¡Ay, Dios mío! Aquí estamos otra vez, hablando de cómo cuidar nuestros mares. Parece mentira que todavía tengamos que andar insistiendo, ¿verdad? Pero bueno, ahí va: la Fundación MarViva echó toda la carne al asador y le metió una solicitud bien detalladota a las próximas autoridades de gobierno. Con un folleto interactivo que llamaron “Votemos por el océano: una decisión que cuida nuestro futuro”, pusieron pa’ limpiar hasta el último detalle qué necesitan para proteger nuestros mares y tener un futuro azulito decente. En resumen, quieren que la gente se espabile y entienda que el océano no es un basurero gigante.
Lo primero que les piden es un buen empujón en la gobernanza marina. No se trata solo de ponerle parche a las cosas, sino de construir una rectoría sólida para la conservación marina y la pesca. Imaginen eso: un lugar donde todos trabajen juntos, alineando la Política Nacional del Mar con lo que realmente necesitamos. Además, quieren que la Comisión de Gobernanza Marina tenga más poder para planear bien el espacio marítimo y que unifiquen los controles del Guardacostas, SINAC e Incopesca. Esto, señores, sería un cambio radical si sale bien; ya saben cómo andamos con la burocracia, ¡qué despiche!
Y ni hablar de la necesidad de crear un Centro de Vigilancia Marítima, pa’ optimizar la respuesta cuando hay problemas y combatir esa pesca ilegal que nos está acabando los peces. Porque sí, señoras y señores, tenemos gente que se cree dueña del mar y se lleva todo lo que encuentra, sin pensar en el daño que le hacen al ecosistema y a nosotros que dependemos de él. También quieren que las comunidades costeras tengan voz y voto en las decisiones importantes. Que no nos tomen por tontos, diay, que nosotros vivimos de esto.
Pero no todo es chamba dura y leyes estrictas. MarViva también piensa en la economía. Quieren fortalecer el programa de pago por servicios ambientales marinos, pa’ que las comunidades que cuidan el mar sean recompensadas por ello. Eso sí que estaría chivo, ¡un incentivo pa’ hacer lo correcto! Y hablando de economía, proponen darle un buen empujoncito a la maricultura, apoyando a los productores y facilitando los trámites. A ver si así algunos dejan de meter mano en lo prohibido, ¿eh?
Además, quieren impulsar las pesquerías de alto valor, aplicando la Estrategia de Economía de los Océanos y Comercio. Atún, dorado, especies costeras... ¡todo vale pa’ mejorar nuestra economía! Y no olvidemos el mercado de atún fresco, que podría ser un gran aliado. Y pa’ los pescadores que andan buscando nuevos rumbos, proponen programas de reconversión y capacitación, pa’ que aprendan técnicas de pesca responsable y turismo sostenible. ¡A reinventarse, chunches! Que el mundo cambia rápido, y nosotros tenemos que estar al día.
Ahora viene lo importante: Incopesca. Esa institución necesita un buen repasote, un reajuste completo. Hay muchos intereses chocando ahí dentro, y eso no puede seguir sucediendo. MarViva pide una reestructuración profunda, pa’ que Incopesca funcione correctamente y tome decisiones imparciales. También urgen unos censos pesqueros bien hechos, pa’ saber exactamente cuántos peces tenemos y cómo manejarlos. Y claro, tienen que aplicarle las reglas y elaborar planes de manejo pa’ proteger los recursos y el medio ambiente. ¿Demasiado pedir?
Luego, toca hablar de la contaminación por plásticos. ¡Uf!, qué vara más salada. MarViva quiere medidas regulatorias fuertes, enfocándose en los envases de bebidas y las bolsas. Incentivos pa’ usar envases reutilizables, esquemas de responsabilidad extendida del productor... Todo lo que haga falta pa’ reducir la basura que llega al mar. Y ni hablar de las redes de pesca abandonadas, esas fantasmas que siguen atrapando animales marinos años después de haber sido desechadas. Necesitamos leyes claras y efectivas pa’ controlar este problema. Ya basta de echarle la culpa al viento, ¡nosotros somos los responsables!
