¡Imagínate, pura vida! Después de años de papeleos, discusiones y hasta algunos despaches que dieron qué hablar, parece que por fin le vamos a meterle mano al nuevo Hospital Maximiliano Peralta Jiménez en Cartago. La CCSS lanzó la orden de inicio oficial hace poquito, y eso significa que los cartagineses pueden empezar a ilusionarse con tener un centro de salud digno, moderno y con toda la onda.
Como bien saben los del lugar, la necesidad era urgente. El actual hospital, pobre diay, ya estaba quedando chico y con muchos compromisos. Entre batazos y arreglitos, se hacía difícil brindar un servicio adecuado a tanta gente. Las listas de espera se alargaban, los consultorios estaban apretadísimos y la calidad de atención, aunque siempre esforzada por los profesionales de la salud, se veía afectada. Este nuevo hospital viene a solucionar un problema que arrastra Cartago desde hace mucho tiempo, y eso es motivo de celebración, chunches aparte.
Pero ojo, que el proceso no va a ser de un día para otro, mi pana. Primero hay que hacer los planos constructivos, un brete que tomará alrededor de seis meses. Imagínate, arquitectos trabajando a marchas forzadas para diseñar un hospital que sea funcional, bonito y cumpla con todas las normativas. Después, la CCSS va a revisar esos planos, seguramente buscando cualquier falla o ajuste que haya que hacer. Eso también puede llevar sus buenos cuatro o cinco meses, y luego vienen los permisos de construcción, que ya sabemos cómo son de engorrosos por acá.
Si todo sale como dicen –y esperamos que sí, porque la paciencia de los cartagineses ya está más que agotada–, podríamos ver la primera piedra caer a finales del 2026 o principios del 2027. Y ahí empieza la verdadera tarea: levantar seis edificios espectaculares que albergarán 434 camas, ampliables a 457 si la demanda lo requiere. ¡Eso sí es jugar en grande! Tendremos 10 quirófanos listos para operar, un bloque ginecoobstétrico para atender a las futuras mamás, salas de reanimación equipadísimas y servicios de diagnóstico por imágenes de última generación. ¡Hasta consulta externa con todas las especialidades!
Y ni hablar de la inversión, porque es una barbaridad: ¡$398 millones!, una suma que pone a Cartago en el mapa nacional. Pero vale la pena, porque hablamos de mejorar la calidad de vida de más de 500 mil personas de Cartago y alrededores. Piensa en todos aquellos que tendrán acceso a mejores servicios médicos, a tratamientos más rápidos y a una atención más humana. Un cambio radical para muchas familias, ¡qué carga positiva!
Lo bueno es que la inversión no se queda solo en la construcción del edificio. También incluyen dos años de mantenimiento preventivo y correctivo, para asegurarnos de que el hospital esté siempre en perfectas condiciones. Así no nos vamos a encontrar con tuberías rotas, aires acondicionados averiados o equipos funcionando a medias, como ha pasado en otros hospitales del país. La idea es que este hospital funcione como relojito durante muchos años, brindando un servicio de excelencia a la comunidad.
Claro que algunos dirán que es mucho dinero, que se podía haber usado para otras cosas. Pero hay que entender que la salud es un derecho fundamental, y que invertir en ella es invertir en el futuro de nuestro país. Además, este hospital no solo beneficiará a los pacientes, sino también a los profesionales de la salud, que tendrán un espacio de trabajo más cómodo, equipado y eficiente. Un ambiente que les permitirá desarrollar su labor con mayor satisfacción y compromiso. Esperemos que este ejemplo sirva de inspiración para otras regiones del país.
Ahora la pregunta clave para ustedes, mis queridos lectores del Foro: Con semejante inversión y promesa de modernización, ¿creen que este nuevo Hospital Maximiliano Peralta Jiménez realmente cumplirá las expectativas de los cartagineses y marcará una diferencia significativa en la calidad de la atención médica en la región, o estamos ante otra vara que se irá al traste por burocracia y malos manejos?
Como bien saben los del lugar, la necesidad era urgente. El actual hospital, pobre diay, ya estaba quedando chico y con muchos compromisos. Entre batazos y arreglitos, se hacía difícil brindar un servicio adecuado a tanta gente. Las listas de espera se alargaban, los consultorios estaban apretadísimos y la calidad de atención, aunque siempre esforzada por los profesionales de la salud, se veía afectada. Este nuevo hospital viene a solucionar un problema que arrastra Cartago desde hace mucho tiempo, y eso es motivo de celebración, chunches aparte.
Pero ojo, que el proceso no va a ser de un día para otro, mi pana. Primero hay que hacer los planos constructivos, un brete que tomará alrededor de seis meses. Imagínate, arquitectos trabajando a marchas forzadas para diseñar un hospital que sea funcional, bonito y cumpla con todas las normativas. Después, la CCSS va a revisar esos planos, seguramente buscando cualquier falla o ajuste que haya que hacer. Eso también puede llevar sus buenos cuatro o cinco meses, y luego vienen los permisos de construcción, que ya sabemos cómo son de engorrosos por acá.
Si todo sale como dicen –y esperamos que sí, porque la paciencia de los cartagineses ya está más que agotada–, podríamos ver la primera piedra caer a finales del 2026 o principios del 2027. Y ahí empieza la verdadera tarea: levantar seis edificios espectaculares que albergarán 434 camas, ampliables a 457 si la demanda lo requiere. ¡Eso sí es jugar en grande! Tendremos 10 quirófanos listos para operar, un bloque ginecoobstétrico para atender a las futuras mamás, salas de reanimación equipadísimas y servicios de diagnóstico por imágenes de última generación. ¡Hasta consulta externa con todas las especialidades!
Y ni hablar de la inversión, porque es una barbaridad: ¡$398 millones!, una suma que pone a Cartago en el mapa nacional. Pero vale la pena, porque hablamos de mejorar la calidad de vida de más de 500 mil personas de Cartago y alrededores. Piensa en todos aquellos que tendrán acceso a mejores servicios médicos, a tratamientos más rápidos y a una atención más humana. Un cambio radical para muchas familias, ¡qué carga positiva!
Lo bueno es que la inversión no se queda solo en la construcción del edificio. También incluyen dos años de mantenimiento preventivo y correctivo, para asegurarnos de que el hospital esté siempre en perfectas condiciones. Así no nos vamos a encontrar con tuberías rotas, aires acondicionados averiados o equipos funcionando a medias, como ha pasado en otros hospitales del país. La idea es que este hospital funcione como relojito durante muchos años, brindando un servicio de excelencia a la comunidad.
Claro que algunos dirán que es mucho dinero, que se podía haber usado para otras cosas. Pero hay que entender que la salud es un derecho fundamental, y que invertir en ella es invertir en el futuro de nuestro país. Además, este hospital no solo beneficiará a los pacientes, sino también a los profesionales de la salud, que tendrán un espacio de trabajo más cómodo, equipado y eficiente. Un ambiente que les permitirá desarrollar su labor con mayor satisfacción y compromiso. Esperemos que este ejemplo sirva de inspiración para otras regiones del país.
Ahora la pregunta clave para ustedes, mis queridos lectores del Foro: Con semejante inversión y promesa de modernización, ¿creen que este nuevo Hospital Maximiliano Peralta Jiménez realmente cumplirá las expectativas de los cartagineses y marcará una diferencia significativa en la calidad de la atención médica en la región, o estamos ante otra vara que se irá al traste por burocracia y malos manejos?
