Mae, seamos honestos. La noticia de que Nogui Acosta, el ahora ex-mandamás de Hacienda, quiere una curul por San José para el 2026, tiene el mismo nivel de sorpresa que encontrar gallo pinto en un desayuno típico. Era el secreto a voces más sonado en los pasillos políticos y cafeterías de San José desde hace meses. La vara es que su renuncia la semana pasada no fue un simple “hasta luego” al brete, fue el primer capítulo, cantadísimo, de la novela que hoy se confirma: el hombre quiere pasarse de Zapote a Cuesta de Moras.
Diay, uno no necesita ser un genio para atar cabos. Dejar un ministerio tan pesado como el de Hacienda justo en este momento, no es una decisión que se toma para irse a descansar a la playa. Es una jugada de ajedrez. Acosta estuvo al frente de las finanzas del país desde el día uno de la administración Chaves Robles, un puesto que te pone en el ojo del huracán todos los días. Es un brete que, para bien o para mal, te da una visibilidad tremenda. Y ahora, esa visibilidad es la que, claramente, quiere capitalizar para asegurarse un campito en la Asamblea Legislativa.
Aquí es donde la trama se pone interesante. Acosta, siendo de Guanacaste, decide tirarse por San José. ¿Por qué? Bueno, la respuesta es tan pragmática como un estado de resultados. San José es la provincia que más diputados elige, es el epicentro del poder y, en política, es donde se corta el queque de verdad. Ir por Guanacaste sería el camino romántico, el de volver a la tierra natal. Pero la política, maes, rara vez es romántica. La movida por “Chepe” es una declaración de intenciones: no busca solo ser diputado, busca ser un diputado con peso, en el centro de la acción. Una apuesta estratégica, sin duda.
Toda esta vara nos obliga a ver el panorama completo. ¿Es esta una jugada personal de Acosta o es la primera ficha de dominó que cae en la estrategia del oficialismo para el 2026? Es muy probable que empecemos a ver a otras figuras del gobierno actual haciendo cálculos similares. Convertir la experiencia y el capital político del Ejecutivo en poder legislativo es un manual de primer grado en política. El gobierno necesita asegurar una fracción fuerte para el próximo periodo, y quién mejor para liderarla que las caras que ya conocemos, las que han estado en el frente de batalla mediático.
Al final, la confirmación de Nogui Acosta es menos una noticia y más una pieza que encaja en el rompecabezas que se está armando para las próximas elecciones. No hubo drama, no hubo sorpresa, solo la confirmación de un cálculo político que se veía venir a kilómetros. Ahora la pelota queda en la cancha de los votantes, especialmente los de San José, que tendrán que decidir si la gestión de un exministro de Hacienda es suficiente carta de presentación para darle un asiento en el Congreso. Se pone bueno el ambiente preelectoral.
Diay, uno no necesita ser un genio para atar cabos. Dejar un ministerio tan pesado como el de Hacienda justo en este momento, no es una decisión que se toma para irse a descansar a la playa. Es una jugada de ajedrez. Acosta estuvo al frente de las finanzas del país desde el día uno de la administración Chaves Robles, un puesto que te pone en el ojo del huracán todos los días. Es un brete que, para bien o para mal, te da una visibilidad tremenda. Y ahora, esa visibilidad es la que, claramente, quiere capitalizar para asegurarse un campito en la Asamblea Legislativa.
Aquí es donde la trama se pone interesante. Acosta, siendo de Guanacaste, decide tirarse por San José. ¿Por qué? Bueno, la respuesta es tan pragmática como un estado de resultados. San José es la provincia que más diputados elige, es el epicentro del poder y, en política, es donde se corta el queque de verdad. Ir por Guanacaste sería el camino romántico, el de volver a la tierra natal. Pero la política, maes, rara vez es romántica. La movida por “Chepe” es una declaración de intenciones: no busca solo ser diputado, busca ser un diputado con peso, en el centro de la acción. Una apuesta estratégica, sin duda.
Toda esta vara nos obliga a ver el panorama completo. ¿Es esta una jugada personal de Acosta o es la primera ficha de dominó que cae en la estrategia del oficialismo para el 2026? Es muy probable que empecemos a ver a otras figuras del gobierno actual haciendo cálculos similares. Convertir la experiencia y el capital político del Ejecutivo en poder legislativo es un manual de primer grado en política. El gobierno necesita asegurar una fracción fuerte para el próximo periodo, y quién mejor para liderarla que las caras que ya conocemos, las que han estado en el frente de batalla mediático.
Al final, la confirmación de Nogui Acosta es menos una noticia y más una pieza que encaja en el rompecabezas que se está armando para las próximas elecciones. No hubo drama, no hubo sorpresa, solo la confirmación de un cálculo político que se veía venir a kilómetros. Ahora la pelota queda en la cancha de los votantes, especialmente los de San José, que tendrán que decidir si la gestión de un exministro de Hacienda es suficiente carta de presentación para darle un asiento en el Congreso. Se pone bueno el ambiente preelectoral.
