¡Ay, Dios mío! Esto sí que es novela, pura novela. Resulta que la Fiscalía anda reventando oficinas del Banco Central, y no precisamente porque le regalaron un pastel de tres pisos. Parece que hubo juguetitos jugando sucio con la compra del Parque Empresarial del Pacífico (PEP), y la cosa huele a rancio hasta decir basta.
La bronca viene de allá atrás, cuando el Fondo Inmobiliario de Inversión No Diversificada (Fiind) se compró ese parque de bodegas en Puntarenas. Pero ojo, la cosa no salió tan regalada como parece. Según la Fiscalía, la adquisición se hizo con un sobreprecio que supera los 42 millones de dólares, ¡una torta! Y ahora resulta que algunos jefes de BCR SAFI anduvieron maqueteando papeles para que nadie se diera cuenta de la verdadera dimensión del desastre.
Lo que descubrió la Fiscalía Adjunta de Probidad, Transparencia y Anticorrupción (Fapta) es que tanto Natalia Garro Acuña, jefa de Proyectos, como Marco Carbajal Soto, supervisor de la Unidad de Infraestructura, anduvieron condicionando informes para que las cosas se vieran más bonitas de lo que realmente eran. Como si estuvieran tratando de encubrir el feo con barniz, ¿me entienden?
¿Y cómo lo hicieron? Pues fíjense que emitieron un informe, el UII-179-2021, donde dijeron que todas las obras pendientes en el parque ya estaban terminadas. ¡Pero qué vaina! La realidad era otra, había montón de trabajos inconclusos y la calidad de lo que sí estaba hecho no cumplía con lo que decía el papeleo. Eso, mis queridos, es meterse con la plata del pueblo, y eso no se vale ni con chinchorro.
Pero esto no es cuento chino, la cosa va escalando. Al parecer, en octubre de 2019, el grupo de vendedores del PEP, sin necesidad de intermediarios, le entregaron toda la información al BCR SAFI. Ahí entraron Carbajal Soto, Gutiérrez Chaves y Garro Acuña, y armaron otro informe, el UII-010-2019, donde inventaron un valor mínimo de $65,643,670.00 y un valor máximo de $72,553,530.00 para el inmueble. ¡Una guachapalabra! Todo con el fin, aparentemente, de darle al parque un precio inflado y justificar la compra.
Luego, unos analistas financieros siguieron el juego y calcularon que el parque valía… ¡$91.239.199! Una cifra aún más alta, destinada, según la Fiscalía, a impulsar la operación a pesar de la información falsa. Total, un brete de mentiras y manipulaciones para quedarse con la bolsa llena y nosotros pagando la cuenta. Qué sal!
La investigación no se queda ahí, la Fiscalía también revisó las comunicaciones de los implicados. Con el análisis de activaciones de radiobases, lograron rastrear quiénes visitaron el Parque Empresarial del Pacífico y cuándo. Sorpresa, sorpresa: Natalia Garro Acuña aparecía en casi todos los lugares clave, acompañada de otros personajes sospechosos. Demasiadas coincidencias para que sean mera casualidad, ¿verdad, chavales?
Bueno, pues con todo este rollo, mi pregunta para ustedes es: ¿Hasta dónde llegará esta investigación? ¿Se caerán cabezas importantes del BCR y del gobierno? ¿Lograremos recuperar aunque sea una parte de esos $42 millones que se fueron al traste? Dejen sus opiniones en los comentarios, quiero saber qué piensan de esta telenovela nacional.
La bronca viene de allá atrás, cuando el Fondo Inmobiliario de Inversión No Diversificada (Fiind) se compró ese parque de bodegas en Puntarenas. Pero ojo, la cosa no salió tan regalada como parece. Según la Fiscalía, la adquisición se hizo con un sobreprecio que supera los 42 millones de dólares, ¡una torta! Y ahora resulta que algunos jefes de BCR SAFI anduvieron maqueteando papeles para que nadie se diera cuenta de la verdadera dimensión del desastre.
Lo que descubrió la Fiscalía Adjunta de Probidad, Transparencia y Anticorrupción (Fapta) es que tanto Natalia Garro Acuña, jefa de Proyectos, como Marco Carbajal Soto, supervisor de la Unidad de Infraestructura, anduvieron condicionando informes para que las cosas se vieran más bonitas de lo que realmente eran. Como si estuvieran tratando de encubrir el feo con barniz, ¿me entienden?
¿Y cómo lo hicieron? Pues fíjense que emitieron un informe, el UII-179-2021, donde dijeron que todas las obras pendientes en el parque ya estaban terminadas. ¡Pero qué vaina! La realidad era otra, había montón de trabajos inconclusos y la calidad de lo que sí estaba hecho no cumplía con lo que decía el papeleo. Eso, mis queridos, es meterse con la plata del pueblo, y eso no se vale ni con chinchorro.
Pero esto no es cuento chino, la cosa va escalando. Al parecer, en octubre de 2019, el grupo de vendedores del PEP, sin necesidad de intermediarios, le entregaron toda la información al BCR SAFI. Ahí entraron Carbajal Soto, Gutiérrez Chaves y Garro Acuña, y armaron otro informe, el UII-010-2019, donde inventaron un valor mínimo de $65,643,670.00 y un valor máximo de $72,553,530.00 para el inmueble. ¡Una guachapalabra! Todo con el fin, aparentemente, de darle al parque un precio inflado y justificar la compra.
Luego, unos analistas financieros siguieron el juego y calcularon que el parque valía… ¡$91.239.199! Una cifra aún más alta, destinada, según la Fiscalía, a impulsar la operación a pesar de la información falsa. Total, un brete de mentiras y manipulaciones para quedarse con la bolsa llena y nosotros pagando la cuenta. Qué sal!
La investigación no se queda ahí, la Fiscalía también revisó las comunicaciones de los implicados. Con el análisis de activaciones de radiobases, lograron rastrear quiénes visitaron el Parque Empresarial del Pacífico y cuándo. Sorpresa, sorpresa: Natalia Garro Acuña aparecía en casi todos los lugares clave, acompañada de otros personajes sospechosos. Demasiadas coincidencias para que sean mera casualidad, ¿verdad, chavales?
Bueno, pues con todo este rollo, mi pregunta para ustedes es: ¿Hasta dónde llegará esta investigación? ¿Se caerán cabezas importantes del BCR y del gobierno? ¿Lograremos recuperar aunque sea una parte de esos $42 millones que se fueron al traste? Dejen sus opiniones en los comentarios, quiero saber qué piensan de esta telenovela nacional.