¡Ay, Dios mío! Parece que San Rafael de Heredia va a estar más seco que turrón este semana. La ESPH anunció cortes de agua que van a afectar a más de 48 mil personas, y eso sí que es un problemón. Ya saben cómo estamos, siempre buscando ahorrar agua, pero esto es llevarlo al extremo, ¿verdad?
La bronca es que tienen que lavar los tanques, algo que hay que hacer, obvio, pero la forma en que lo están haciendo... dejando a tanta gente sin agua. Primero le tocan al tanque Río Segundo mañana martes, dejándonos sin agua a unos 8,776 compas entre las 7 a.m. y la 1 p.m. Imagínate tener que ir a comprar agua embotellada para toda la familia porque la pipa no llega. Una verdadera carga.
Y ni hablar de las zonas afectadas. Desde la calle Mata de Plátano hasta La Alameda, pasando por Los Ángeles de San Rafael… una lista larguísima de calles y barrios donde la llave va a estar seca. Antiguo Hotel La Condesa, Naranjo, Las Monjas, ¡hasta la fábrica de hongos se verá afectada! Esto es más grande que una chincha, mae. Uno se pone a pensar en las familias que dependen del agua para cocinar, limpiar y hasta para sus negocios.
Pero eso no es todo, porque el jueves toca otro corte masivo con el tanque Chamaco, que dejará sin agua a otros 39,768 personas. Esto ya empieza a parecer película de terror, diay. De nuevo, horas sin agua: de 7 a.m. a 1 p.m., justo cuando la mayoría está cocinando el almuerzo. El centro, San Josécito, Santiago, Concepción... casi medio San Rafael entero tendrá que lidiar con esta situación. ¿Dónde vamos a bañarnos, a preparar el gallito picante?
Se ponen a mencionar centros educativos como la Escuela Bilingüe Norte, colegios y hasta condominios lujosos como Altos de Palermo y Portón Del Valle. Eso demuestra que nadie queda exento, desde el humilde campesino hasta el vecino que vive en un brete bien bacano. Todos vamos a sentirla, y qué pena que no tengan una solución mejor para evitar tanto transtorno.
La ESPH dice que estos lavados son necesarios para mantener la calidad del agua y prevenir problemas mayores a largo plazo, pero uno se queda pensando si no hay otras opciones, quizás menos invasivas. Podrían haber planificado esto mejor, tal vez haciendo los trabajos en etapas para minimizar el impacto en la población. Parece que hubo un poco de despiste ahí, o quizá no consideraron bien la cantidad de gente que iba a verse afectada.
Ahora, muchos se preguntan: ¿qué podemos hacer nosotros, los ciudadanos? Aparte de reventar las redes sociales quejándonos – aunque eso también ayuda para que sepan que estamos hartos–, ¿hay alguna forma de exigirle a la ESPH una explicación detallada de por qué tantos cortes y por qué no pueden encontrar una alternativa? Tal vez organizar una marcha pacífica, presentar un petitorio formal o incluso buscar asesoría legal. Hay que defender nuestros derechos, porque el acceso al agua es un derecho fundamental.
En fin, parece que esta semana será de racionar el agua y prepararse para lo peor. Esperemos que la ESPH haga un buen trabajo reparando los tanques y que los cortes sean lo más cortos posible. Pero me pregunto, ¿cree usted que la ESPH debería haber comunicado esto con más anticipación y explorar alternativas para mitigar el impacto en la comunidad, o la situación actual es inevitable debido a las necesidades de mantenimiento de la infraestructura hídrica?
La bronca es que tienen que lavar los tanques, algo que hay que hacer, obvio, pero la forma en que lo están haciendo... dejando a tanta gente sin agua. Primero le tocan al tanque Río Segundo mañana martes, dejándonos sin agua a unos 8,776 compas entre las 7 a.m. y la 1 p.m. Imagínate tener que ir a comprar agua embotellada para toda la familia porque la pipa no llega. Una verdadera carga.
Y ni hablar de las zonas afectadas. Desde la calle Mata de Plátano hasta La Alameda, pasando por Los Ángeles de San Rafael… una lista larguísima de calles y barrios donde la llave va a estar seca. Antiguo Hotel La Condesa, Naranjo, Las Monjas, ¡hasta la fábrica de hongos se verá afectada! Esto es más grande que una chincha, mae. Uno se pone a pensar en las familias que dependen del agua para cocinar, limpiar y hasta para sus negocios.
Pero eso no es todo, porque el jueves toca otro corte masivo con el tanque Chamaco, que dejará sin agua a otros 39,768 personas. Esto ya empieza a parecer película de terror, diay. De nuevo, horas sin agua: de 7 a.m. a 1 p.m., justo cuando la mayoría está cocinando el almuerzo. El centro, San Josécito, Santiago, Concepción... casi medio San Rafael entero tendrá que lidiar con esta situación. ¿Dónde vamos a bañarnos, a preparar el gallito picante?
Se ponen a mencionar centros educativos como la Escuela Bilingüe Norte, colegios y hasta condominios lujosos como Altos de Palermo y Portón Del Valle. Eso demuestra que nadie queda exento, desde el humilde campesino hasta el vecino que vive en un brete bien bacano. Todos vamos a sentirla, y qué pena que no tengan una solución mejor para evitar tanto transtorno.
La ESPH dice que estos lavados son necesarios para mantener la calidad del agua y prevenir problemas mayores a largo plazo, pero uno se queda pensando si no hay otras opciones, quizás menos invasivas. Podrían haber planificado esto mejor, tal vez haciendo los trabajos en etapas para minimizar el impacto en la población. Parece que hubo un poco de despiste ahí, o quizá no consideraron bien la cantidad de gente que iba a verse afectada.
Ahora, muchos se preguntan: ¿qué podemos hacer nosotros, los ciudadanos? Aparte de reventar las redes sociales quejándonos – aunque eso también ayuda para que sepan que estamos hartos–, ¿hay alguna forma de exigirle a la ESPH una explicación detallada de por qué tantos cortes y por qué no pueden encontrar una alternativa? Tal vez organizar una marcha pacífica, presentar un petitorio formal o incluso buscar asesoría legal. Hay que defender nuestros derechos, porque el acceso al agua es un derecho fundamental.
En fin, parece que esta semana será de racionar el agua y prepararse para lo peor. Esperemos que la ESPH haga un buen trabajo reparando los tanques y que los cortes sean lo más cortos posible. Pero me pregunto, ¿cree usted que la ESPH debería haber comunicado esto con más anticipación y explorar alternativas para mitigar el impacto en la comunidad, o la situación actual es inevitable debido a las necesidades de mantenimiento de la infraestructura hídrica?