¡Paté, paté! Aquí les va la nota. En tiempos donde parece que todo cuesta un riñón, resulta inspirador ver cómo unos cuantos mae y maestras le ponen toda la hacha a sus negocios, demostrando que con esfuerzo y dedicación, hasta el brete más duro se puede llevar a cabo. Hoy vamos a echarle ojo a tres historias de emprendedores costarricenses que, con diferentes trayectorias, han logrado construir sueños palpables y dejar su huella en sus comunidades.
Empezamos con el Minisúper Las Marías, ubicado en Heredia. Imagínate, a medio camino entre la capilla y un montón de casas, ahí está María de los Ángeles Abarca, una mujer que ha transformado un pequeño espacio en un oasis de productos frescos y atención personalizada. Este minisúper, que ya lleva cinco años funcionando, es mucho más que un simple comercio; es un punto de encuentro para los vecinos, un lugar donde puedes ir a comprar el pan calentito y echar el clavelo con Doña María.
Lo que me encanta de esta historia es el cariño con el que María ha puesto su nombre en el negocio. Su hija, también María, comparte el apellido y ambas trabajan incansablemente para ofrecer lo mejor a sus clientes. No es solo cuestión de vender, sino de crear lazos, conocer a la gente, recordar sus preferencias… es esa calidez humana que a veces se pierde en los grandes supermercados. De verdad, es una vara ejemplar de cómo se construye un negocio con valores y corazón tico.
Ahora cambiemos de escenario y viajemos hasta San Roque de Barva, donde nos encontramos con Guillermo Hernández Romero, alias Don Guillermo. Este colombiano llegó a Costa Rica hace más de 25 años buscando nuevas oportunidades, y vaya si las encontró. Después de recorrer varios caminos, ahora dirige el Súper Kamasi, un lugar que se ha convertido en un referente para los habitantes del sector. Ahí encuentras de todo: pan fresco por las mañanas, productos básicos para el hogar, y, por supuesto, el indispensable Diario Extra para estar al tanto de todo lo que pasa en el país.
Don Guillermo es un hombre de gustos sencillos, fiel amante del blanco, azul y rojo, y orgulloso de haber encontrado en Costa Rica su hogar. Me cuentan que también tiene un buen corazón porque siempre apoya a la comunidad y colabora en diversas iniciativas sociales. No hay que olvidar que detrás de cada supercomerciante hay una historia de sacrificio y perseverancia, y la suya es digna de admiración.
Y para cerrar con broche de oro, les presento a Kenneth Alfaro, el joven administrador detrás de la Cafetería Pan con Café en San Roque. Este mae ha dedicado ocho años de su vida a perfeccionar la elaboración de unos baguettes que se han vuelto famosos en toda la zona. Pero, ¿cuál es el secreto de estos panes tan deliciosos? Según dicen, está en un queso especial cuya receta es celosamente guardada por la cafetería. Ese aroma irresistible te atrapa antes aún de probarlos, ¡es pura magia!
Kenneth es un líder nato, y reconoce que dirigir un negocio no es fácil, pero valora las habilidades que ha desarrollado en el proceso: manejo de la presión, liderazgo, y la importancia de prestar atención a cada detalle. La Cafetería Pan con Café es un ejemplo de cómo la pasión y la dedicación pueden transformar un sueño en realidad, ofreciendo un producto único y de alta calidad a la comunidad. Es la prueba de que sí se puede hacer cosas chingonas con trabajo y creatividad.
Estas tres historias, aunque diferentes en sus inicios y enfoques, tienen en común un ingrediente esencial: el espíritu emprendedor tico. Mae y maestras que, a pesar de los desafíos, deciden apostarle a sus ideas y ponerle el hombro a levantar proyectos que benefician a sus comunidades. Pero dime, ¿qué otro negocio local en tu comunidad te inspira y por qué? ¿Cuál es la vara que hace que esos lugares sean especiales?
Empezamos con el Minisúper Las Marías, ubicado en Heredia. Imagínate, a medio camino entre la capilla y un montón de casas, ahí está María de los Ángeles Abarca, una mujer que ha transformado un pequeño espacio en un oasis de productos frescos y atención personalizada. Este minisúper, que ya lleva cinco años funcionando, es mucho más que un simple comercio; es un punto de encuentro para los vecinos, un lugar donde puedes ir a comprar el pan calentito y echar el clavelo con Doña María.
Lo que me encanta de esta historia es el cariño con el que María ha puesto su nombre en el negocio. Su hija, también María, comparte el apellido y ambas trabajan incansablemente para ofrecer lo mejor a sus clientes. No es solo cuestión de vender, sino de crear lazos, conocer a la gente, recordar sus preferencias… es esa calidez humana que a veces se pierde en los grandes supermercados. De verdad, es una vara ejemplar de cómo se construye un negocio con valores y corazón tico.
Ahora cambiemos de escenario y viajemos hasta San Roque de Barva, donde nos encontramos con Guillermo Hernández Romero, alias Don Guillermo. Este colombiano llegó a Costa Rica hace más de 25 años buscando nuevas oportunidades, y vaya si las encontró. Después de recorrer varios caminos, ahora dirige el Súper Kamasi, un lugar que se ha convertido en un referente para los habitantes del sector. Ahí encuentras de todo: pan fresco por las mañanas, productos básicos para el hogar, y, por supuesto, el indispensable Diario Extra para estar al tanto de todo lo que pasa en el país.
Don Guillermo es un hombre de gustos sencillos, fiel amante del blanco, azul y rojo, y orgulloso de haber encontrado en Costa Rica su hogar. Me cuentan que también tiene un buen corazón porque siempre apoya a la comunidad y colabora en diversas iniciativas sociales. No hay que olvidar que detrás de cada supercomerciante hay una historia de sacrificio y perseverancia, y la suya es digna de admiración.
Y para cerrar con broche de oro, les presento a Kenneth Alfaro, el joven administrador detrás de la Cafetería Pan con Café en San Roque. Este mae ha dedicado ocho años de su vida a perfeccionar la elaboración de unos baguettes que se han vuelto famosos en toda la zona. Pero, ¿cuál es el secreto de estos panes tan deliciosos? Según dicen, está en un queso especial cuya receta es celosamente guardada por la cafetería. Ese aroma irresistible te atrapa antes aún de probarlos, ¡es pura magia!
Kenneth es un líder nato, y reconoce que dirigir un negocio no es fácil, pero valora las habilidades que ha desarrollado en el proceso: manejo de la presión, liderazgo, y la importancia de prestar atención a cada detalle. La Cafetería Pan con Café es un ejemplo de cómo la pasión y la dedicación pueden transformar un sueño en realidad, ofreciendo un producto único y de alta calidad a la comunidad. Es la prueba de que sí se puede hacer cosas chingonas con trabajo y creatividad.
Estas tres historias, aunque diferentes en sus inicios y enfoques, tienen en común un ingrediente esencial: el espíritu emprendedor tico. Mae y maestras que, a pesar de los desafíos, deciden apostarle a sus ideas y ponerle el hombro a levantar proyectos que benefician a sus comunidades. Pero dime, ¿qué otro negocio local en tu comunidad te inspira y por qué? ¿Cuál es la vara que hace que esos lugares sean especiales?