¡Aguante maestros! El ambiente está que quema porque los colegios van a paralizarse este miércoles. Docentes de todas partes, hartos de promesas vacías y presupuestos raquitos, han convocado a una movilización masiva que promete sacudir el país entero. Se acabó el juego, dicen, y quieren ver resultados ya.
La bronca viene de larga data, mae. Desde hace años, los educadores vienen luchando por mejores condiciones laborales y una inversión digna en la educación pública. El asunto de los salarios, que no acompañan ni para pagar el alquiler, y la falta de recursos para materiales escolares y programas educativos, han llegado a un punto crítico. Ya no aguantan escuchar discursos bonitos sin que haya una acción concreta.
Este miércoles 26 de noviembre, el Parque de la Merced va a explotar de gente. Sindicales como APSE, ANDE, ADEM y la ANEP, todos unidos, llevarán sus reclamos directamente al Ministerio de Hacienda. El grito de guerra es claro: ¡La clase trabajadora se respeta! Pero no solo eso, también exigen la convocatoria urgente de la Comisión Negociadora de Salarios del Sector Público, una medida que parece estar arrastrando los pies.
Y ojo que esto no es ningún capricho de unos cuantos profesores malhumorados. Estamos hablando de miles de personas que dedican su vida a formar a las futuras generaciones. Entre sus principales demandas figura el cumplimiento del 8% del PIB destinado a la educación pública, una cifra que, según denuncian, siempre queda en papel mojado. También piden un aumento salarial justo y digno, que les permita cubrir sus necesidades básicas y mantener una calidad de vida decente, ¡vamos!
Pero la cosa no termina ahí, parce. También están buscando que se apruebe el proyecto de ley 24.353, que busca descongelar las pensiones del Régimen Transitorio de Reparto (RTR). Muchos jubilados andan pasando apuros, y esta es una forma de aliviar un poco su situación económica. Además, se suma a la movilización Sitracome, Undeca, el Frente Nacional de Lucha y muchos otros sindicatos, demostrando que la lucha es transversal y afecta a gran parte de la fuerza laboral pública.
Recordemos que esto no es la primera vez que los docentes toman las calles. Hace apenas unas semanas, ya hubo una marcha hacia Casa Presidencial, donde exigieron garantizar una educación pública de calidad, asegurar el financiamiento del 8% del PIB, respetar la dignidad del magisterio y cancelar las deudas salariales pendientes. Un llamado de atención que parece no haber surtido efecto, obligándolos a intensificar la presión.
¿Se acuerdan de aquella vez que el gobierno prometió arreglar las escuelas y quedó todo igual? Esa vara sigue pesando, y la paciencia de los maestros se agotó. Hablando de eso, la UNA, la UCR, la UNED, e incluso organizaciones como Mujeres por Costa Rica y el Frente de Lucha del Hospital de Cartago, se han sumado a la causa, mostrando que la defensa de la educación pública es responsabilidad de toda la sociedad. ¡Qué carga tener que salir a pelear por derechos básicos!
Ahora bien, con tanta movilización y reclamo, ¿creen ustedes que el Gobierno finalmente escuchará las voces de los docentes y tomará medidas concretas para mejorar la educación pública en Costa Rica? ¿O seguiremos viendo promesas incumplidas y presupuestos insuficientes? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios, me interesa saber qué piensan!
La bronca viene de larga data, mae. Desde hace años, los educadores vienen luchando por mejores condiciones laborales y una inversión digna en la educación pública. El asunto de los salarios, que no acompañan ni para pagar el alquiler, y la falta de recursos para materiales escolares y programas educativos, han llegado a un punto crítico. Ya no aguantan escuchar discursos bonitos sin que haya una acción concreta.
Este miércoles 26 de noviembre, el Parque de la Merced va a explotar de gente. Sindicales como APSE, ANDE, ADEM y la ANEP, todos unidos, llevarán sus reclamos directamente al Ministerio de Hacienda. El grito de guerra es claro: ¡La clase trabajadora se respeta! Pero no solo eso, también exigen la convocatoria urgente de la Comisión Negociadora de Salarios del Sector Público, una medida que parece estar arrastrando los pies.
Y ojo que esto no es ningún capricho de unos cuantos profesores malhumorados. Estamos hablando de miles de personas que dedican su vida a formar a las futuras generaciones. Entre sus principales demandas figura el cumplimiento del 8% del PIB destinado a la educación pública, una cifra que, según denuncian, siempre queda en papel mojado. También piden un aumento salarial justo y digno, que les permita cubrir sus necesidades básicas y mantener una calidad de vida decente, ¡vamos!
Pero la cosa no termina ahí, parce. También están buscando que se apruebe el proyecto de ley 24.353, que busca descongelar las pensiones del Régimen Transitorio de Reparto (RTR). Muchos jubilados andan pasando apuros, y esta es una forma de aliviar un poco su situación económica. Además, se suma a la movilización Sitracome, Undeca, el Frente Nacional de Lucha y muchos otros sindicatos, demostrando que la lucha es transversal y afecta a gran parte de la fuerza laboral pública.
Recordemos que esto no es la primera vez que los docentes toman las calles. Hace apenas unas semanas, ya hubo una marcha hacia Casa Presidencial, donde exigieron garantizar una educación pública de calidad, asegurar el financiamiento del 8% del PIB, respetar la dignidad del magisterio y cancelar las deudas salariales pendientes. Un llamado de atención que parece no haber surtido efecto, obligándolos a intensificar la presión.
¿Se acuerdan de aquella vez que el gobierno prometió arreglar las escuelas y quedó todo igual? Esa vara sigue pesando, y la paciencia de los maestros se agotó. Hablando de eso, la UNA, la UCR, la UNED, e incluso organizaciones como Mujeres por Costa Rica y el Frente de Lucha del Hospital de Cartago, se han sumado a la causa, mostrando que la defensa de la educación pública es responsabilidad de toda la sociedad. ¡Qué carga tener que salir a pelear por derechos básicos!
Ahora bien, con tanta movilización y reclamo, ¿creen ustedes que el Gobierno finalmente escuchará las voces de los docentes y tomará medidas concretas para mejorar la educación pública en Costa Rica? ¿O seguiremos viendo promesas incumplidas y presupuestos insuficientes? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios, me interesa saber qué piensan!