Walmart, Amazon, Uber, Airbnb...
Todos son casos de empresas que introducen nuevas tecnologías o modelos de negocio que vienen a destruir otras formas tradicionales de hacer negocios. Estas disrupciones sin duda tienen efectos negativos en algunos sectores, mientras que otros, entre ellos los consumidores, se ven beneficiados.
En el caso de Walmart, han logrado bajar los precios en forma significativa, haciendo uso de las ventajas de economías de escala, que les permite comprar grandes volumenes de un producto, y transferir esas ganancias a los consumidores.
Sin duda, los más perjudicados son los pequeños comerciantes, e incluso las pulperías. Pero el prolema es que estos comerciantes por desgracia deben cubrir altos costos. Por eso la gente trata de comprar lo principal en un supermercado, y sólo algo casual en las pulperías.
La idea de que Walmart, una vez que domine todo el mercado, elevará los precios a su gusto, simplemente no está avalado por la evidencia empírica. En EEUU se han realizado muchos estudios, y todos coinciden que el efecto de Walmart en la economía ha sido netamente beneficioso par la sociedad: al aumentar la eficiencia y aprovechar economías de escala, los menores costos se han transmitido a los consumidores. Y no hay evidencia que Walmart aumenta los precios una vez ue se convierte en el vendedor dominante en una región.
Respecto al problema de los proveedores: en realidad ese es un problema de financiamiento. Por la forma del negocio, es dificl que Walmart pueda pagar al contado. Pero una solución es que otro agente, el sistema financiero, actúe como garante, por medio de factoring o similares. Instituciones financieras pueden comprar las facturas de proveedores, a cambio de un descuento, y cobra luego a Walmart.
Esto, y no descartar de plano la consolidación de Walmart, es lo que debe hacerse.