¡Ay, Dios mío! Aquí vamos otra vez con un problema que le pega duro al bolsillo de los más necesitados. La cosa está que arde porque muchísimas familias costarricenses están pasando veduras por culpa de la suspensión de las licencias de cuidado. Se trata de gente que dejó su brete para cuidar a sus seres queridos, y ahora, ¿quién les va a echar una mano?
Como bien sabemos, estas licencias son un salvavidas para aquellos que tienen que dejar de trabajar para atender a un familiar enfermo terminal, un niño con problemas de salud graves o alguien que necesita cuidados especiales. Imagínense tener que elegir entre estar al lado de tu madre enferma y poner comida en la mesa. ¡Qué dilema!
Pero resulta que el sistema se ha complicado y ahora cientos de familias se encuentran sin ese apoyo económico vital. Denuncias a raudales llegan a la Defensoría de los Habitantes, y la situación es tan apremiante que ya no puede esperar. Gente desesperada, sin plata para comprar comida, medicinas o pañales… ¡una verdadera pena!
La Defensoría, harta de tanto papeleo y demoras, le ha echado presión al gobierno pidiendo que actúen rápido. Le piden al Presidente Chaves que incluya en la agenda legislativa un proyecto de ley que solucione esto de una vez por todas. Ya basta de parches, necesitamos una solución estructural que garantice que este programa siga funcionando.
Y es que el problema es más profundo que parece. Resulta que el Fondo de Desarrollo Social y Asignaciones Familiares (FODESAF) está casi vacío y la ley actual no permite inyectarle más fondos ni darle una ayuda extra a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS). ¡Un lío tremendo! El congresista Jonathan Acuña propuso una reforma para permitirle al Poder Ejecutivo buscar otros recursos, pero todavía hay tiempo muerto en la Asamblea Legislativa.
El Presidente Chaves, para colmo, dice que no es necesaria la reforma, sino una simple autorización de gasto en el próximo presupuesto extraordinario. ¡Uy!, así nos van a querer distraer con tecnicismos mientras la gente sigue sufriendo. A ver si los diputados abren los ojos y entienden la gravedad de la situación.
Desde noviembre pasado hasta finales de enero del año que viene, el Poder Ejecutivo tiene el control sobre qué leyes se discuten en la Asamblea. Eso significa que tienen el poder de fastidiar aún más las cosas si no se ponen las pilas. Tenemos que estar pendientes y exigirles que hagan lo correcto, porque esto no puede seguir así.
En fin, una situación preocupante que nos demuestra lo frágil que puede ser nuestra red de seguridad social. ¿Será que realmente estamos priorizando el bienestar de nuestras familias o seguimos atascados en trámites burocráticos y juegos políticos? ¿Ustedes creen que el gobierno actuará a tiempo para evitar que más familias caigan en la miseria, o seguiremos viendo cómo se esfuman sus esperanzas?
Como bien sabemos, estas licencias son un salvavidas para aquellos que tienen que dejar de trabajar para atender a un familiar enfermo terminal, un niño con problemas de salud graves o alguien que necesita cuidados especiales. Imagínense tener que elegir entre estar al lado de tu madre enferma y poner comida en la mesa. ¡Qué dilema!
Pero resulta que el sistema se ha complicado y ahora cientos de familias se encuentran sin ese apoyo económico vital. Denuncias a raudales llegan a la Defensoría de los Habitantes, y la situación es tan apremiante que ya no puede esperar. Gente desesperada, sin plata para comprar comida, medicinas o pañales… ¡una verdadera pena!
La Defensoría, harta de tanto papeleo y demoras, le ha echado presión al gobierno pidiendo que actúen rápido. Le piden al Presidente Chaves que incluya en la agenda legislativa un proyecto de ley que solucione esto de una vez por todas. Ya basta de parches, necesitamos una solución estructural que garantice que este programa siga funcionando.
Y es que el problema es más profundo que parece. Resulta que el Fondo de Desarrollo Social y Asignaciones Familiares (FODESAF) está casi vacío y la ley actual no permite inyectarle más fondos ni darle una ayuda extra a la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS). ¡Un lío tremendo! El congresista Jonathan Acuña propuso una reforma para permitirle al Poder Ejecutivo buscar otros recursos, pero todavía hay tiempo muerto en la Asamblea Legislativa.
El Presidente Chaves, para colmo, dice que no es necesaria la reforma, sino una simple autorización de gasto en el próximo presupuesto extraordinario. ¡Uy!, así nos van a querer distraer con tecnicismos mientras la gente sigue sufriendo. A ver si los diputados abren los ojos y entienden la gravedad de la situación.
Desde noviembre pasado hasta finales de enero del año que viene, el Poder Ejecutivo tiene el control sobre qué leyes se discuten en la Asamblea. Eso significa que tienen el poder de fastidiar aún más las cosas si no se ponen las pilas. Tenemos que estar pendientes y exigirles que hagan lo correcto, porque esto no puede seguir así.
En fin, una situación preocupante que nos demuestra lo frágil que puede ser nuestra red de seguridad social. ¿Será que realmente estamos priorizando el bienestar de nuestras familias o seguimos atascados en trámites burocráticos y juegos políticos? ¿Ustedes creen que el gobierno actuará a tiempo para evitar que más familias caigan en la miseria, o seguiremos viendo cómo se esfuman sus esperanzas?