¡Ay, Dios mío! El Banco Central nos soltó el IPM de octubre y parece que la cosa no va tan regalada como pintaban. Dicen que el crecimiento económico se mantiene, sí, pero con señas de alerta que me tienen a mí, y seguro a muchos de ustedes, frunciendo el ceño. Parece que estamos navegando en aguas turbias, vamos.
Resulta que, según el BCCR, en el tercer trimestre del 2025 tuvimos un crecimiento interanual de 4,5%, suena chévere, ¿verdad? Pero si le quitamos migajas, tenemos que ver que eso es poquito más que lo del mismo período del año anterior y menos que lo que teníamos pensado. Pura plata pa’l político, dicen por ahí…y nosotros aguantándonos los apretones.
Analizando los números más de fondo, la cosa pinta medio complicada. El consumo privado dio un respingo –gracias a Dios, porque ya estábamos feos–, pero impulsado por cosas básicas como vivienda, salud y comida. Eso dice mucho de cómo andamos, ¿no creen? La gente priorizando lo esencial para sobrevivir, y eso no es bueno para nadie, ni para los negocios ni para la economía en general. El pueblo necesita más que comida y techo, necesitamos oportunidades, chunches pa' disfrutar un poco de la vida, diay…
Y ni hablar del consumo gubernamental, que apenas se movió, contribuyendo con un puntito insignificante al crecimiento. Uno esperaría que el gobierno echara una mano más grande, invirtiendo en proyectos que realmente impulsen la economía, generando empleos dignos y mejorando la calidad de vida de to’los ticos. Pero parece que todavía les falta rodar, má’s aún con todas las reformas al ROP que anda dando qué hablar. ¡Qué despiche!
Lo que sí le dio un empujón importante fue la demanda externa, sobre todo por las exportaciones de bienes, especialmente implementos médicos. Ahí sí brillamos, pura innovación y producto de alta calidad hecho aquí en nuestro país. Pero ojo, porque esa vara no siempre dura, y depende mucho de factores externos que no podemos controlar. Por otro lado, las importaciones subieron, acompañando la inversión y el consumo... ¿Estamos comprando lo que necesitamos o simplemente lo que queremos?
En cuanto a las actividades económicas, la manufactura se puso a brincar, pero el régimen definitivo tuvo algunas bajones en sectores tradicionales como vidrio, textiles y papel. La agricultura sufrió con el clima, como siempre, y la construcción se estancó. El transporte y los hoteles también sintieron el golpe de un turismo que no despega como debería. Un brete, sinceramente, y nos toca batallar para salir adelante.
El Banco Central proyecta un crecimiento del PIB de 4,2% para todo el 2025, revisando alza la estimación anterior. Atribuyen esto principalmente al buen desempeño de las exportaciones de implementos médicos. Una bendición, claro, pero no podemos poner toda la esperanza en un solo sector. Necesitamos diversificar la economía, apostarle a nuevos rubros y crear un entorno favorable para la inversión y el emprendimiento. Ya basta de depender tanto de lo que haga afuera, necesitamos echarle gallos, mae, construir nuestro propio destino.
En fin, la situación es compleja, llena de matices y desafíos. Tenemos que estar muy atentos a los próximos movimientos del BCCR, al comportamiento del dólar y a las decisiones que tome el gobierno. Pero lo más importante es que sigamos trabajando duro, apoyándonos mutuamente y buscando soluciones creativas para superar esta crisis. ¿Ustedes qué piensan, compas? ¿Creen que esta proyección del BCCR es realista o nos espera alguna sorpresa desagradable?, ¿Qué medidas deberían tomarse urgentemente para reactivar la economía costarricense y asegurar un futuro próspero para todos?
	
		
			
		
		
	
				
			Resulta que, según el BCCR, en el tercer trimestre del 2025 tuvimos un crecimiento interanual de 4,5%, suena chévere, ¿verdad? Pero si le quitamos migajas, tenemos que ver que eso es poquito más que lo del mismo período del año anterior y menos que lo que teníamos pensado. Pura plata pa’l político, dicen por ahí…y nosotros aguantándonos los apretones.
Analizando los números más de fondo, la cosa pinta medio complicada. El consumo privado dio un respingo –gracias a Dios, porque ya estábamos feos–, pero impulsado por cosas básicas como vivienda, salud y comida. Eso dice mucho de cómo andamos, ¿no creen? La gente priorizando lo esencial para sobrevivir, y eso no es bueno para nadie, ni para los negocios ni para la economía en general. El pueblo necesita más que comida y techo, necesitamos oportunidades, chunches pa' disfrutar un poco de la vida, diay…
Y ni hablar del consumo gubernamental, que apenas se movió, contribuyendo con un puntito insignificante al crecimiento. Uno esperaría que el gobierno echara una mano más grande, invirtiendo en proyectos que realmente impulsen la economía, generando empleos dignos y mejorando la calidad de vida de to’los ticos. Pero parece que todavía les falta rodar, má’s aún con todas las reformas al ROP que anda dando qué hablar. ¡Qué despiche!
Lo que sí le dio un empujón importante fue la demanda externa, sobre todo por las exportaciones de bienes, especialmente implementos médicos. Ahí sí brillamos, pura innovación y producto de alta calidad hecho aquí en nuestro país. Pero ojo, porque esa vara no siempre dura, y depende mucho de factores externos que no podemos controlar. Por otro lado, las importaciones subieron, acompañando la inversión y el consumo... ¿Estamos comprando lo que necesitamos o simplemente lo que queremos?
En cuanto a las actividades económicas, la manufactura se puso a brincar, pero el régimen definitivo tuvo algunas bajones en sectores tradicionales como vidrio, textiles y papel. La agricultura sufrió con el clima, como siempre, y la construcción se estancó. El transporte y los hoteles también sintieron el golpe de un turismo que no despega como debería. Un brete, sinceramente, y nos toca batallar para salir adelante.
El Banco Central proyecta un crecimiento del PIB de 4,2% para todo el 2025, revisando alza la estimación anterior. Atribuyen esto principalmente al buen desempeño de las exportaciones de implementos médicos. Una bendición, claro, pero no podemos poner toda la esperanza en un solo sector. Necesitamos diversificar la economía, apostarle a nuevos rubros y crear un entorno favorable para la inversión y el emprendimiento. Ya basta de depender tanto de lo que haga afuera, necesitamos echarle gallos, mae, construir nuestro propio destino.
En fin, la situación es compleja, llena de matices y desafíos. Tenemos que estar muy atentos a los próximos movimientos del BCCR, al comportamiento del dólar y a las decisiones que tome el gobierno. Pero lo más importante es que sigamos trabajando duro, apoyándonos mutuamente y buscando soluciones creativas para superar esta crisis. ¿Ustedes qué piensan, compas? ¿Creen que esta proyección del BCCR es realista o nos espera alguna sorpresa desagradable?, ¿Qué medidas deberían tomarse urgentemente para reactivar la economía costarricense y asegurar un futuro próspero para todos?