Bueno, maes, para los que pensaban que el domingo era solo para gallo pinto tardío y presas en la 27, el escenario político nos acaba de tirar una curva. O bueno, quizás no tanto una curva, sino más bien la confirmación de lo que ya muchos venían cocinando en el chisme político. El exministro de Hacienda, Nogui Acosta, se coronó como el primer lugar por San José en la papeleta de diputados del partido Pueblo Soberano. Así, sin anestesia. La noticia salió del horno hace apenas unas horas, directamente de una Asamblea Nacional que, para no perder la costumbre, se manejó a puerta completamente cerrada. Cero prensa, cero curiosos. La soberanía del pueblo, al parecer, se discute mejor en privado.
Ahora, seamos honestos: que Nogui Acosta quisiera una curul no es que nos caiga de sorpresa, ¿verdad? Después de manejar las finanzas del país, el paso lógico para muchos es buscar un campito en Cuesta de Moras. La vara es que ahora es oficial y encabeza la provincia más peleada del país. Esto no es un movimiento menor; es poner a una de tus figuras más reconocidas (para bien o para mal) en la vitrina principal. Acosta, un mae con un perfil técnico y una exposición mediática altísima durante su gestión, ahora se pone la camiseta de candidato y se lanza al agua. La pregunta del millón es si su paso por Hacienda le va a sumar o restar votos cuando la gente esté marcando la papeleta. El electorado tico tiene memoria, a veces selectiva, pero la tiene.
Pero esperen, que el combo no termina ahí. Si le echan un ojo al resto de la nómina, esto parece más bien un álbum de postales del gabinete anterior. Le siguen en la lista nombres que resuenan por todo lado: el exvicepresidente Stephan Brunner, la exministra de Educación Anna Katharina Müller y la expresidenta de la JPS, Esmeralda Britton. O sea, no están jugando de rocos. El PPSO está apilando a todo su arsenal pesado en la capital. Es una declaración de intenciones clarísima: van con todo por San José, buscando asegurar la mayor cantidad de curules posibles con figuras que, al menos en su núcleo duro, ya tienen un reconocimiento garantizado. Es la estrategia del 'trabuco', armar un equipo tan lleno de nombres conocidos que sea difícil de ignorar.
Esta decisión de blindar la papeleta josefina con la plana mayor del oficialismo anterior tiene varias lecturas. Por un lado, es una jugada de manual para consolidar el voto y no dejar espacio a sorpresas. Ponen a los rostros que la gente asocia directamente con la administración Chaves Robles, apostando a que esa popularidad, o al menos el recuerdo de ella, se traduzca en apoyo legislativo. Por otro lado, también se arriesgan a que el electorado lo vea como más de lo mismo, una especie de reciclaje político que no ofrece caras nuevas ni ideas frescas. Es un 'all-in' en toda regla. La decisión de hacerlo todo tras bambalinas, sin acceso a la prensa, también manda un mensaje sobre el tipo de hermetismo con el que planean seguir trabajando, algo que sin duda será un tema de debate en la campaña.
Al final del día, el panorama para el 2026 se va aclarando, o enturbiando, dependiendo de cómo se vea. Con esta alineación de estrellas, el PPSO deja claro que su estrategia no es la renovación, sino la consolidación. Acosta, Brunner, Müller... son los mismos actores en un nuevo escenario. La gran incógnita es si el público todavía quiere ver esa obra. El brete de ellos será convencer a la gente de que su experiencia es lo que el país necesita en el Congreso, mientras que la oposición, sin duda, usará esa misma experiencia como munición para atacarlos. La mesa está servida y las fichas, al menos en San José, ya están sobre el tablero. Ahora queda ver cómo reacciona el resto de jugadores y, más importante aún, cómo reaccionamos nosotros, los votantes.
Diay, maes, ¿qué les parece este trabuco que armó el PPSO para San José? ¿Les convence, les da lo mismo o más bien les genera un 'dejá vú' político? ¿Creen que esta fórmula les alcance para pintar el mapa con sus colores?
Ahora, seamos honestos: que Nogui Acosta quisiera una curul no es que nos caiga de sorpresa, ¿verdad? Después de manejar las finanzas del país, el paso lógico para muchos es buscar un campito en Cuesta de Moras. La vara es que ahora es oficial y encabeza la provincia más peleada del país. Esto no es un movimiento menor; es poner a una de tus figuras más reconocidas (para bien o para mal) en la vitrina principal. Acosta, un mae con un perfil técnico y una exposición mediática altísima durante su gestión, ahora se pone la camiseta de candidato y se lanza al agua. La pregunta del millón es si su paso por Hacienda le va a sumar o restar votos cuando la gente esté marcando la papeleta. El electorado tico tiene memoria, a veces selectiva, pero la tiene.
Pero esperen, que el combo no termina ahí. Si le echan un ojo al resto de la nómina, esto parece más bien un álbum de postales del gabinete anterior. Le siguen en la lista nombres que resuenan por todo lado: el exvicepresidente Stephan Brunner, la exministra de Educación Anna Katharina Müller y la expresidenta de la JPS, Esmeralda Britton. O sea, no están jugando de rocos. El PPSO está apilando a todo su arsenal pesado en la capital. Es una declaración de intenciones clarísima: van con todo por San José, buscando asegurar la mayor cantidad de curules posibles con figuras que, al menos en su núcleo duro, ya tienen un reconocimiento garantizado. Es la estrategia del 'trabuco', armar un equipo tan lleno de nombres conocidos que sea difícil de ignorar.
Esta decisión de blindar la papeleta josefina con la plana mayor del oficialismo anterior tiene varias lecturas. Por un lado, es una jugada de manual para consolidar el voto y no dejar espacio a sorpresas. Ponen a los rostros que la gente asocia directamente con la administración Chaves Robles, apostando a que esa popularidad, o al menos el recuerdo de ella, se traduzca en apoyo legislativo. Por otro lado, también se arriesgan a que el electorado lo vea como más de lo mismo, una especie de reciclaje político que no ofrece caras nuevas ni ideas frescas. Es un 'all-in' en toda regla. La decisión de hacerlo todo tras bambalinas, sin acceso a la prensa, también manda un mensaje sobre el tipo de hermetismo con el que planean seguir trabajando, algo que sin duda será un tema de debate en la campaña.
Al final del día, el panorama para el 2026 se va aclarando, o enturbiando, dependiendo de cómo se vea. Con esta alineación de estrellas, el PPSO deja claro que su estrategia no es la renovación, sino la consolidación. Acosta, Brunner, Müller... son los mismos actores en un nuevo escenario. La gran incógnita es si el público todavía quiere ver esa obra. El brete de ellos será convencer a la gente de que su experiencia es lo que el país necesita en el Congreso, mientras que la oposición, sin duda, usará esa misma experiencia como munición para atacarlos. La mesa está servida y las fichas, al menos en San José, ya están sobre el tablero. Ahora queda ver cómo reacciona el resto de jugadores y, más importante aún, cómo reaccionamos nosotros, los votantes.
Diay, maes, ¿qué les parece este trabuco que armó el PPSO para San José? ¿Les convence, les da lo mismo o más bien les genera un 'dejá vú' político? ¿Creen que esta fórmula les alcance para pintar el mapa con sus colores?