¡Aguafiestas de nadie! Parece que la cosa está echándose a andar bien rico pa’ la economía centroamericana, mándale duro. Las proyecciones de la CEPAL, esos señores que saben un poquito, nos dicen que el 2026 promete ser un año de crecimiento, y eso siempre cae bien, ¿no creen?
Vamos por partes, porque la cosa tiene varios capítulos. Este 2025 vamos a cerrar con un aumento del PIB del 4%, qué lindo. Pero lo bueno viene ahora: para el 2026, se espera que sigamos creciendo, aunque un poquito más tranquilos, con un 3.9%. No es málísimo, considerando todo el rollo global que hemos tenido que aguantar estos años, ¿verdad?
Y ojo, que no estamos solos en esto. Honduras también anda parejo, con un 3.9% proyectado. Guatemala, Panamá, Nicaragua y El Salvador tienen números un poquitito más bajos, entre 3.4% y 3.8%, pero todos creciendo. Eso sí da esperanzas, mándale.
El analista económico Daniel Suchar, que sabe lo que habla, le echó chispa a la cosa diciendo que “el ombligo del continente” – se refirió a nuestra querida Costa Rica – va a estar moviéndose mejor que muchos otros lados. Según él, gran parte de esto se debe a que Estados Unidos está aflojando los aranceles para los productos agrícolas que nosotros les mandamos. Ahí hay una vara importante que agarrarle, sin duda alguna.
Ahora, cabe recalcar que esto no significa que todo esté resuelto. Todavía tenemos muchos desafíos por delante, como la inflación, la deuda pública, y el tema del empleo, que sigue siendo un dolor de cabeza. El panorama internacional tampoco es precisamente un festival, así que hay que ir con cuidado y seguir trabajando duro.
Pero, vamos a ser honestos, después de tantos años de incertidumbre y crisis, cualquier señal positiva es motivo para celebrar. Ver que se proyecta un crecimiento regional, y que Costa Rica está en la onda, nos da ánimos para seguir adelante y apostar por el futuro. Claro que hay que ponerle empeño, no irnos de puras promesas, pero la intención está ahí.
Muchos expertos han señalado que la recuperación económica de la región depende mucho de la capacidad de los países para diversificar sus economías, atraer inversión extranjera, y mejorar la infraestructura. Además, es fundamental fortalecer la integración regional y trabajar juntos para enfrentar los desafíos comunes. Que no sea cuento, que le demos pa’ todos lados.
En fin, parece que las cosas van encaminándose, pero todavía queda mucho por hacer. Considerando este panorama positivo, ¿creen que el gobierno debería priorizar inversiones en educación y tecnología para asegurar un crecimiento sostenible a largo plazo, o enfocarse en reactivar sectores productivos tradicionales como el turismo y la agricultura? ¡Den su opinión!
Vamos por partes, porque la cosa tiene varios capítulos. Este 2025 vamos a cerrar con un aumento del PIB del 4%, qué lindo. Pero lo bueno viene ahora: para el 2026, se espera que sigamos creciendo, aunque un poquito más tranquilos, con un 3.9%. No es málísimo, considerando todo el rollo global que hemos tenido que aguantar estos años, ¿verdad?
Y ojo, que no estamos solos en esto. Honduras también anda parejo, con un 3.9% proyectado. Guatemala, Panamá, Nicaragua y El Salvador tienen números un poquitito más bajos, entre 3.4% y 3.8%, pero todos creciendo. Eso sí da esperanzas, mándale.
El analista económico Daniel Suchar, que sabe lo que habla, le echó chispa a la cosa diciendo que “el ombligo del continente” – se refirió a nuestra querida Costa Rica – va a estar moviéndose mejor que muchos otros lados. Según él, gran parte de esto se debe a que Estados Unidos está aflojando los aranceles para los productos agrícolas que nosotros les mandamos. Ahí hay una vara importante que agarrarle, sin duda alguna.
Ahora, cabe recalcar que esto no significa que todo esté resuelto. Todavía tenemos muchos desafíos por delante, como la inflación, la deuda pública, y el tema del empleo, que sigue siendo un dolor de cabeza. El panorama internacional tampoco es precisamente un festival, así que hay que ir con cuidado y seguir trabajando duro.
Pero, vamos a ser honestos, después de tantos años de incertidumbre y crisis, cualquier señal positiva es motivo para celebrar. Ver que se proyecta un crecimiento regional, y que Costa Rica está en la onda, nos da ánimos para seguir adelante y apostar por el futuro. Claro que hay que ponerle empeño, no irnos de puras promesas, pero la intención está ahí.
Muchos expertos han señalado que la recuperación económica de la región depende mucho de la capacidad de los países para diversificar sus economías, atraer inversión extranjera, y mejorar la infraestructura. Además, es fundamental fortalecer la integración regional y trabajar juntos para enfrentar los desafíos comunes. Que no sea cuento, que le demos pa’ todos lados.
En fin, parece que las cosas van encaminándose, pero todavía queda mucho por hacer. Considerando este panorama positivo, ¿creen que el gobierno debería priorizar inversiones en educación y tecnología para asegurar un crecimiento sostenible a largo plazo, o enfocarse en reactivar sectores productivos tradicionales como el turismo y la agricultura? ¡Den su opinión!
