¡Ay, Dios mío! Esto sí que nos sacudió a todos. Las lluvias de ayer fueron de película, ¿eh? Una verdadera torta lo que vivimos, con 152 incidentes reportados en todo el país. Guanacaste y San José fueron los que más sufrieron, y ni hablar del susto que se llevaron algunos vecinos.
Desde la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) nos contaban que los aguaceros fueron intensos, superando los 100 milímetros en algunas áreas. Imagínate, ¡más de un pie de agua cayó en unas horas! Eso obviamente generó anegamientos en casas, desbordamientos de ríos y hasta dejó algunas carreteras hechas puré. Walter Fonseca, el jefe de la CNE, lo expresó bien: “Las lluvias intensas de ayer registraron montos elevados en corto período”. Un brete pa’l país, sin duda alguna.
En Guanacaste, la cosa estuvo fea. Nicoya y Santa Cruz amanecieron con comunidades enteras bajo el agua. En Quebrada Honda, Casitas y otras zonas, la quebrada Mala Noche y los ríos Quirimán y Gurime decidieron darse un chapuzón en las casas de la gente. Treinta y ocho viviendas quedaron inundadas y varias carreteras, pues quedaban con goteras y baches más profundos que el Cañón de la Muerte. Un chunche de problemas para esos compañeros.
Y no se quedó atrás Santa Cruz. Los ríos Seco, Venado y compañía también se portaron mal, sacando el agua de sus cauces e inundando casas en Venado, Espavelar y otros parajes. Veinticinco familias tuvieron que abandonar sus hogares momentáneamente, buscando refugio en casa de amigos o familiares. Además, los comités de Bagaces, Carrillo y Colorado reportaron anegamientos en otras comunidades por el desborde de los ríos Sardinal y Bebedero. ¡Qué sal!
Pero lo que realmente impactó a muchos fue lo que pasó en Barrio Dent, en Montes de Oca, cerca de la capital. La quebrada Los Negritos decidió hacerle competencia al río Virilla, inundando calles y casas. Vecinos relataban escenas desesperantes, con carros varados hasta las llantas y personas tratando de salvar lo poco que podían rescatar de sus hogares. Algunos comentan que jamás habían visto algo igual. Es una diay cómo estos fenómenos climáticos nos pueden poner a prueba.
Afortunadamente, la mayoría de las familias afectadas en Barrio Dent pudieron quedarse en casa de familiares, evitando la necesidad de ir a algún albergue. La CNE movilizó recursos para evaluar los daños y ayudar en las labores de limpieza. Los comités municipales se pusieron pilas desde la mañana de este viernes, intentando normalizar la situación lo más rápido posible. Aunque el panorama no era el mejor, la solidaridad de la gente tica siempre sale a flote en estos momentos difíciles.
Las autoridades han insistido en la importancia de estar alertas, porque todavía estamos en plena temporada de lluvias. No vaya a ser que nos llevemos otro susto así pronto. Es vital prestar atención a las indicaciones de las autoridades, evitar cruzar ríos y quebradas si el agua está alta, y sobre todo, no arriesgar la vida. Mantener la calma y actuar con prudencia es clave para superar estas situaciones. Por cierto, la CNE mantiene la alerta amarilla en la vertiente del Pacífico, verde en el Valle Central y la Zona Norte, mientras que la vertiente Caribe sigue bajo alerta verde.
Con todo esto, me pregunto: ¿cree usted que nuestras autoridades deberían invertir más en sistemas de drenaje y prevención ante estos eventos extremos cada vez más frecuentes? ¿Estamos preparados para enfrentar el futuro de la temporada de lluvias?
Desde la Comisión Nacional de Emergencias (CNE) nos contaban que los aguaceros fueron intensos, superando los 100 milímetros en algunas áreas. Imagínate, ¡más de un pie de agua cayó en unas horas! Eso obviamente generó anegamientos en casas, desbordamientos de ríos y hasta dejó algunas carreteras hechas puré. Walter Fonseca, el jefe de la CNE, lo expresó bien: “Las lluvias intensas de ayer registraron montos elevados en corto período”. Un brete pa’l país, sin duda alguna.
En Guanacaste, la cosa estuvo fea. Nicoya y Santa Cruz amanecieron con comunidades enteras bajo el agua. En Quebrada Honda, Casitas y otras zonas, la quebrada Mala Noche y los ríos Quirimán y Gurime decidieron darse un chapuzón en las casas de la gente. Treinta y ocho viviendas quedaron inundadas y varias carreteras, pues quedaban con goteras y baches más profundos que el Cañón de la Muerte. Un chunche de problemas para esos compañeros.
Y no se quedó atrás Santa Cruz. Los ríos Seco, Venado y compañía también se portaron mal, sacando el agua de sus cauces e inundando casas en Venado, Espavelar y otros parajes. Veinticinco familias tuvieron que abandonar sus hogares momentáneamente, buscando refugio en casa de amigos o familiares. Además, los comités de Bagaces, Carrillo y Colorado reportaron anegamientos en otras comunidades por el desborde de los ríos Sardinal y Bebedero. ¡Qué sal!
Pero lo que realmente impactó a muchos fue lo que pasó en Barrio Dent, en Montes de Oca, cerca de la capital. La quebrada Los Negritos decidió hacerle competencia al río Virilla, inundando calles y casas. Vecinos relataban escenas desesperantes, con carros varados hasta las llantas y personas tratando de salvar lo poco que podían rescatar de sus hogares. Algunos comentan que jamás habían visto algo igual. Es una diay cómo estos fenómenos climáticos nos pueden poner a prueba.
Afortunadamente, la mayoría de las familias afectadas en Barrio Dent pudieron quedarse en casa de familiares, evitando la necesidad de ir a algún albergue. La CNE movilizó recursos para evaluar los daños y ayudar en las labores de limpieza. Los comités municipales se pusieron pilas desde la mañana de este viernes, intentando normalizar la situación lo más rápido posible. Aunque el panorama no era el mejor, la solidaridad de la gente tica siempre sale a flote en estos momentos difíciles.
Las autoridades han insistido en la importancia de estar alertas, porque todavía estamos en plena temporada de lluvias. No vaya a ser que nos llevemos otro susto así pronto. Es vital prestar atención a las indicaciones de las autoridades, evitar cruzar ríos y quebradas si el agua está alta, y sobre todo, no arriesgar la vida. Mantener la calma y actuar con prudencia es clave para superar estas situaciones. Por cierto, la CNE mantiene la alerta amarilla en la vertiente del Pacífico, verde en el Valle Central y la Zona Norte, mientras que la vertiente Caribe sigue bajo alerta verde.
Con todo esto, me pregunto: ¿cree usted que nuestras autoridades deberían invertir más en sistemas de drenaje y prevención ante estos eventos extremos cada vez más frecuentes? ¿Estamos preparados para enfrentar el futuro de la temporada de lluvias?