipe rápido y no nos traiga mayores complicaciones, pero como decimos por acá, con el clima uno nunca puede estar seguro. Con todo esto, me pregunto: ¿Ustedes creen que las autoridades deberían invertir más en sistemas de alerta temprana y educación sobre preparación para desastres naturales, o la prevención queda relegada a segundo plano frente a otras prioridades?
Según el Centro Nacional de Huracanes (NHC), esta vaina, que ahorita está tirada ahí en el Caribe oriental, tiene un 60% de probabilidad de convertirse en ciclón en los próximos siete días. Siete días, diay... eso no es mucho tiempo para prepararse si las cosas se ponen feas. En las primeras 48 horas apenas un 10%, pero bueno, mejor prevenir que lamentar, como dicen por acá.
El IMN explica que, analizando los modelos numéricos y todo ese rollo técnico, entre el 23 y el 26 de octubre podríamos ver nacer una depresión tropical. Pero ojo, recalcan que esto depende de cómo esté el ambiente, si se mantienen las condiciones favorables. Si se arma el huracán, será cuestión de ponernos las pilas y revisar esos planes de emergencia que muchos dejamos olvidados en un cajón.
Por el momento, no nos afecta directamente, dice el IMN en su comunicado. La zona de mayor peligro está más bien hacia el este del Caribe. Pero claro, sabemos muy bien que estos fenómenos son impredecibles y pueden cambiar de rumbo rapidísimo. Uno nunca sabe cuándo va a caer una buena lluvia torrencial o un viento que te levante el tejado, ¿eh?
Y es que el Caribe, como todos saben, es terreno fértil para estas tormentas, especialmente entre octubre y noviembre. Las aguas calientitas de este tiempo les dan justo lo que necesitan para crecer y hacerse más fuertes. ¡Qué carga! Cada año tenemos que aguantarnos el albedrío del clima y rezarle a San Isidro Labrador para que nos proteja.
El IMN promete mantenernos informados de cualquier novedad que surja. Van revisando la onda tropical día y noche para ver qué pinta tiene y avisarnos si hay que empezar a preocuparnos de verdad. Así que toca estar pendientes de sus pronósticos, escuchar las noticias y tener a mano los kits de emergencia con agua, comida y linterna. Mejor prevenir que andar buscando velas en medio de la oscuridad.
Ahora, hablando de otras vainas, mientras esperamos a ver qué hace la onda tropical, también tenemos que lidiar con otros problemas, como los precios altos de la gasolina y el aumento del costo de vida. ¡Un brete lo que estamos viviendo! Entre tormentas naturales y económicas, parece que nunca podemos descansar en esta tierra bendita. Y ni hablar de los mensajes de odio que andan circulando en redes sociales, el TSE ya está denunciando eso, qué pena.
En fin, vamos viendo cómo sigue la cosa con la Onda Tropical 40. Espero que se disipe rápido y no nos traiga mayores complicaciones, pero como decimos por acá, con el clima uno nunca puede estar seguro. Con todo esto, me pregunto: ¿Ustedes creen que las autoridades deberían invertir más en sistemas de alerta temprana y educación sobre preparación para desastres naturales, o la prevención queda relegada a segundo plano frente a otras prioridades?