¡Ay, Dios mío, qué brete se armó en la Asamblea Legislativa! Después de jornadas maratónicas y discusiones a di y otroí, los diputados finalmente lograron aprobar el dictamen del presupuesto nacional para el 2026. Parece que este año sí se pusieron las pilas, aunque algunos maes todavía están frunciendo el ceño.
Como saben, el presupuesto era un hueso de pelea desde hace semanas. Había mucha tensión en las comisiones y cada partido político venía con sus propios planteamientos. Pero al final, parece que llegaron a un acuerdo, aunque no sabemos si todos quedaron contentos. Se maneja un monto global de ¢12,7 billones, una suma que da escalofríos a cualquiera, pero que según dicen, refleja las urgencias que tiene el país. Ya nos dirán si realmente llega a donde tiene que llegar, ¿eh?
La presidenta de la Comisión de Hacendarios, Paulina Ramírez, se mostró optimista con los ajustes realizados. Según ella, se reforzaron las áreas más necesitadas, especialmente el sector educativo y la seguridad. “Hicimos algunas mociones buscando darle más fuerza a esas áreas clave,” aseguró Ramírez, quien también destacó la importancia de tener un presupuesto que responda a las demandas ciudadanas. Pero bueno, ya hemos visto muchas promesas así... ¡Esperemos que esta vez sí cumplan!
Uno de los cambios más significativos fue la asignación de ¢10 mil millones para las pensiones del Régimen No Contributivo. Esto, señores, podría beneficiar a más de 9 mil personas mayores que viven en condiciones precarias. ¡Eso sí que es una buena nota! Otro movimiento importante fue el de ¢8,6 mil millones destinados al Poder Judicial, para contratar a 277 nuevos funcionarios entre la Fiscalía y el OIJ. A ver si así pueden agilizar los procesos y combatir la delincuencia, porque la cosa está fea en varios cantones del país.
Pero no todo fue miel sobre hojuelas. El exviceministro de Hacienda, Fernando Rodríguez, aunque aprobó el esfuerzo de los diputados, advirtió sobre posibles problemas futuros. Dijo que aún existe un vacío legal en cuanto a la ejecución del presupuesto, ya que Hacienda podría negarse a cumplir con todas las asignaciones aprobadas. “Lo que se aprueba es una autorización máxima de gasto, no una obligación firme”, señaló Rodríguez. ¡Uy, qué lata! Eso pone en riesgo todo el proceso y deja a muchos proyectos en el limbo.
Rodríguez también hizo hincapié en que, aunque los gastos en intereses han disminuido gracias a un entorno económico más favorable, aún existen necesidades apremiantes que requieren financiamiento. Por ejemplo, ampliado el programa de red de cuidado recibirá ¢7,8 mil millones y Becas Avancemos ¢6,6 millones, impactando positivamente a miles de familias costarricenses y jóvenes estudiantes respectivamente. Es vital garantizar que estos programas tengan los recursos necesarios para cumplir sus objetivos, porque ahí está la clave para construir un futuro mejor.
Ahora, los diputados tendrán hasta el viernes para presentar los dictámenes finales, y el debate en el plenario está programado para el 27 y 29 de noviembre. Así que todavía queda tiempo para que se hagan ajustes y se tomen decisiones importantes. Además, estamos pendientes de si Hacienda va a jugar el mismo juego de siempre, tratando de amarrarle las manos a los legisladores. ¡Qué nervios!
En fin, este presupuesto 2026 es una mezcla de buenas intenciones y potenciales obstáculos. Los números hablan por sí solos, pero la verdadera prueba será ver cómo se implementan en la práctica. Con tantos desafíos económicos y sociales en el horizonte, ¿cree usted que este presupuesto, tal como está, será suficiente para satisfacer las necesidades reales de Costa Rica y evitar que se nos vaya todo al traste? ¡Déjenos sus opiniones en el foro!
Como saben, el presupuesto era un hueso de pelea desde hace semanas. Había mucha tensión en las comisiones y cada partido político venía con sus propios planteamientos. Pero al final, parece que llegaron a un acuerdo, aunque no sabemos si todos quedaron contentos. Se maneja un monto global de ¢12,7 billones, una suma que da escalofríos a cualquiera, pero que según dicen, refleja las urgencias que tiene el país. Ya nos dirán si realmente llega a donde tiene que llegar, ¿eh?
La presidenta de la Comisión de Hacendarios, Paulina Ramírez, se mostró optimista con los ajustes realizados. Según ella, se reforzaron las áreas más necesitadas, especialmente el sector educativo y la seguridad. “Hicimos algunas mociones buscando darle más fuerza a esas áreas clave,” aseguró Ramírez, quien también destacó la importancia de tener un presupuesto que responda a las demandas ciudadanas. Pero bueno, ya hemos visto muchas promesas así... ¡Esperemos que esta vez sí cumplan!
Uno de los cambios más significativos fue la asignación de ¢10 mil millones para las pensiones del Régimen No Contributivo. Esto, señores, podría beneficiar a más de 9 mil personas mayores que viven en condiciones precarias. ¡Eso sí que es una buena nota! Otro movimiento importante fue el de ¢8,6 mil millones destinados al Poder Judicial, para contratar a 277 nuevos funcionarios entre la Fiscalía y el OIJ. A ver si así pueden agilizar los procesos y combatir la delincuencia, porque la cosa está fea en varios cantones del país.
Pero no todo fue miel sobre hojuelas. El exviceministro de Hacienda, Fernando Rodríguez, aunque aprobó el esfuerzo de los diputados, advirtió sobre posibles problemas futuros. Dijo que aún existe un vacío legal en cuanto a la ejecución del presupuesto, ya que Hacienda podría negarse a cumplir con todas las asignaciones aprobadas. “Lo que se aprueba es una autorización máxima de gasto, no una obligación firme”, señaló Rodríguez. ¡Uy, qué lata! Eso pone en riesgo todo el proceso y deja a muchos proyectos en el limbo.
Rodríguez también hizo hincapié en que, aunque los gastos en intereses han disminuido gracias a un entorno económico más favorable, aún existen necesidades apremiantes que requieren financiamiento. Por ejemplo, ampliado el programa de red de cuidado recibirá ¢7,8 mil millones y Becas Avancemos ¢6,6 millones, impactando positivamente a miles de familias costarricenses y jóvenes estudiantes respectivamente. Es vital garantizar que estos programas tengan los recursos necesarios para cumplir sus objetivos, porque ahí está la clave para construir un futuro mejor.
Ahora, los diputados tendrán hasta el viernes para presentar los dictámenes finales, y el debate en el plenario está programado para el 27 y 29 de noviembre. Así que todavía queda tiempo para que se hagan ajustes y se tomen decisiones importantes. Además, estamos pendientes de si Hacienda va a jugar el mismo juego de siempre, tratando de amarrarle las manos a los legisladores. ¡Qué nervios!
En fin, este presupuesto 2026 es una mezcla de buenas intenciones y potenciales obstáculos. Los números hablan por sí solos, pero la verdadera prueba será ver cómo se implementan en la práctica. Con tantos desafíos económicos y sociales en el horizonte, ¿cree usted que este presupuesto, tal como está, será suficiente para satisfacer las necesidades reales de Costa Rica y evitar que se nos vaya todo al traste? ¡Déjenos sus opiniones en el foro!