¡Aguántense!, porque esto sí que da que pensar. Resulta que unos científicos, esos que siempre andan buscando cositas en internet, descubrieron que ChatGPT, la inteligencia artificial que le habla al mundo entero, tiene un problemita... ¡y es gordito! Parece que tiene un sesgo de género bien marcado, y eso nos afecta a todas y todos.
La onda es que, según un estudio publicado en la revista Nature, esta inteligencia artificial, que muchos usamos para ayudar en el trabajo o hasta para buscar empleo, tiende a asumir que las mujeres son más jóvenes y tienen menos experiencia que los hombres. ¡Pero dígame usted!, ¿dónde quedó la lucha por la igualdad, eh?
Y no es solo cuestión de percepción. El estudio analizó casi 1.4 millones de fotos y videos de plataformas como Google, Wikipedia y YouTube, y corroboró que las mujeres suelen aparecer representadas como más jóvenes que los hombres, especialmente en trabajos donde se les da importancia. Es como si la sociedad –y ahora la tecnología– quisieran congelarlas en el tiempo, ¿me entienden?
Pero la cosa se pone más turbia cuando hablamos de búsqueda de empleo. Los investigadores crearon alrededor de 40 mil currículums para más de 50 profesiones diferentes, cambiando solo el nombre del candidato para ver cómo reaccionaba ChatGPT. ¡Y vaya sorpresa! Cuando el nombre era de mujer, la IA asumía automáticamente que era más joven y tenía menos experiencia, clasificándola peor que los hombres. ¡Una verdadera torta!
Esto no es ninguna novedad para nosotras, las mujeres. Llevamos años luchando contra prejuicios y estereotipos en el ámbito laboral. Pero que ahora la inteligencia artificial, que debería ayudarnos, esté reproduciendo y amplificando esos mismos sesgos… ¡ufff, qué tristeza! Es como si volviéramos a empezar desde cero, tratando de demostrar nuestra valía en un sistema que parece estar diseñado para obstaculizarnos.
Marian Blanco, una profe de comunicación audiovisual en España, dice que esto es urgente. Necesitamos, según ella, cuestionar los presupuestos culturales en los que se entrenan estas inteligencias artificiales y construir herramientas digitales más justas e inclusivas. Nuria Oliver, otra experta, recalca que la clave está en tener datos objetivos, como el hecho de que no hay diferencias de edad reales entre hombres y mujeres en la población activa de Estados Unidos, para poder desenmascarar estos estereotipos.
Ahora, piensen en esto: ¿cuántas veces hemos tenido que esforzarnos el doble para demostrar que somos capaces, simplemente por ser mujeres? ¿Cuántas oportunidades se nos han perdido por culpa de prejuicios inconscientes? Esta investigación demuestra que la batalla aún no ha terminado, y que necesitamos redoblar esfuerzos para garantizar la igualdad de oportunidades para todas y todos.
Así que, mi gente, me pregunto: ¿Cómo podemos exigir que las empresas y desarrolladores de inteligencia artificial tomen cartas en el asunto y corrijan estos sesgos? ¿Deberíamos regular el uso de la IA en procesos de selección de personal para evitar discriminaciones, o creen que la solución pasa por educar y sensibilizar a la sociedad sobre estos problemas? ¡Den sus opiniones, vamos a armar un buen debate!
La onda es que, según un estudio publicado en la revista Nature, esta inteligencia artificial, que muchos usamos para ayudar en el trabajo o hasta para buscar empleo, tiende a asumir que las mujeres son más jóvenes y tienen menos experiencia que los hombres. ¡Pero dígame usted!, ¿dónde quedó la lucha por la igualdad, eh?
Y no es solo cuestión de percepción. El estudio analizó casi 1.4 millones de fotos y videos de plataformas como Google, Wikipedia y YouTube, y corroboró que las mujeres suelen aparecer representadas como más jóvenes que los hombres, especialmente en trabajos donde se les da importancia. Es como si la sociedad –y ahora la tecnología– quisieran congelarlas en el tiempo, ¿me entienden?
Pero la cosa se pone más turbia cuando hablamos de búsqueda de empleo. Los investigadores crearon alrededor de 40 mil currículums para más de 50 profesiones diferentes, cambiando solo el nombre del candidato para ver cómo reaccionaba ChatGPT. ¡Y vaya sorpresa! Cuando el nombre era de mujer, la IA asumía automáticamente que era más joven y tenía menos experiencia, clasificándola peor que los hombres. ¡Una verdadera torta!
Esto no es ninguna novedad para nosotras, las mujeres. Llevamos años luchando contra prejuicios y estereotipos en el ámbito laboral. Pero que ahora la inteligencia artificial, que debería ayudarnos, esté reproduciendo y amplificando esos mismos sesgos… ¡ufff, qué tristeza! Es como si volviéramos a empezar desde cero, tratando de demostrar nuestra valía en un sistema que parece estar diseñado para obstaculizarnos.
Marian Blanco, una profe de comunicación audiovisual en España, dice que esto es urgente. Necesitamos, según ella, cuestionar los presupuestos culturales en los que se entrenan estas inteligencias artificiales y construir herramientas digitales más justas e inclusivas. Nuria Oliver, otra experta, recalca que la clave está en tener datos objetivos, como el hecho de que no hay diferencias de edad reales entre hombres y mujeres en la población activa de Estados Unidos, para poder desenmascarar estos estereotipos.
Ahora, piensen en esto: ¿cuántas veces hemos tenido que esforzarnos el doble para demostrar que somos capaces, simplemente por ser mujeres? ¿Cuántas oportunidades se nos han perdido por culpa de prejuicios inconscientes? Esta investigación demuestra que la batalla aún no ha terminado, y que necesitamos redoblar esfuerzos para garantizar la igualdad de oportunidades para todas y todos.
Así que, mi gente, me pregunto: ¿Cómo podemos exigir que las empresas y desarrolladores de inteligencia artificial tomen cartas en el asunto y corrijan estos sesgos? ¿Deberíamos regular el uso de la IA en procesos de selección de personal para evitar discriminaciones, o creen que la solución pasa por educar y sensibilizar a la sociedad sobre estos problemas? ¡Den sus opiniones, vamos a armar un buen debate!