Para cerrar con broche de oro, MarViva apela a la diplomacia oceánica. Dicen que debemos consolidar nuestro papel en acuerdos internacionales importantes como el Acuerdo de Altamar y el de la OMC sobre subvenciones pesqueras. También apoyar la moratoria sobre la minería en fondos marinos y liderar la negociación de un nuevo instrumento internacional. Y por supuesto, invertir en investigación científica, pa’ entender mejor nuestros océanos y encontrar soluciones innovadoras. Así que dime, ¿crees que estas propuestas son suficientes pa’ salvar nuestros mares o necesitamos irnos al traste inventando algo totalmente diferente?
Lo primero que les piden es un buen empujón en la gobernanza marina. No se trata solo de ponerle parche a las cosas, sino de construir una rectoría sólida para la conservación marina y la pesca. Imaginen eso: un lugar donde todos trabajen juntos, alineando la Política Nacional del Mar con lo que realmente necesitamos. Además, quieren que la Comisión de Gobernanza Marina tenga más poder para planear bien el espacio marítimo y que unifiquen los controles del Guardacostas, SINAC e Incopesca. Esto, señores, sería un cambio radical si sale bien; ya saben cómo andamos con la burocracia, ¡qué despiche!
Y ni hablar de la necesidad de crear un Centro de Vigilancia Marítima, pa’ optimizar la respuesta cuando hay problemas y combatir esa pesca ilegal que nos está acabando los peces. Porque sí, señoras y señores, tenemos gente que se cree dueña del mar y se lleva todo lo que encuentra, sin pensar en el daño que le hacen al ecosistema y a nosotros que dependemos de él. También quieren que las comunidades costeras tengan voz y voto en las decisiones importantes. Que no nos tomen por tontos, diay, que nosotros vivimos de esto.
Pero no todo es chamba dura y leyes estrictas. MarViva también piensa en la economía. Quieren fortalecer el programa de pago por servicios ambientales marinos, pa’ que las comunidades que cuidan el mar sean recompensadas por ello. Eso sí que estaría chivo, ¡un incentivo pa’ hacer lo correcto! Y hablando de economía, proponen darle un buen empujoncito a la maricultura, apoyando a los productores y facilitando los trámites. A ver si así algunos dejan de meter mano en lo prohibido, ¿eh?
Además, quieren impulsar las pesquerías de alto valor, aplicando la Estrategia de Economía de los Océanos y Comercio. Atún, dorado, especies costeras... ¡todo vale pa’ mejorar nuestra economía! Y no olvidemos el mercado de atún fresco, que podría ser un gran aliado. Y pa’ los pescadores que andan buscando nuevos rumbos, proponen programas de reconversión y capacitación, pa’ que aprendan técnicas de pesca responsable y turismo sostenible. ¡A reinventarse, chunches! Que el mundo cambia rápido, y nosotros tenemos que estar al día.
Ahora viene lo importante: Incopesca. Esa institución necesita un buen repasote, un reajuste completo. Hay muchos intereses chocando ahí dentro, y eso no puede seguir sucediendo. MarViva pide una reestructuración profunda, pa’ que Incopesca funcione correctamente y tome decisiones imparciales. También urgen unos censos pesqueros bien hechos, pa’ saber exactamente cuántos peces tenemos y cómo manejarlos. Y claro, tienen que aplicarle las reglas y elaborar planes de manejo pa’ proteger los recursos y el medio ambiente. ¿Demasiado pedir?
Luego, toca hablar de la contaminación por plásticos. ¡Uf!, qué vara más salada. MarViva quiere medidas regulatorias fuertes, enfocándose en los envases de bebidas y las bolsas. Incentivos pa’ usar envases reutilizables, esquemas de responsabilidad extendida del productor... Todo lo que haga falta pa’ reducir la basura que llega al mar. Y ni hablar de las redes de pesca abandonadas, esas fantasmas que siguen atrapando animales marinos años después de haber sido desechadas. Necesitamos leyes claras y efectivas pa’ controlar este problema. Ya basta de echarle la culpa al viento, ¡nosotros somos los responsables!
Para cerrar con broche de oro, MarViva apela a la diplomacia oceánica. Dicen que debemos consolidar nuestro papel en acuerdos internacionales importantes como el Acuerdo de Altamar y el de la OMC sobre subvenciones pesqueras. También apoyar la moratoria sobre la minería en fondos marinos y liderar la negociación de un nuevo instrumento internacional. Y por supuesto, invertir en investigación científica, pa’ entender mejor nuestros océanos y encontrar soluciones innovadoras. Así que dime, ¿crees que estas propuestas son suficientes pa’ salvar nuestros mares o necesitamos irnos al traste inventando algo totalmente diferente?
