¡Ay, Dios mío! Este caso de Ligia Faerron se ha puesto bien feo, qué pena. Resulta que el OIJ, comandado por Randall Zúñiga, ya no cree que estemos buscando a una persona con vida. Esto ha sacudido hasta los cimientos de la Zona Norte, porque la desaparecida era conocida por todos lados y ahora nos toca digerir esta cruda realidad.
Todo empezó hace unas semanas, cuando Ligia Faerron, una empresaria de 53 años, simplemente desapareció sin dejar rastro. Al principio, la esperanza era grande, se buscaba con todas las fueras, se revisaban pistas y testimonios, pero poco a poco la incertidumbre fue creciendo. Su casa fue allanada hace unos días, pero ahí no encontraron mucho, solo un vacío enorme y la angustia de sus familiares.
Este martes, la cosa se puso aún más seria con una serie de allanamientos en Florencia de San Carlos. Ahí detuvieron a tres personas: el hombre con quien se vio a Ligia por última vez y dos vecinas, sospechosas de estar guardando secretos. Parece que estas señoras andaban retajando, y eso levantó muchas sospechas entre las autoridades. ¡Me da qué pensar!
El epicentro de toda esta movida es una finca que, aparentemente, le pertenece a la madrastra del tipo que se le vio a Ligia antes de desaparecer. Justo en esa finca se encontraron cosas turbias: el anillo de Ligia, reconocido por su familia, ¡imagínate el golpe!, y pedazos de una maleta quemada. ¿Quién quema una maleta así? Claramente alguien quería borrar evidencia, y eso no pinta nada bueno.
Según el jefe del OIJ, este hallazgo cambia radicalmente el panorama. “Si no encontramos un cuerpo, la investigación se complica muchísimo,” declaró Zúñiga. Parece que dependemos totalmente de que aparezcan los restos de Ligia para poder avanzar con el caso. ¡Qué sal dado! Porque sin pruebas sólidas, cualquier pista se va por el caño.
Y ahí entra en juego la Unidad Canina. Estos muchachos con sus perritos expertos están recorriendo la finca rastreando cualquier olor que pueda llevarlos a encontrar algo… sea restos humanos, pertenencias de Ligia, o cualquier otra prueba que les ayude a armar el rompecabezas. Son pura sangre estos canes, ojalá logren algún indicio importante. No descansarán hasta encontrar la verdad.
Las autoridades siguen manejando el caso como una posible muerte o desaparición por deudas, aunque ahora con la evidencia encontrada en la finca, la posibilidad de un crimen parece muchísima más probable. Se habla de pasiones desenfrenadas, negocios turbios, y envidias que pueden haber desembocado en esta tragedia. Es un brete entender cómo gente capaz de hacerle esto a una señora trabajadora.
Ahora, compas del Foro, me pregunto... ¿cree usted que la Policía está actuando rápido y eficazmente ante esta terrible situación? ¿Considera que se debieron tomar medidas más drásticas desde el inicio, o es normal que las investigaciones tomen este tiempo? Comparta su opinión con nosotros, ¡necesitamos conversar sobre esto!
Todo empezó hace unas semanas, cuando Ligia Faerron, una empresaria de 53 años, simplemente desapareció sin dejar rastro. Al principio, la esperanza era grande, se buscaba con todas las fueras, se revisaban pistas y testimonios, pero poco a poco la incertidumbre fue creciendo. Su casa fue allanada hace unos días, pero ahí no encontraron mucho, solo un vacío enorme y la angustia de sus familiares.
Este martes, la cosa se puso aún más seria con una serie de allanamientos en Florencia de San Carlos. Ahí detuvieron a tres personas: el hombre con quien se vio a Ligia por última vez y dos vecinas, sospechosas de estar guardando secretos. Parece que estas señoras andaban retajando, y eso levantó muchas sospechas entre las autoridades. ¡Me da qué pensar!
El epicentro de toda esta movida es una finca que, aparentemente, le pertenece a la madrastra del tipo que se le vio a Ligia antes de desaparecer. Justo en esa finca se encontraron cosas turbias: el anillo de Ligia, reconocido por su familia, ¡imagínate el golpe!, y pedazos de una maleta quemada. ¿Quién quema una maleta así? Claramente alguien quería borrar evidencia, y eso no pinta nada bueno.
Según el jefe del OIJ, este hallazgo cambia radicalmente el panorama. “Si no encontramos un cuerpo, la investigación se complica muchísimo,” declaró Zúñiga. Parece que dependemos totalmente de que aparezcan los restos de Ligia para poder avanzar con el caso. ¡Qué sal dado! Porque sin pruebas sólidas, cualquier pista se va por el caño.
Y ahí entra en juego la Unidad Canina. Estos muchachos con sus perritos expertos están recorriendo la finca rastreando cualquier olor que pueda llevarlos a encontrar algo… sea restos humanos, pertenencias de Ligia, o cualquier otra prueba que les ayude a armar el rompecabezas. Son pura sangre estos canes, ojalá logren algún indicio importante. No descansarán hasta encontrar la verdad.
Las autoridades siguen manejando el caso como una posible muerte o desaparición por deudas, aunque ahora con la evidencia encontrada en la finca, la posibilidad de un crimen parece muchísima más probable. Se habla de pasiones desenfrenadas, negocios turbios, y envidias que pueden haber desembocado en esta tragedia. Es un brete entender cómo gente capaz de hacerle esto a una señora trabajadora.
Ahora, compas del Foro, me pregunto... ¿cree usted que la Policía está actuando rápido y eficazmente ante esta terrible situación? ¿Considera que se debieron tomar medidas más drásticas desde el inicio, o es normal que las investigaciones tomen este tiempo? Comparta su opinión con nosotros, ¡necesitamos conversar sobre esto!
