Maes, hay que hablar del despiche que se armó en Cuesta de Moras. Si uno se pone a ver, la política tica a veces parece un reality show, y el capítulo de hoy tuvo un momento simbólico que vale más que mil discursos: la curul de Leslye Bojorges amaneció huérfana. Así como lo leen, ya no está el chunche azul y rojo del PUSC. La bandera desapareció. Un gesto sutil, casi teatral, pero que grita a los cuatro vientos que el matrimonio entre el diputado y su partido se fue oficialmente al traste.
Para los que no están al tanto de la novela, les hago un resumen. La vara viene caliente desde que estalló el “Caso Richter”, y el nombre de Bojorges quedó manchado en el enredo. Ayer, el candidato presidencial del PUSC, Juan Carlos Hidalgo, se cansó del asunto y le mandó un ultimátum a la fracción: o lo sacan, o lo sacan. Parece que la presión funcionó, porque después de una encerrona que me imagino que estuvo más tensa que final de la Sele, el jefe de fracción, Alejandro Pacheco, salió a decir que sí, que le aceptaban la “sugerencia” y le iban a pedir a Bojorges que recogiera sus cosas y se declarara independiente. ¡Qué torta para el PUSC! A estas alturas del partido, tener que lidiar con este circo interno es un dolor de cabeza que no les suma ni un voto.
Ahora, pongámonos en los zapatos de Bojorges por un segundo. El mae está salado, no hay de otra. Tenía dos sopas, y ninguna sabía bien. La primera era hacerse el mae y quedarse en la fracción, aguantando las miradas de cuchillo de sus “compañeros” todos los días en el Plenario. Un brete imposible y desgastante. La segunda, que es la que parece que va a tomar, es declararse independiente. Esto suena muy digno y todo, pero en la práctica significa perder un montón de poder: menos tiempo para hablar, menos gente en comisiones, menos de todo. Básicamente, pasás de ser un jugador de equipo a ser un llanero solitario en un ecosistema que se come vivos a los que andan solos. Cualquier plan a largo plazo que tuviera, se le acaba de complicar nivel experto.
Pero aquí es donde la vara se pone más interesante y, si me preguntan a mí, más preocupante. Si Bojorges se declara independiente, sería el OCTAVO diputado de esta Asamblea en hacerlo. ¡Ocho! Esto ya no es una anomalía, es una tendencia clarísima. El plenario se está convirtiendo en un archipiélago de islas independientes, cada una con su propia agenda y sus propias lealtades (o falta de ellas). Esto hace que negociar cualquier ley sea un despiche monumental. En lugar de hablar con 5 o 6 jefes de fracción, ahora el Gobierno tiene que ir a rogarle a un montón de diputados que no le deben nada a nadie. La gobernabilidad del país se complica un montón con este reguero de independientes.
Al final, la bandera que quitó Bojorges es más que un pedazo de tela. Es el símbolo de la fractura de los partidos tradicionales y de una crisis de representación que nos salpica a todos. Él convocó a una conferencia de prensa para hoy en la tarde, y seguro se pintará como una víctima del sistema o un mártir. Pero más allá del show mediático, la pregunta de fondo queda en el aire y me gustaría saber qué piensan ustedes, maes. ¿Estamos viendo simplemente el drama personal de un diputado que se jaló una torta, o es esto una prueba más de que el modelo de partidos políticos en Costa Rica está completamente quebrado y necesita un reseteo urgente?
Para los que no están al tanto de la novela, les hago un resumen. La vara viene caliente desde que estalló el “Caso Richter”, y el nombre de Bojorges quedó manchado en el enredo. Ayer, el candidato presidencial del PUSC, Juan Carlos Hidalgo, se cansó del asunto y le mandó un ultimátum a la fracción: o lo sacan, o lo sacan. Parece que la presión funcionó, porque después de una encerrona que me imagino que estuvo más tensa que final de la Sele, el jefe de fracción, Alejandro Pacheco, salió a decir que sí, que le aceptaban la “sugerencia” y le iban a pedir a Bojorges que recogiera sus cosas y se declarara independiente. ¡Qué torta para el PUSC! A estas alturas del partido, tener que lidiar con este circo interno es un dolor de cabeza que no les suma ni un voto.
Ahora, pongámonos en los zapatos de Bojorges por un segundo. El mae está salado, no hay de otra. Tenía dos sopas, y ninguna sabía bien. La primera era hacerse el mae y quedarse en la fracción, aguantando las miradas de cuchillo de sus “compañeros” todos los días en el Plenario. Un brete imposible y desgastante. La segunda, que es la que parece que va a tomar, es declararse independiente. Esto suena muy digno y todo, pero en la práctica significa perder un montón de poder: menos tiempo para hablar, menos gente en comisiones, menos de todo. Básicamente, pasás de ser un jugador de equipo a ser un llanero solitario en un ecosistema que se come vivos a los que andan solos. Cualquier plan a largo plazo que tuviera, se le acaba de complicar nivel experto.
Pero aquí es donde la vara se pone más interesante y, si me preguntan a mí, más preocupante. Si Bojorges se declara independiente, sería el OCTAVO diputado de esta Asamblea en hacerlo. ¡Ocho! Esto ya no es una anomalía, es una tendencia clarísima. El plenario se está convirtiendo en un archipiélago de islas independientes, cada una con su propia agenda y sus propias lealtades (o falta de ellas). Esto hace que negociar cualquier ley sea un despiche monumental. En lugar de hablar con 5 o 6 jefes de fracción, ahora el Gobierno tiene que ir a rogarle a un montón de diputados que no le deben nada a nadie. La gobernabilidad del país se complica un montón con este reguero de independientes.
Al final, la bandera que quitó Bojorges es más que un pedazo de tela. Es el símbolo de la fractura de los partidos tradicionales y de una crisis de representación que nos salpica a todos. Él convocó a una conferencia de prensa para hoy en la tarde, y seguro se pintará como una víctima del sistema o un mártir. Pero más allá del show mediático, la pregunta de fondo queda en el aire y me gustaría saber qué piensan ustedes, maes. ¿Estamos viendo simplemente el drama personal de un diputado que se jaló una torta, o es esto una prueba más de que el modelo de partidos políticos en Costa Rica está completamente quebrado y necesita un reseteo urgente?