¡Ay, Dios mío! Qué torta lo que pasó ayer en Hatillo. Resulta que Daniel González, nuestro colega de CR Hoy, estaba haciendo su trabajo, cubriendo un allanamiento liderado por la Fiscalía y la Policlínica Criminal (PCD), cuando un oficial, vamos a decirlo clarito, se fajó con él y le tiró al suelo el celular. Un despache monumental que pone en tela de juicio toda la actuación policial y, sobre todo, el respeto por la libertad de prensa. ¡Esto no se puede seguir permitiendo!
El Colegio de Periodistas y Profesionales en Ciencias de la Comunicación (Colper) salió con toda a reclamarle al Gobierno. Yanancy Noguera, la presidenta del Colper, no se anda con rodeos: dice que este incidente, sumado a lo que pasó con los periodistas en la marcha de los agricultores hace poco, pinta feo. Hay un patrón preocupante, señores, donde parece que la Fuerza Pública no respeta el rol de la prensa como contrapeso del poder. Es evidente que hay una falla grave en los protocolos y una falta de voluntad institucional para solucionar el problema.
“Estamos viendo cosas muy feas, mae,” comentó Noguera en entrevista con CR Hoy. “En menos de un mes tenemos estos dos casos: el de Daniel y el de la marcha. Ahí, entre medio de la movilización y las acciones –y aclaro, no justificamos nada– de la Fuerza Pública contra los manifestantes, también golpearon a periodistas. Esto demuestra que no es un hecho aislado. Estamos hablando de un problema serio de protocolos y de cómo actúa la policía frente a situaciones donde el trabajo de la prensa debe estar protegido.” ¡Menuda responsabilidad tienen los oficiales!
Lo cierto es que la prensa tiene el derecho, y la obligación, de informar sobre lo que pasa. Ya sea en una entrevista formal o en medio de un operativo policial como este, nosotros somos los ojos y oídos de la gente. Como bien puntualizó Noguera, la prensa no se va a asustar ni a censurarse por andar metiéndose en temas espinosos. Ese es nuestro brete, nuestra chamba. Y que la policía entienda eso, ¡por favor!
Según relató González, estaba documentando el allanamiento en Hatillo, a una distancia prudencial de la zona de la detención, cuando el oficial se acercó a él, visiblemente enfadado. Le indicó que no podía grabar y, acto seguido, le arrojó el celular al suelo y lo golpeó con su arma. Después le dijo unas cosas que no alcanzó a entender, y luego apareció otro oficial que, con su arma también, siguió golpeando el dispositivo. ¡Qué barbaridad! ¡Un exceso de autoridad flagrante!
Y ojo, que esto no es nuevo. El 11 de noviembre, durante la gran marcha de educadores y agricultores, varios periodistas sufrieron agresiones similares. Un fotógrafo, con equipo profesional encima, también resultó dañado por los golpes. Colper ha insistido en la necesidad de investigar estos casos y tomar medidas correctivas, pero parece que el ministro de Seguridad, Mario Zamora, no le da importancia al asunto. ¡Parece que no le interesa proteger a la prensa!
Noguera enfatizó que la falta de respuesta del ministro es alarmante. Ha enviado cartas y pronunciamientos, pero no ha obtenido respuestas. Eso, según ella, “evidencia que no les importa” y genera dudas sobre la existencia de protocolos efectivos para proteger a los periodistas. Además, recordó que la Fuerza Pública está en una fase de transición, sirviendo al Tribunal Supremo de Elecciones, pero aun así, el ministro debe rendir cuentas por las acciones de sus subordinados. ¡Ya basta de impunidad!
Esta situación nos lleva a preguntarnos: ¿Hasta dónde llegará la intolerancia hacia la prensa en Costa Rica? ¿Será posible garantizar un ambiente seguro para los comunicadores que ejercen su labor de manera responsable? Compartan sus opiniones en el foro, ¡queremos saber qué piensan ustedes sobre este tema tan importante!”,
El Colegio de Periodistas y Profesionales en Ciencias de la Comunicación (Colper) salió con toda a reclamarle al Gobierno. Yanancy Noguera, la presidenta del Colper, no se anda con rodeos: dice que este incidente, sumado a lo que pasó con los periodistas en la marcha de los agricultores hace poco, pinta feo. Hay un patrón preocupante, señores, donde parece que la Fuerza Pública no respeta el rol de la prensa como contrapeso del poder. Es evidente que hay una falla grave en los protocolos y una falta de voluntad institucional para solucionar el problema.
“Estamos viendo cosas muy feas, mae,” comentó Noguera en entrevista con CR Hoy. “En menos de un mes tenemos estos dos casos: el de Daniel y el de la marcha. Ahí, entre medio de la movilización y las acciones –y aclaro, no justificamos nada– de la Fuerza Pública contra los manifestantes, también golpearon a periodistas. Esto demuestra que no es un hecho aislado. Estamos hablando de un problema serio de protocolos y de cómo actúa la policía frente a situaciones donde el trabajo de la prensa debe estar protegido.” ¡Menuda responsabilidad tienen los oficiales!
Lo cierto es que la prensa tiene el derecho, y la obligación, de informar sobre lo que pasa. Ya sea en una entrevista formal o en medio de un operativo policial como este, nosotros somos los ojos y oídos de la gente. Como bien puntualizó Noguera, la prensa no se va a asustar ni a censurarse por andar metiéndose en temas espinosos. Ese es nuestro brete, nuestra chamba. Y que la policía entienda eso, ¡por favor!
Según relató González, estaba documentando el allanamiento en Hatillo, a una distancia prudencial de la zona de la detención, cuando el oficial se acercó a él, visiblemente enfadado. Le indicó que no podía grabar y, acto seguido, le arrojó el celular al suelo y lo golpeó con su arma. Después le dijo unas cosas que no alcanzó a entender, y luego apareció otro oficial que, con su arma también, siguió golpeando el dispositivo. ¡Qué barbaridad! ¡Un exceso de autoridad flagrante!
Y ojo, que esto no es nuevo. El 11 de noviembre, durante la gran marcha de educadores y agricultores, varios periodistas sufrieron agresiones similares. Un fotógrafo, con equipo profesional encima, también resultó dañado por los golpes. Colper ha insistido en la necesidad de investigar estos casos y tomar medidas correctivas, pero parece que el ministro de Seguridad, Mario Zamora, no le da importancia al asunto. ¡Parece que no le interesa proteger a la prensa!
Noguera enfatizó que la falta de respuesta del ministro es alarmante. Ha enviado cartas y pronunciamientos, pero no ha obtenido respuestas. Eso, según ella, “evidencia que no les importa” y genera dudas sobre la existencia de protocolos efectivos para proteger a los periodistas. Además, recordó que la Fuerza Pública está en una fase de transición, sirviendo al Tribunal Supremo de Elecciones, pero aun así, el ministro debe rendir cuentas por las acciones de sus subordinados. ¡Ya basta de impunidad!
Esta situación nos lleva a preguntarnos: ¿Hasta dónde llegará la intolerancia hacia la prensa en Costa Rica? ¿Será posible garantizar un ambiente seguro para los comunicadores que ejercen su labor de manera responsable? Compartan sus opiniones en el foro, ¡queremos saber qué piensan ustedes sobre este tema tan importante!”,
