Diay maes, a veces uno de verdad cree que ya lo ha visto todo en este país, pero siempre sale una vara que le vuela la cabeza. Hoy nos levantamos con la noticia de que el OIJ le cayó a una banda de robacarros, algo que, lamentablemente, ya casi ni sorprende. Pero aquí es donde la cosa se pone surrealista: según el propio director del OIJ, Randall Zúñiga, estos maes no eran unos delincuentes cualquiera; eran prácticamente una empresa con horario de oficina y todo. ¡Una Pyme del hampa! La organización tenía un calendario fijo para salir de “brete”: de miércoles a domingo, en horario nocturno. Se acabaron los lunes de robo, parece que hasta ellos les da pereza empezar la semana.
Lo más increíble de todo este despiche no es solo el horario, sino la estructura interna que manejaban. El líder, un sujeto de 47 años que claramente se vio todas las temporadas de “El Patrón del Mal”, les pagaba un salario semanal a sus secuaces. Y aquí viene lo bueno: les pagaba independientemente de si lograban o no robarse un chunche esa semana. ¡Imagínense! Un salario base por ser ladrón. Si una semana la cosa estaba floja y no caía ningún carro, igual les llegaba la platica. Zúñiga detalló que podían ser hasta 200 mil colones. Ya cuando sí coronaban un robo, el pago extra andaba entre los 500 y 600 mil colones por carro. Uno aquí pulseándola todos los días y estos tipos con beneficios y planilla. Es para no creerlo.
Obviamente, el OIJ no se quedó de brazos cruzados viendo cómo montaban esta operación. La investigación arrancó desde el 2023, y durante meses les estuvieron siguiendo la pista. Lograron individualizar a 15 personas, una cuadrilla completa con 12 hombres y 3 mujeres. Según el informe, a la banda se le achacan al menos 32 causas, aunque durante la investigación se les pudo ligar directamente con 6 robos, logrando recuperar 3 carros intactos y otros 3 que ya habían sido alterados. Su especialidad eran los carros tipo rural, esos que son más fáciles de levantar por el método del “descuido”. Una logística impresionante para una causa tan torcida.
Para desarmar este chiringuito, el despliegue del OIJ tuvo que ser masivo. Los allanamientos se hicieron esta mañana por toda la GAM y hasta más allá, demostrando que la red de estos maes estaba bien extendida. Cayeron en Carrillos de Poás, en Sabanilla y Atenas de Alajuela, y se metieron por todo San José: Hatillo 8, Vázquez de Coronado, San Rafael Abajo y Calle Fallas de Desamparados. Tampoco se salvaron en Belén de Heredia y, para que vean el alcance, hasta en El Cairo de Siquirres hubo movimiento. Un operativo en toda regla para frenar un negocio que, por más organizado que estuviera, no deja de ser una plaga.
Al final, más allá de la anécdota casi cómica del “horario de oficina” y el “salario para ladrones”, esta vara deja un sabor amargo. ¡Qué torta tener que ver cómo el crimen se organiza a este nivel, como si fuera una empresa legítima con recursos humanos y todo! Demuestra una profesionalización del hampa que asusta y nos obliga a estar más atentos que nunca. La pregunta que queda en el aire es inevitable y se las dejo a ustedes para que opinen: Maes, ¿qué dice esto sobre el estado de la seguridad en Costa Rica? ¿Estamos viendo una nueva era de "emprendedurismo criminal" o es solo un caso aislado? ¿Cómo se combate una vara tan estructurada? Los leo en los comentarios.
Lo más increíble de todo este despiche no es solo el horario, sino la estructura interna que manejaban. El líder, un sujeto de 47 años que claramente se vio todas las temporadas de “El Patrón del Mal”, les pagaba un salario semanal a sus secuaces. Y aquí viene lo bueno: les pagaba independientemente de si lograban o no robarse un chunche esa semana. ¡Imagínense! Un salario base por ser ladrón. Si una semana la cosa estaba floja y no caía ningún carro, igual les llegaba la platica. Zúñiga detalló que podían ser hasta 200 mil colones. Ya cuando sí coronaban un robo, el pago extra andaba entre los 500 y 600 mil colones por carro. Uno aquí pulseándola todos los días y estos tipos con beneficios y planilla. Es para no creerlo.
Obviamente, el OIJ no se quedó de brazos cruzados viendo cómo montaban esta operación. La investigación arrancó desde el 2023, y durante meses les estuvieron siguiendo la pista. Lograron individualizar a 15 personas, una cuadrilla completa con 12 hombres y 3 mujeres. Según el informe, a la banda se le achacan al menos 32 causas, aunque durante la investigación se les pudo ligar directamente con 6 robos, logrando recuperar 3 carros intactos y otros 3 que ya habían sido alterados. Su especialidad eran los carros tipo rural, esos que son más fáciles de levantar por el método del “descuido”. Una logística impresionante para una causa tan torcida.
Para desarmar este chiringuito, el despliegue del OIJ tuvo que ser masivo. Los allanamientos se hicieron esta mañana por toda la GAM y hasta más allá, demostrando que la red de estos maes estaba bien extendida. Cayeron en Carrillos de Poás, en Sabanilla y Atenas de Alajuela, y se metieron por todo San José: Hatillo 8, Vázquez de Coronado, San Rafael Abajo y Calle Fallas de Desamparados. Tampoco se salvaron en Belén de Heredia y, para que vean el alcance, hasta en El Cairo de Siquirres hubo movimiento. Un operativo en toda regla para frenar un negocio que, por más organizado que estuviera, no deja de ser una plaga.
Al final, más allá de la anécdota casi cómica del “horario de oficina” y el “salario para ladrones”, esta vara deja un sabor amargo. ¡Qué torta tener que ver cómo el crimen se organiza a este nivel, como si fuera una empresa legítima con recursos humanos y todo! Demuestra una profesionalización del hampa que asusta y nos obliga a estar más atentos que nunca. La pregunta que queda en el aire es inevitable y se las dejo a ustedes para que opinen: Maes, ¿qué dice esto sobre el estado de la seguridad en Costa Rica? ¿Estamos viendo una nueva era de "emprendedurismo criminal" o es solo un caso aislado? ¿Cómo se combate una vara tan estructurada? Los leo en los comentarios.