¡Ay, Dios mío, qué rollo! Parece mentira que ya casi cerramos el año, ¿verdad, maes? Las fiestas, los retretos, la comida rica… pero mientras tanto, hay mucha chamba todavía. Y ahí es donde viene el problema: parece que algunos olvidan que la seguridad en el trabajo no va de vacaciones.
Los expertos nos están poniendo el dedo en el ojo: aunque diciembre traiga un ritmo más relajado en muchas oficinas y fábricas, sectores cruciales como la construcción, la agricultura, la limpieza industrial y hasta ciertas áreas administrativas siguen funcionando a toda marcha. Eso significa que el riesgo de accidentes laborales sigue latente, y eso no es ningún brete para tomarse a la ligera.
Guillermo Gómez, quien anda metido en esto de la prevención de riesgos desde hace tiempo, nos soltó la bomba: “Las celebraciones, los compromisos familiares… todo eso puede distraer la atención y hacer que cometamos descuidos que tienen consecuencias bien feas”. Y vaya si tiene razón. Un descuido, un resbalón, un fallo en la maquinaria… y ¡zas!, te puedes ir al hospital o peor.
Pero ojo, que no estamos hablando solo de problemas individuales. Gómez también nos recordó que estas situaciones afectan a las empresas, porque generan bajas laborales, costos extra por contratación, e incluso pueden dañar su imagen. “Una empresa segura es una empresa productiva, un lugar donde la gente se siente valorada y protegida”, sentenció el experto.
Entonces, ¿qué podemos hacer para evitar que nos vayamos al traste? Bueno, la lista de recomendaciones es bastante clara: usar siempre el equipo de protección personal adecuado (cascos, guantes, gafas), seguir los procedimientos de seguridad al pie de la letra, revisar bien la maquinaria antes de usarla (y desconectarla cuando haya mantenimiento), leer las etiquetas de los químicos que usamos, y tomar pausas activas para descansar y estirar el cuerpo. ¡Lo básico, maes!
Y para los que conducen, redoblar la precaución. Ya sabemos que en diciembre aumenta el tráfico, la gente anda apurada, y algunos se ponen al volante después de unas copas. ¡Ni hablar! Respetar los límites de velocidad, usar el cinturón de seguridad, y jamás beber y manejar. Porque una vida vale más que llegar cinco minutos tarde a la cena familiar, chunche.
Ahora, para los líderes empresariales, la cosa es aún más seria. Se trata de implementar programas de prevención vial para el personal que utiliza motocicletas (¡eso es un problema grave!), garantizar prácticas seguras en el campo, verificar las condiciones de iluminación y ventilación en las oficinas, y capacitar a los trabajadores en el manejo de productos químicos. En pocas palabras, crear una cultura de seguridad dentro de la organización.
Al final del día, la prevención de riesgos laborales es una responsabilidad compartida entre empleadores y empleados. Como decía Gómez: “La salud es un derecho, la seguridad es una inversión. No esperemos a que ocurra un accidente para ponernos las pilas.” Entonces, díganme, maes del foro: ¿Qué medidas consideran más importantes para prevenir accidentes laborales en esta temporada? ¿Sus empresas han implementado algún programa específico de seguridad?
Los expertos nos están poniendo el dedo en el ojo: aunque diciembre traiga un ritmo más relajado en muchas oficinas y fábricas, sectores cruciales como la construcción, la agricultura, la limpieza industrial y hasta ciertas áreas administrativas siguen funcionando a toda marcha. Eso significa que el riesgo de accidentes laborales sigue latente, y eso no es ningún brete para tomarse a la ligera.
Guillermo Gómez, quien anda metido en esto de la prevención de riesgos desde hace tiempo, nos soltó la bomba: “Las celebraciones, los compromisos familiares… todo eso puede distraer la atención y hacer que cometamos descuidos que tienen consecuencias bien feas”. Y vaya si tiene razón. Un descuido, un resbalón, un fallo en la maquinaria… y ¡zas!, te puedes ir al hospital o peor.
Pero ojo, que no estamos hablando solo de problemas individuales. Gómez también nos recordó que estas situaciones afectan a las empresas, porque generan bajas laborales, costos extra por contratación, e incluso pueden dañar su imagen. “Una empresa segura es una empresa productiva, un lugar donde la gente se siente valorada y protegida”, sentenció el experto.
Entonces, ¿qué podemos hacer para evitar que nos vayamos al traste? Bueno, la lista de recomendaciones es bastante clara: usar siempre el equipo de protección personal adecuado (cascos, guantes, gafas), seguir los procedimientos de seguridad al pie de la letra, revisar bien la maquinaria antes de usarla (y desconectarla cuando haya mantenimiento), leer las etiquetas de los químicos que usamos, y tomar pausas activas para descansar y estirar el cuerpo. ¡Lo básico, maes!
Y para los que conducen, redoblar la precaución. Ya sabemos que en diciembre aumenta el tráfico, la gente anda apurada, y algunos se ponen al volante después de unas copas. ¡Ni hablar! Respetar los límites de velocidad, usar el cinturón de seguridad, y jamás beber y manejar. Porque una vida vale más que llegar cinco minutos tarde a la cena familiar, chunche.
Ahora, para los líderes empresariales, la cosa es aún más seria. Se trata de implementar programas de prevención vial para el personal que utiliza motocicletas (¡eso es un problema grave!), garantizar prácticas seguras en el campo, verificar las condiciones de iluminación y ventilación en las oficinas, y capacitar a los trabajadores en el manejo de productos químicos. En pocas palabras, crear una cultura de seguridad dentro de la organización.
Al final del día, la prevención de riesgos laborales es una responsabilidad compartida entre empleadores y empleados. Como decía Gómez: “La salud es un derecho, la seguridad es una inversión. No esperemos a que ocurra un accidente para ponernos las pilas.” Entonces, díganme, maes del foro: ¿Qué medidas consideran más importantes para prevenir accidentes laborales en esta temporada? ¿Sus empresas han implementado algún programa específico de seguridad?
