A ver, a todos nos ha pasado. Escuchas esos rayitos de sol entrando por la ventana, te estiras un poquito, y BAM... ahí está el peludo mirándote fijo, maullando como si estuvieras obligado a servirle café con leche. Sí, hablamos del drama de los gatos que nos despiertan a horas indecentes, específicamente, alrededor de las cuatro de la mañana. ¿Será que quieren hacernos daño? ¿O quizás somos nosotros los culpables?
Según parece, según los “expertos” (porque claro, ahora hasta los gatos tienen sus gurús), no estamos siendo atacados por nuestros compañeros felinos, sino que estamos siendo víctimas de sus instintos ancestrales. Resulta que los gatos son animales crepusculares, o sea, activos al amanecer y al anochecer. Su instinto cazador se dispara cuando el mundo empieza a moverse, y nosotros, pobres mortales, somos su presa preferida para despertar.
Mikel Delgado, la bruja de los gatos de la Universidad de California Davis, dice textualmente: “Cuando un gato despierta a su dueño, busca algo: interacción, juego, comida, o simplemente descargar toda esa energía acumulada”. ¡Energía acumulada!, como si fueran torbellinos andantes con bigotes. Y ojo, que si alguna vez les has dado comida a esas horas, ya estás cocinando a tres fogones la perdición de tu sueño. Porque el bicho aprende rapidísimo qué truco funciona para sacarte de la cama.
Jackson Galaxy, el tipo que rescata gatos endemoniados en 'My Cat From Hell', avisa: “Un gato que despierta siempre a la misma hora probablemente esté siguiendo una rutina que sin querer reforzaste. Estos seres aprenden a velocidad de vértigo qué comportamiento les da la atención, la comida, o la sesión de juegos que tanto desean”. Entonces, si te levantas corriendo a atender al peludo, ¡felicidades! Has creado un monstruo de buen corazón, pero igual de persistente.
Pero no todo es culpa del instinto, chunches. Según la veterinaria Dr. Sarah Ellis, autora de ‘The Trainable Cat’, podría haber otros factores en juego. Exceso de energía, horarios de comida rarísimos, falta de estimulación durante el día, o hasta estrés en el hogar. En resumen, si tienes un gatito aburrido, hambriento o asustado, las cuatro de la mañana serán su hora de reclamar.
Y aquí viene la parte preocupante, diay. Los etólogos, esos tipos que entienden cómo piensan los animales, advierten que estos cambios de hábito pueden ser señales de alerta. Un gato que repentinamente empieza a despertarte a las cuatro de la mañana, podría estar sufriendo dolor, sintiendo hambre extrema, o teniendo algún problemón de salud. Así que, si el comportamiento es nuevo y va acompañado de cambios en su apetito o peso, ¡corre al veterinario!
En fin, que mi gente, tenemos que ponerle orden a esto. Refuerza el juego diario, dale una buena alimentación balanceada, y si es necesario, ignora al maullador insomne. Aunque fácil no es, porque ellos saben cómo tocarte las fibras sensibles. Pero recuerda, tú eres el jefe de la casa (o eso deberías pensar).
Ahora dime, mi pana: ¿Te has sentido identificado con esta historia? ¿Qué estrategias usas para sobrevivir a las madrugadas felinas y evitar convertirte en esclavo de tu gato? ¡Déjanos tus tips en los comentarios! ¿Quizás tu gato tiene algún truquito especial para robarte el sueño?
Según parece, según los “expertos” (porque claro, ahora hasta los gatos tienen sus gurús), no estamos siendo atacados por nuestros compañeros felinos, sino que estamos siendo víctimas de sus instintos ancestrales. Resulta que los gatos son animales crepusculares, o sea, activos al amanecer y al anochecer. Su instinto cazador se dispara cuando el mundo empieza a moverse, y nosotros, pobres mortales, somos su presa preferida para despertar.
Mikel Delgado, la bruja de los gatos de la Universidad de California Davis, dice textualmente: “Cuando un gato despierta a su dueño, busca algo: interacción, juego, comida, o simplemente descargar toda esa energía acumulada”. ¡Energía acumulada!, como si fueran torbellinos andantes con bigotes. Y ojo, que si alguna vez les has dado comida a esas horas, ya estás cocinando a tres fogones la perdición de tu sueño. Porque el bicho aprende rapidísimo qué truco funciona para sacarte de la cama.
Jackson Galaxy, el tipo que rescata gatos endemoniados en 'My Cat From Hell', avisa: “Un gato que despierta siempre a la misma hora probablemente esté siguiendo una rutina que sin querer reforzaste. Estos seres aprenden a velocidad de vértigo qué comportamiento les da la atención, la comida, o la sesión de juegos que tanto desean”. Entonces, si te levantas corriendo a atender al peludo, ¡felicidades! Has creado un monstruo de buen corazón, pero igual de persistente.
Pero no todo es culpa del instinto, chunches. Según la veterinaria Dr. Sarah Ellis, autora de ‘The Trainable Cat’, podría haber otros factores en juego. Exceso de energía, horarios de comida rarísimos, falta de estimulación durante el día, o hasta estrés en el hogar. En resumen, si tienes un gatito aburrido, hambriento o asustado, las cuatro de la mañana serán su hora de reclamar.
Y aquí viene la parte preocupante, diay. Los etólogos, esos tipos que entienden cómo piensan los animales, advierten que estos cambios de hábito pueden ser señales de alerta. Un gato que repentinamente empieza a despertarte a las cuatro de la mañana, podría estar sufriendo dolor, sintiendo hambre extrema, o teniendo algún problemón de salud. Así que, si el comportamiento es nuevo y va acompañado de cambios en su apetito o peso, ¡corre al veterinario!
En fin, que mi gente, tenemos que ponerle orden a esto. Refuerza el juego diario, dale una buena alimentación balanceada, y si es necesario, ignora al maullador insomne. Aunque fácil no es, porque ellos saben cómo tocarte las fibras sensibles. Pero recuerda, tú eres el jefe de la casa (o eso deberías pensar).
Ahora dime, mi pana: ¿Te has sentido identificado con esta historia? ¿Qué estrategias usas para sobrevivir a las madrugadas felinas y evitar convertirte en esclavo de tu gato? ¡Déjanos tus tips en los comentarios! ¿Quizás tu gato tiene algún truquito especial para robarte el sueño?
