¡Ay, Dios mío! Aquí tenemos tremenda vaina, fius. La diputada Carolina Delgado, ¡de pura cepa liberacionista!, salió echando humo en el Plenario Legislativo acusando a Álvaro Ramos de haberla botado de su campaña política. Un golpe bajo, dicen algunos, y vaya que es verdad porque esto pinta pa' cosas feas.
Pa’ ponerle un poco de contexto, la jugada viene después de que Delgado, fiel a su estilo, se haya ido en contra del coro en la votación del desafuero al Presidente Chaves. Mientras todos los libertarios se arrimaban pa’ apoyar al candidato, ella, junto con otros rebeldes como Carballo, Ajoy y compañía, le dijeron “no” al desafuero. Una decisión valiente, sí, pero que parece le costó caro a Delgado, pues ahora sale a relucir este affaire con Ramos.
Según cuenta la historia, la propia Delgado aseguró que ya le ha pasado antes, que esto no es la primera vez que la sacan de una campaña. Pero esta vez, la vareta es más picante, porque implica acusaciones directas hacia un candidato presidencial. "En mi carrera política varias veces me han sacado de la campaña política. Esta, hoy, no es una excepción, el candidato decidió sacarme de la campaña política", declaró la legisladora, dejando claro que se siente víctima de una especie de violencia política. ¡Qué pena!
Lo interesante de todo este brete es que Delgado hace una comparación directa con la situación que vivieron María Marta Carballo y Melina Ajoy cuando fueron expulsadas de la campaña socialcristiana de Juan Carlos Hidalgo. Esto levanta la vana, maes, porque sugiere que hay un patrón en cómo se trata a las mujeres en la política nacional. No sé ustedes, pero a mí eso me da qué pensar….
Y hablando de patrones, nos acordamos de aquel escándalo de la exministra de Cultura que también terminó expulsada por diferencias políticas. Parece que los candidatos, a veces, prefieren rodearse de gente que les diga siempre lo mismo, en lugar de tener voces disidentes que puedan aportar ideas nuevas. ¡Pura parálisis por análisis!
Ramos, por supuesto, aún no ha dado la cara oficialmente para aclarar la situación. Sus asesores están tratando de manejar la bronca con cuidado, pero las declaraciones de Delgado ya hicieron agua el río. Algunos analistas políticos sugieren que esta polémica podría afectar la imagen de Ramos y erosionar el apoyo que tiene entre el electorado indeciso. Ya verán, la campaña se puso color de hormiga de puro soponcio.
Este caso también plantea preguntas sobre el papel de la mujer en la política costarricense. ¿Es fácil para ellas ganarse un espacio y mantenerlo cuando tienen opiniones diferentes a las de los líderes de sus partidos? ¿Estamos ante una cultura machista arraigada en nuestras estructuras políticas? Eso es lo que preocupa a muchas, y con razón. Porque si bien hemos avanzado mucho, todavía queda camino por recorrer.
En fin, una nueva descarga en el ambiente político nacional. Con toda esta controversia, ¿creen ustedes que esta expulsión de Carolina Delgado impactará significativamente la contienda electoral, o será solo otro capítulo pasajero en la larga lista de dramas políticos que vemos en Costa Rica? ¡Compártanme sus opiniones en el foro!
Pa’ ponerle un poco de contexto, la jugada viene después de que Delgado, fiel a su estilo, se haya ido en contra del coro en la votación del desafuero al Presidente Chaves. Mientras todos los libertarios se arrimaban pa’ apoyar al candidato, ella, junto con otros rebeldes como Carballo, Ajoy y compañía, le dijeron “no” al desafuero. Una decisión valiente, sí, pero que parece le costó caro a Delgado, pues ahora sale a relucir este affaire con Ramos.
Según cuenta la historia, la propia Delgado aseguró que ya le ha pasado antes, que esto no es la primera vez que la sacan de una campaña. Pero esta vez, la vareta es más picante, porque implica acusaciones directas hacia un candidato presidencial. "En mi carrera política varias veces me han sacado de la campaña política. Esta, hoy, no es una excepción, el candidato decidió sacarme de la campaña política", declaró la legisladora, dejando claro que se siente víctima de una especie de violencia política. ¡Qué pena!
Lo interesante de todo este brete es que Delgado hace una comparación directa con la situación que vivieron María Marta Carballo y Melina Ajoy cuando fueron expulsadas de la campaña socialcristiana de Juan Carlos Hidalgo. Esto levanta la vana, maes, porque sugiere que hay un patrón en cómo se trata a las mujeres en la política nacional. No sé ustedes, pero a mí eso me da qué pensar….
Y hablando de patrones, nos acordamos de aquel escándalo de la exministra de Cultura que también terminó expulsada por diferencias políticas. Parece que los candidatos, a veces, prefieren rodearse de gente que les diga siempre lo mismo, en lugar de tener voces disidentes que puedan aportar ideas nuevas. ¡Pura parálisis por análisis!
Ramos, por supuesto, aún no ha dado la cara oficialmente para aclarar la situación. Sus asesores están tratando de manejar la bronca con cuidado, pero las declaraciones de Delgado ya hicieron agua el río. Algunos analistas políticos sugieren que esta polémica podría afectar la imagen de Ramos y erosionar el apoyo que tiene entre el electorado indeciso. Ya verán, la campaña se puso color de hormiga de puro soponcio.
Este caso también plantea preguntas sobre el papel de la mujer en la política costarricense. ¿Es fácil para ellas ganarse un espacio y mantenerlo cuando tienen opiniones diferentes a las de los líderes de sus partidos? ¿Estamos ante una cultura machista arraigada en nuestras estructuras políticas? Eso es lo que preocupa a muchas, y con razón. Porque si bien hemos avanzado mucho, todavía queda camino por recorrer.
En fin, una nueva descarga en el ambiente político nacional. Con toda esta controversia, ¿creen ustedes que esta expulsión de Carolina Delgado impactará significativamente la contienda electoral, o será solo otro capítulo pasajero en la larga lista de dramas políticos que vemos en Costa Rica? ¡Compártanme sus opiniones en el foro!
