¡Aguante!, parece que la economía le da una manito al pueblo. Según el último reporte del INEC, la tasa de desempleo bajó al 5,7% durante el trimestre de julio a septiembre. Sí, así como lo escuchan, menos gente sin chamba... pero espérense, que aquí hay varios tufos que hay que olfatear bien.
La cifra, presentada el mes pasado, muestra una disminución de medio punto porcentual con respecto al informe anterior, ubicándose en 134 mil personas buscando trabajo. De esos, 72 mil son cabezones y 62 mil son mujeras. Suena bien en papel, ¿verdad? Pero si nos metemos al brete, la cosa no es tan sencilla. Este número es menor al registrado hace un año, donde había unos 25 mil más en la fila del DESPACHITO, lamentablemente.
Lo que preocupa a muchos analistas, y a este Foro de Costa Rica también, es que esta reducción del desempleo viene acompañada de una caída importante en la fuerza laboral. Literalmente, estamos hablando de 73 mil personas que simplemente dejaron de buscar trabajo. Esto se traduce en una reducción del 2,41% en la tasa de participación laboral, que mide cuánta gente en edad de trabajar, mayor de 15 años, está realmente involucrada en el mercado laboral, ya sea trabajando o buscando activamente. Diay, esto suena a que mucha gente se ha ido a llorar al cantón, o peor, han dejado de intentarlo porque ven que la cosa está muy difícil.
Y eso no es todo, porque la tasa de ocupación también pegó un frenazo. En septiembre del 2024 estábamos en un 53,5%, y ahora hemos bajado a un 51,7%. Eso significa que tenemos casi 50 mil personas menos con un empleo formal, con sus bonos y prestaciones. Pa' qué vamos a celebrar si seguimos perdiendo terreno, chunches?
A pesar de esto, hay algunos datos que dan un poquito de esperanza. Actualmente, hay 2.206.569 personas empleadas en el país, aunque con un porcentaje considerable trabajando en la informalidad. Aproximadamente el 38,3% de la población sigue dependiendo de trabajos informales, sin seguridad social ni beneficios laborales. Además, el subempleo, es decir, aquellos que trabajan menos horas de las que quisieran para poder llevarse el sustento a casa, afecta al 2,8% de la población. ¡Qué carga!
Ahora, si miramos la perspectiva global, vemos que Costa Rica sigue teniendo una tasa de desempleo relativamente baja en comparación con otros países de la región. No obstante, estos números recientes plantean interrogantes importantes sobre la calidad del empleo y la estabilidad económica a largo plazo. Muchos señalan que la recuperación económica podría estar siendo desigual, beneficiando más a ciertos sectores que a otros, dejando atrás a una parte significativa de la población. Y claro, el aumento del costo de vida no ayuda precisamente; cada vez es más difícil llegar a fin de mes, maes.
La situación actual nos obliga a preguntarnos: ¿estamos exagerando con los anuncios de recuperación económica o estamos pasando por alto señales de alerta? Las políticas públicas deben enfocarse en crear empleos formales, mejorar las condiciones laborales y asegurar que todos los costarricenses tengan acceso a oportunidades económicas justas y equitativas. Además, es crucial fortalecer los programas de capacitación y desarrollo de habilidades para preparar a la mano de obra para los desafíos del futuro.
Así que, compañeros, cuéntenme: ¿ustedes creen que esta baja en el desempleo es una señal genuina de mejora económica o una estadística maquillada que oculta problemas más profundos? ¿Qué medidas deberían tomar el gobierno y las empresas para garantizar un crecimiento económico inclusivo y sostenible que beneficie a todos los costarricenses, y especialmente a quienes están buscando brete?
La cifra, presentada el mes pasado, muestra una disminución de medio punto porcentual con respecto al informe anterior, ubicándose en 134 mil personas buscando trabajo. De esos, 72 mil son cabezones y 62 mil son mujeras. Suena bien en papel, ¿verdad? Pero si nos metemos al brete, la cosa no es tan sencilla. Este número es menor al registrado hace un año, donde había unos 25 mil más en la fila del DESPACHITO, lamentablemente.
Lo que preocupa a muchos analistas, y a este Foro de Costa Rica también, es que esta reducción del desempleo viene acompañada de una caída importante en la fuerza laboral. Literalmente, estamos hablando de 73 mil personas que simplemente dejaron de buscar trabajo. Esto se traduce en una reducción del 2,41% en la tasa de participación laboral, que mide cuánta gente en edad de trabajar, mayor de 15 años, está realmente involucrada en el mercado laboral, ya sea trabajando o buscando activamente. Diay, esto suena a que mucha gente se ha ido a llorar al cantón, o peor, han dejado de intentarlo porque ven que la cosa está muy difícil.
Y eso no es todo, porque la tasa de ocupación también pegó un frenazo. En septiembre del 2024 estábamos en un 53,5%, y ahora hemos bajado a un 51,7%. Eso significa que tenemos casi 50 mil personas menos con un empleo formal, con sus bonos y prestaciones. Pa' qué vamos a celebrar si seguimos perdiendo terreno, chunches?
A pesar de esto, hay algunos datos que dan un poquito de esperanza. Actualmente, hay 2.206.569 personas empleadas en el país, aunque con un porcentaje considerable trabajando en la informalidad. Aproximadamente el 38,3% de la población sigue dependiendo de trabajos informales, sin seguridad social ni beneficios laborales. Además, el subempleo, es decir, aquellos que trabajan menos horas de las que quisieran para poder llevarse el sustento a casa, afecta al 2,8% de la población. ¡Qué carga!
Ahora, si miramos la perspectiva global, vemos que Costa Rica sigue teniendo una tasa de desempleo relativamente baja en comparación con otros países de la región. No obstante, estos números recientes plantean interrogantes importantes sobre la calidad del empleo y la estabilidad económica a largo plazo. Muchos señalan que la recuperación económica podría estar siendo desigual, beneficiando más a ciertos sectores que a otros, dejando atrás a una parte significativa de la población. Y claro, el aumento del costo de vida no ayuda precisamente; cada vez es más difícil llegar a fin de mes, maes.
La situación actual nos obliga a preguntarnos: ¿estamos exagerando con los anuncios de recuperación económica o estamos pasando por alto señales de alerta? Las políticas públicas deben enfocarse en crear empleos formales, mejorar las condiciones laborales y asegurar que todos los costarricenses tengan acceso a oportunidades económicas justas y equitativas. Además, es crucial fortalecer los programas de capacitación y desarrollo de habilidades para preparar a la mano de obra para los desafíos del futuro.
Así que, compañeros, cuéntenme: ¿ustedes creen que esta baja en el desempleo es una señal genuina de mejora económica o una estadística maquillada que oculta problemas más profundos? ¿Qué medidas deberían tomar el gobierno y las empresas para garantizar un crecimiento económico inclusivo y sostenible que beneficie a todos los costarricenses, y especialmente a quienes están buscando brete?