Uy, uy, uy... la Tierra se estremece, máes. Aquí en el Foro de Costa Rica les cuento que la movida de temblores en Uvita no da tregua. El Ovsicori confirma que la cosísima sigue activa y, pa' colmo, subiendo. Este viernes tuvimos otro sismo de 4.7, y eso sin contar las réplicas que nos han tenido pegajosos desde lunes. ¡Qué susto!
Para ponerlos en clima, todo empezó la semana pasada con un sismo de 5.0 el lunes 17. Luego vino el "golpe" el martes 18, con un temblorazo de 5.6 que hizo temblar hasta las paredes. Imagínense, ¡más de 165 réplicas en menos de 24 horas! Parecía que íbamos a salir volando de casa. Según los expertos, esto se debe a que la placa del Coco se está dobiendo al meterse por debajo de la del Caribe, ahí donde empieza el brete.
Marino Protti, el sismólogo del Ovsicori, nos explica que estamos viendo una deformación interna de la placa del Coco. Suena técnico, ¿verdad? Lo que quiere decir es que hay mucha presión ahí abajo y la tierra se está moviendo como loca. Él mismo dice que es “un evento más, una réplica más” de toda esta actividad. Y vaya que tenemos réplicas, ¡casi 350 hasta ahora! Uno se siente un poco vulnerable, ¿quién no lo estaría?
Lo bueno es que, hasta el momento, el Ovsicori no ve señales de que vaya a haber un temblorazo mayor pronto. Pero ojo, que no se confíen. Están vigilando la vara con lupa porque, con tanto movimiento, nunca se sabe cuándo puede pasar. Estos geólogos andan más despiertos que el gato de mi abuela, revisando todos los datos y analizando cada pequeña vibración.
Ahora bien, ¿por qué estamos sintiendo estos temblores tan lejos de la costa Pacífica? Pues resulta que la geometría de la falla –la forma en que las placas chocan– coincide con el campo de fuerzas que existe entre la placa del Coco y la microplaca de Panamá. Eso significa que la energía se propaga bastante bien y puede sentirse en lugares alejados. No es jaco, es ciencia, máes.
A pesar del zozobra que nos causan estos temblores, también es importante recordar que Costa Rica está en una zona sísmicamente activa. Vivimos encima de un montón de placas tectónicas que se están moviendo constantemente. Esto no es nada nuevo, aunque claro, cuando sientes que la casa se mueve, te acuerdas que vivimos en un lugar dinámico, diay...
Y hablando de dinamismo, la gente del sur se ha portado como campeones, informándose, compartiendo información y ayudándose unos a otros. Se nota que somos pura vida, incluso ante los terremotos. Todos checando si sus vecinos están bien, ofreciendo una mano y tratando de mantener la calma. ¡Eso sí que da gusto ver!
En fin, la situación se mantiene bajo control, pero no podemos bajar la guardia. Por ahora, el Ovsicori seguirá monitoreando la actividad sísmica con atención. Así que, máes, díganme ustedes: ¿qué medidas creen que deberíamos tomar como sociedad para estar mejor preparados ante futuros sismos? ¿Será hora de reforzar las casas, tener kits de emergencia listos o simplemente aprender a vivir con la incertidumbre de que la Tierra siempre estará en movimiento?
Para ponerlos en clima, todo empezó la semana pasada con un sismo de 5.0 el lunes 17. Luego vino el "golpe" el martes 18, con un temblorazo de 5.6 que hizo temblar hasta las paredes. Imagínense, ¡más de 165 réplicas en menos de 24 horas! Parecía que íbamos a salir volando de casa. Según los expertos, esto se debe a que la placa del Coco se está dobiendo al meterse por debajo de la del Caribe, ahí donde empieza el brete.
Marino Protti, el sismólogo del Ovsicori, nos explica que estamos viendo una deformación interna de la placa del Coco. Suena técnico, ¿verdad? Lo que quiere decir es que hay mucha presión ahí abajo y la tierra se está moviendo como loca. Él mismo dice que es “un evento más, una réplica más” de toda esta actividad. Y vaya que tenemos réplicas, ¡casi 350 hasta ahora! Uno se siente un poco vulnerable, ¿quién no lo estaría?
Lo bueno es que, hasta el momento, el Ovsicori no ve señales de que vaya a haber un temblorazo mayor pronto. Pero ojo, que no se confíen. Están vigilando la vara con lupa porque, con tanto movimiento, nunca se sabe cuándo puede pasar. Estos geólogos andan más despiertos que el gato de mi abuela, revisando todos los datos y analizando cada pequeña vibración.
Ahora bien, ¿por qué estamos sintiendo estos temblores tan lejos de la costa Pacífica? Pues resulta que la geometría de la falla –la forma en que las placas chocan– coincide con el campo de fuerzas que existe entre la placa del Coco y la microplaca de Panamá. Eso significa que la energía se propaga bastante bien y puede sentirse en lugares alejados. No es jaco, es ciencia, máes.
A pesar del zozobra que nos causan estos temblores, también es importante recordar que Costa Rica está en una zona sísmicamente activa. Vivimos encima de un montón de placas tectónicas que se están moviendo constantemente. Esto no es nada nuevo, aunque claro, cuando sientes que la casa se mueve, te acuerdas que vivimos en un lugar dinámico, diay...
Y hablando de dinamismo, la gente del sur se ha portado como campeones, informándose, compartiendo información y ayudándose unos a otros. Se nota que somos pura vida, incluso ante los terremotos. Todos checando si sus vecinos están bien, ofreciendo una mano y tratando de mantener la calma. ¡Eso sí que da gusto ver!
En fin, la situación se mantiene bajo control, pero no podemos bajar la guardia. Por ahora, el Ovsicori seguirá monitoreando la actividad sísmica con atención. Así que, máes, díganme ustedes: ¿qué medidas creen que deberíamos tomar como sociedad para estar mejor preparados ante futuros sismos? ¿Será hora de reforzar las casas, tener kits de emergencia listos o simplemente aprender a vivir con la incertidumbre de que la Tierra siempre estará en movimiento?