Lo que se nos vende como "gran misterio" es que parece que la planchita se mueve sola, lo que los buhoneros del cuento venden genéricamente como "la mueven los espíritus", aunque para eso hay, como veremos, explicación suficiente. Los verdaderos grandes misterios de la ouija son los siguientes:
los espíritus siempre hablan en un idioma que entienden los participantes, jamás aparece un espíritu que no sea políglota
los espíritus parecen estar muy dispuestos a responder a preguntas más o menos esotericonas, pero cuando se les pregunta, por ejemplo, un desarrollo matricial matemático que permita describir el comportamiento de un universo de 11 dimensiones o se les piden datos históricos sobre los celtas o los etruscos, son sumamente poco afectos a responder
los tales espíritus nunca demuestran tener un conocimiento superior al de los participantes; si ninguno de los participantes sabe, por ejemplo, el nombre del primer tlatoani (o emperador) azteca (Acamapichtli), los espíritus tampoco lo saben (esto suelen negarlo los sitios ocultistas, y hablan de que "muchas veces" la ouija da información que no conocen los participantes, pero nunca dan un ejemplo de tan asombrosa información)
si los participantes en el juego no pueden ver las letras y números, el movimiento de la planchita pasará a ser aleatorio, y no deletreará nada inteligible en ningún idioma.
Estos misterios son lo bastante llamativos como para darnos una pista indicando que lo más probable es que los que responden las supuestas preguntas y mueven la tablita o indicador son, precisamente, los participantes en el jueguito.
Y eso es lo que dicen quienes se han ocupado de estudiar este "misterio".