¡Ay, Dios mío! El tema del areteo sigue dando qué hablar. Parece que nunca vamos a salir de este embrollo. Ahora resulta que Álvaro Ramos, el candidato del PLN, anda diciendo que va a derogar el decreto de areteo que puso el gobierno de Don Rodri. ¡Imagínate la movida! Esto ya parece una telenovela nacional, ¿verdad?
Para ponerlos al día, el decreto en cuestión busca identificar y rastrear el ganado con aretes electrónicos. La idea era buena en teoría –tener control sobre la carne que consume la gente, evitar la informalidad– pero el problema es que, pa’ muchos ganaderos, especialmente los más chiquitos, se les complica un montón cumplir con todo ese papeleo y tecnología. Dicen que el costo es alto y que se van al traste si tienen que invertir tanto.
Según datos del MAG, estamos hablando de unas 25 mil cabezas de ganado identificadas en todo el país, ¡una miseria considerando que tenemos casi 1.5 millones! Eso significa que la mayoría del hato tico sigue trabajando en la sombra, y ahí entran las sospechas de evasión de impuestos. A propósito, recordaremos que el exministro Nogui Acosta soltaba la bomba de que casi el 70% de los ganaderos no declara ni paga impuesto. ¡Una barbaridad!
Ramos promete otra cosa: “Vamos a derogar ese decreto y sentarnos a platicar con todos los involucrados –productores, industriales, autoridades sanitarias– para armar un plan que funcione de verdad”. Asegura que quieren una trazabilidad completa, pero con calma, acompañamiento técnico y apoyito pa'l gandulito que apenas puede mantener a su familia. Dice que primero hay que crear las bases, no dejar al sector a la deriva como supuestamente hizo el gobierno actual.
Pero, ¿qué tan factible es todo esto? Abrir una mesa de diálogo suena lindo en campaña, pero luego la realidad golpea. Con tantos intereses contrapuestos –ganaderos que no quieren gastar, industrias que buscan abaratar costos, autoridades que quieren controlar– encontrar un punto medio no será tarea fácil. Además, hay que recordar que el plazo para el areteo obligatorio es enero de 2026, así que el tiempo apremia, diay.
Y ojo con esto: también sale a relucir el tema de la informalidad en el sector. Según algunas estimaciones, el intercambio real de reses supera las 39 mil cabezas anualmente, mientras que el MAG solamente registra unas 780 compras y ventas. Ahí tienes para hacerle cuentas al fisco…y a los consumidores que merecemos saber de dónde viene la carne que comemos.
Ahora bien, la promesa del PLN de digitalización gradual y apoyo técnico a los pequeños productores suena muy bien, pero el diablo está en los detalles. ¿Cómo van a garantizar que esos programas lleguen realmente a quienes los necesitan? ¿Quién va a pagar por toda esa tecnología? Estas son preguntas clave que deberían estar en la boca de todos los candidatos, porque el futuro del sector ganadero y de nuestra seguridad alimentaria depende de ello.
Así que, mi gente, aquí está el panorama. Una promesa de cambio, un sector ganadero dividido, un plazo que se acerca y un montón de preguntas sin respuesta. ¿Creen que la derogación del decreto de areteo es la solución correcta? ¿O deberíamos buscar una forma de adaptarlo a la realidad de nuestros ganaderos, incluso si eso implica un costo mayor? ¡Déjenme sus opiniones en el foro, quiero escuchar qué piensa el pueblo sobre este asunto que nos afecta a todos!
Para ponerlos al día, el decreto en cuestión busca identificar y rastrear el ganado con aretes electrónicos. La idea era buena en teoría –tener control sobre la carne que consume la gente, evitar la informalidad– pero el problema es que, pa’ muchos ganaderos, especialmente los más chiquitos, se les complica un montón cumplir con todo ese papeleo y tecnología. Dicen que el costo es alto y que se van al traste si tienen que invertir tanto.
Según datos del MAG, estamos hablando de unas 25 mil cabezas de ganado identificadas en todo el país, ¡una miseria considerando que tenemos casi 1.5 millones! Eso significa que la mayoría del hato tico sigue trabajando en la sombra, y ahí entran las sospechas de evasión de impuestos. A propósito, recordaremos que el exministro Nogui Acosta soltaba la bomba de que casi el 70% de los ganaderos no declara ni paga impuesto. ¡Una barbaridad!
Ramos promete otra cosa: “Vamos a derogar ese decreto y sentarnos a platicar con todos los involucrados –productores, industriales, autoridades sanitarias– para armar un plan que funcione de verdad”. Asegura que quieren una trazabilidad completa, pero con calma, acompañamiento técnico y apoyito pa'l gandulito que apenas puede mantener a su familia. Dice que primero hay que crear las bases, no dejar al sector a la deriva como supuestamente hizo el gobierno actual.
Pero, ¿qué tan factible es todo esto? Abrir una mesa de diálogo suena lindo en campaña, pero luego la realidad golpea. Con tantos intereses contrapuestos –ganaderos que no quieren gastar, industrias que buscan abaratar costos, autoridades que quieren controlar– encontrar un punto medio no será tarea fácil. Además, hay que recordar que el plazo para el areteo obligatorio es enero de 2026, así que el tiempo apremia, diay.
Y ojo con esto: también sale a relucir el tema de la informalidad en el sector. Según algunas estimaciones, el intercambio real de reses supera las 39 mil cabezas anualmente, mientras que el MAG solamente registra unas 780 compras y ventas. Ahí tienes para hacerle cuentas al fisco…y a los consumidores que merecemos saber de dónde viene la carne que comemos.
Ahora bien, la promesa del PLN de digitalización gradual y apoyo técnico a los pequeños productores suena muy bien, pero el diablo está en los detalles. ¿Cómo van a garantizar que esos programas lleguen realmente a quienes los necesitan? ¿Quién va a pagar por toda esa tecnología? Estas son preguntas clave que deberían estar en la boca de todos los candidatos, porque el futuro del sector ganadero y de nuestra seguridad alimentaria depende de ello.
Así que, mi gente, aquí está el panorama. Una promesa de cambio, un sector ganadero dividido, un plazo que se acerca y un montón de preguntas sin respuesta. ¿Creen que la derogación del decreto de areteo es la solución correcta? ¿O deberíamos buscar una forma de adaptarlo a la realidad de nuestros ganaderos, incluso si eso implica un costo mayor? ¡Déjenme sus opiniones en el foro, quiero escuchar qué piensa el pueblo sobre este asunto que nos afecta a todos!