¡Ay, Dios mío! Parece que la próxima administración tendrá bastante brete por delante. Un nuevo estudio de la Universidad Nacional (UNA), del Observatorio Económico y Social (OES), desenmascaró ocho desafíos bien gordos que nos esperan a partir del 8 de mayo de 2026. No es cuento, parece que vamos a tener que remanglar mangas si queremos salir adelante.
El reporte, llamado “Costa Rica: Balance Económico y Social 2025 y Desafíos para la Próxima Administración”, pinta un panorama donde la recuperación económica no va a llegar regalada. Dicen los economistas que necesitamos impulsar una reactivación sostenible, pero que no se quede solo en números bonitos. Lo importante es que crezca la economía de manera justa, evitando que la diferencia entre los que tienen y los que no, siga aumentando. Especial atención al campo, porque ahí está el sustento de muchos familias campesinas y la llave para darle comida a todos.
Además, los expertos también le dan duro al sistema de transporte público. ¡Qué torta lo que tenemos ahorita! Carritos viejos, precios por las nubes y horas perdidas en carretera. El informe propone invertir en infraestructura, crear sistemas integrados y hasta echarle un ojo a los subsidios para que la gente pueda moverse sin agarrarle pena al bolsillo. Así, mami, quizás podamos movernos un poquito más tranquilos.
Otro tema candente es la infraestructura. Carreteras en pedazos, puertos colapsados... ¡Qué sal! Eso frena nuestra capacidad de competir a nivel mundial. Se necesita acelerar las inversiones en carreteras hacia el Pacífico y el Atlántico, y darle impulso al tren de carga. Imaginen lo que sería poder enviar productos más rápido y barato. Seríamos la envidia de toda Centroamérica.
Pero hay más: los bancos necesitan colaborar. Parece que las bajadas de la Tasa de Política Monetaria (TPM) no llegan a los créditos que reciben las Pymes y los hogares. ¡Qué carga! Necesitamos que ese dinero llegue a quien realmente lo necesita para que puedan invertir, consumir y poner la economía a funcionar. De nada sirve que el Banco Central haga esfuerzos si las tasas siguen por las nubes.
Y ni hablar del envejecimiento de la población. En unos pocos años, habrá más abuelitos que jóvenes. Esto significa más demanda de servicios de salud, pensiones y cuidado. Tenemos que prepararnos ahora para atender a nuestros mayores dignamente. Es nuestro deber, diay.
Para eso, la participación de las mujeres en el mercado laboral es crucial. Hay que promover políticas que les permitan conciliar el trabajo con la familia, ofrecer guarderías accesibles y eliminar la discriminación. Más manos trabajando significan más riqueza para el país. Una mujer activa es una bendición, ¿quién lo niegue?
Finalmente, la educación es la base de todo. Invertir en escuelas, colegios técnicos y universidades es fundamental para formar profesionales preparados para los desafíos del futuro. Conozca idiomas, dominar la tecnología, aprender a adaptarse a los cambios… Esa es la clave para que Costa Rica no se quede atrás. Y hablando de futuro, ¿creen que estamos dando la importancia suficiente a la capacitación digital y a la inteligencia artificial? ¿Se imaginan cómo quedarán las cosas dentro de cinco o diez años si seguimos sin invertir en estas áreas? ¿Es realista esperar que la próxima administración pueda resolver todos estos problemas en tan poco tiempo, o estamos condenados a seguir arrastrando estos desafíos durante años?
El reporte, llamado “Costa Rica: Balance Económico y Social 2025 y Desafíos para la Próxima Administración”, pinta un panorama donde la recuperación económica no va a llegar regalada. Dicen los economistas que necesitamos impulsar una reactivación sostenible, pero que no se quede solo en números bonitos. Lo importante es que crezca la economía de manera justa, evitando que la diferencia entre los que tienen y los que no, siga aumentando. Especial atención al campo, porque ahí está el sustento de muchos familias campesinas y la llave para darle comida a todos.
Además, los expertos también le dan duro al sistema de transporte público. ¡Qué torta lo que tenemos ahorita! Carritos viejos, precios por las nubes y horas perdidas en carretera. El informe propone invertir en infraestructura, crear sistemas integrados y hasta echarle un ojo a los subsidios para que la gente pueda moverse sin agarrarle pena al bolsillo. Así, mami, quizás podamos movernos un poquito más tranquilos.
Otro tema candente es la infraestructura. Carreteras en pedazos, puertos colapsados... ¡Qué sal! Eso frena nuestra capacidad de competir a nivel mundial. Se necesita acelerar las inversiones en carreteras hacia el Pacífico y el Atlántico, y darle impulso al tren de carga. Imaginen lo que sería poder enviar productos más rápido y barato. Seríamos la envidia de toda Centroamérica.
Pero hay más: los bancos necesitan colaborar. Parece que las bajadas de la Tasa de Política Monetaria (TPM) no llegan a los créditos que reciben las Pymes y los hogares. ¡Qué carga! Necesitamos que ese dinero llegue a quien realmente lo necesita para que puedan invertir, consumir y poner la economía a funcionar. De nada sirve que el Banco Central haga esfuerzos si las tasas siguen por las nubes.
Y ni hablar del envejecimiento de la población. En unos pocos años, habrá más abuelitos que jóvenes. Esto significa más demanda de servicios de salud, pensiones y cuidado. Tenemos que prepararnos ahora para atender a nuestros mayores dignamente. Es nuestro deber, diay.
Para eso, la participación de las mujeres en el mercado laboral es crucial. Hay que promover políticas que les permitan conciliar el trabajo con la familia, ofrecer guarderías accesibles y eliminar la discriminación. Más manos trabajando significan más riqueza para el país. Una mujer activa es una bendición, ¿quién lo niegue?
Finalmente, la educación es la base de todo. Invertir en escuelas, colegios técnicos y universidades es fundamental para formar profesionales preparados para los desafíos del futuro. Conozca idiomas, dominar la tecnología, aprender a adaptarse a los cambios… Esa es la clave para que Costa Rica no se quede atrás. Y hablando de futuro, ¿creen que estamos dando la importancia suficiente a la capacitación digital y a la inteligencia artificial? ¿Se imaginan cómo quedarán las cosas dentro de cinco o diez años si seguimos sin invertir en estas áreas? ¿Es realista esperar que la próxima administración pueda resolver todos estos problemas en tan poco tiempo, o estamos condenados a seguir arrastrando estos desafíos durante años?