¡Aguante! El dólar se fue pa' lomo y el colón anda crecido como nunca. Parece mentira, pero estamos viviendo niveles de tipo de cambio que no se veían desde el lejano 2005. La cosa pinta rara, diay, porque esto afecta a todos, desde el vecino que quiere echarse unos panecillos hasta las empresas que venden café al mundo entero. Según el Observatorio Económico y Social de la U, la cosa va a cambiar el panorama económico bien pronto.
Desde principios de año, el colón ha ganado terreno frente al dólar, casi un 4%, situándose en unos ¢491,54 por dólar. ¡Una cifra redonda! Incluso hubo días, como el 4 de diciembre, donde el dólar anduvo rondando los ¢488,06. Imagínate qué susto le dio al Banco Central, que tuvo que meterle mano pa’ que la cosa no se fuera totalmente de las manos. Pero, ¿qué significa esto realmente para nosotros, los chinos?
Bueno, pa' empezar, hay ganadores y perdedores. Entre los que se llevan la paloma están los importadores, que ahora necesitan menos colones pa' comprar dólares. Eso les deja buenísima plata para invertir, mejorar sus procesos o, ya saben, darse un chuche. También nos toca a nosotros, los consumidores, porque los productos importados –combustible, electrodomésticos, celulares– se ponen más accesibles. Y ni hablar de aquellos que tienen créditos en dólares; ¡se ahorran una fortuna en las mensualidades!
Otro que se beneficia es el gobierno. Pagar la deuda externa se vuelve más fácil cuando el dólar baja, liberando recursos para otros proyectos importantes. Imagínate, quizás puedan arreglar esas carreteras que tanto nos desesperan… ojalá, diay. Hasta los viajeros tenemos motivos pa' celebrar, porque nuestros billetes nos rinden más allá fronteras. Irse de vacaciones se pone más asequible y podemos traer souvenirs sin arruinarnos.
Pero no todo color de rosa, mi pana. Hay sectores que están sufriendo las consecuencias de este cambio. Los exportadores, por ejemplo, ven cómo sus productos se encarecen para el extranjero y pierden competitividad. Es como si les pusieran piedras en los zapatos. Y el sector turístico tampoco lo está pasando muy bien; los gringos pueden encontrar opciones más baratas en otros lados, así que a veces prefieren irse a otro destino. ¡Qué sal!
Las empresas que compiten directamente con productos importados también están apretándole el botón. Con los precios más bajos de los productos extranjeros, sus ventas se van al garete. Y eso, claro, impacta en empleos y en la economía local. Por otro lado, aquellos que reciben salario o remesas en dólares, sienten cómo su poder adquisitivo se reduce día tras día. Se les complica llegar a fin de mes, diay.
La raíz de esta bajada repentina del dólar se atribuye a una oferta exagerada de dólares en el Monex, producto de empresas que necesitan colones para pagar aguinaldos y otras obligaciones de fin de año. Una movida masiva que desató el cachivache en el mercado cambiario. Como dije, el Banco Central tuvo que intervenir comprando divisas pa’ controlar la situación. Pero, ¿será suficiente? El OES-UNA nos avisa que, si esta tendencia se prolonga, podríamos tener problemas más serios en el futuro, afectando a empresas y a la estabilidad económica en general.
En fin, la apreciación del colón es una espada de doble filo. Mientras algunos se dan unos festejos, otros están sudando la gota gorda. La pregunta que me hago es: ¿Cómo cree usted que deberíamos prepararnos como país para enfrentar estos cambios en el mercado cambiario y asegurar que los beneficios se distribuyan equitativamente entre todos los ciudadanos? Déjenme sus opiniones en los comentarios, quiero saber qué piensa mi gente del Foro.
Desde principios de año, el colón ha ganado terreno frente al dólar, casi un 4%, situándose en unos ¢491,54 por dólar. ¡Una cifra redonda! Incluso hubo días, como el 4 de diciembre, donde el dólar anduvo rondando los ¢488,06. Imagínate qué susto le dio al Banco Central, que tuvo que meterle mano pa’ que la cosa no se fuera totalmente de las manos. Pero, ¿qué significa esto realmente para nosotros, los chinos?
Bueno, pa' empezar, hay ganadores y perdedores. Entre los que se llevan la paloma están los importadores, que ahora necesitan menos colones pa' comprar dólares. Eso les deja buenísima plata para invertir, mejorar sus procesos o, ya saben, darse un chuche. También nos toca a nosotros, los consumidores, porque los productos importados –combustible, electrodomésticos, celulares– se ponen más accesibles. Y ni hablar de aquellos que tienen créditos en dólares; ¡se ahorran una fortuna en las mensualidades!
Otro que se beneficia es el gobierno. Pagar la deuda externa se vuelve más fácil cuando el dólar baja, liberando recursos para otros proyectos importantes. Imagínate, quizás puedan arreglar esas carreteras que tanto nos desesperan… ojalá, diay. Hasta los viajeros tenemos motivos pa' celebrar, porque nuestros billetes nos rinden más allá fronteras. Irse de vacaciones se pone más asequible y podemos traer souvenirs sin arruinarnos.
Pero no todo color de rosa, mi pana. Hay sectores que están sufriendo las consecuencias de este cambio. Los exportadores, por ejemplo, ven cómo sus productos se encarecen para el extranjero y pierden competitividad. Es como si les pusieran piedras en los zapatos. Y el sector turístico tampoco lo está pasando muy bien; los gringos pueden encontrar opciones más baratas en otros lados, así que a veces prefieren irse a otro destino. ¡Qué sal!
Las empresas que compiten directamente con productos importados también están apretándole el botón. Con los precios más bajos de los productos extranjeros, sus ventas se van al garete. Y eso, claro, impacta en empleos y en la economía local. Por otro lado, aquellos que reciben salario o remesas en dólares, sienten cómo su poder adquisitivo se reduce día tras día. Se les complica llegar a fin de mes, diay.
La raíz de esta bajada repentina del dólar se atribuye a una oferta exagerada de dólares en el Monex, producto de empresas que necesitan colones para pagar aguinaldos y otras obligaciones de fin de año. Una movida masiva que desató el cachivache en el mercado cambiario. Como dije, el Banco Central tuvo que intervenir comprando divisas pa’ controlar la situación. Pero, ¿será suficiente? El OES-UNA nos avisa que, si esta tendencia se prolonga, podríamos tener problemas más serios en el futuro, afectando a empresas y a la estabilidad económica en general.
En fin, la apreciación del colón es una espada de doble filo. Mientras algunos se dan unos festejos, otros están sudando la gota gorda. La pregunta que me hago es: ¿Cómo cree usted que deberíamos prepararnos como país para enfrentar estos cambios en el mercado cambiario y asegurar que los beneficios se distribuyan equitativamente entre todos los ciudadanos? Déjenme sus opiniones en los comentarios, quiero saber qué piensa mi gente del Foro.