¡Ay, Dios mío! Quién lo diría, mi gente. El OIJ le pegó duro al Cartel del Caribe Sur, esos cabecitas rapadas que andaban moviendo pasta y hasta haciendo cosas turbias por toda la zona. Un golpe tremendo, pa’ ponerlos en cintura y dejar claro que nadie anda por encima de la ley en este país.
La operación “Traición”, con nombre así nomás pa’ darle sabor, movilizó a casi mil doscientos agentes judiciales en un despliegue que parecía película de Hollywood. Allanamientos en cinco provincias – Limón, Alajuela, Cartago, Puntarenas y San José – sacudiéndolo todo. Imagínate el jaleo, ¡una locura! Todo esto, coordinado con gringos, españoles, ingleses, franceses y panameños… parece que este cartel tenía tela que cortar y conexiones por todos lados.
Pero vamos al grano, porque esto no es cuento. Según dicen, estos señores estaban recibiendo cocaína desde Colombia, para luego mandarla a Europa y Estados Unidos. Una varita bien pesada, mi pana, y con una red tan amplia que daba escalofríos. Se habla de más de sesenta homicidios atribuidos a esta banda, ¡sesenta vidas truncadas! Esto demuestra la gravedad de la situación y lo lejos que llegan estos tipos.
Y hablando de números, déjenme decirles que el decomiso es impresionante. Casi cien millones de colones en efectivo, otros doscientos congelados en bancos, dieciséis jeepsetas de lujo y propiedades por todos lados. ¡Una fortuna! Así se roba el sudor ajeno, pensando que pueden comprar justicia, pero mira nomás quién resultó arrestado. Que les caiga todo el peso de la ley, díganle.
Ahora, hablemos de los jefes, “Shock” y “Noni”, los hermanos Picado Grijalba. ‘Shock’ ya había sido atrapado en Londres hace unos meses, gracias a una alerta de los gringos. Pero ‘Noni’, el más astuto de los dos, pensó que podía escapar en un carro particular en Curridabat. ¡Iluso! El OIJ no perdona, y ahí lo tienen, esposado y listo para enfrentar cargos serios. Parecen sacados de una novela, con nombres clave y planes elaboradísimos.
Lo interesante de este caso es la sofisticación tecnológica que usaban. No eran simples traficantes; tenían GPS, radios satelitales, sistemas de navegación ultra modernos. Podían comunicarse sin que nadie los escuchara y rastrear sus envíos como si fuera juego de niños. Demuestra que el crimen organizado ya no es solo machetes y fusiles, sino también inteligencia artificial y software de última generación. ¡Qué tiempos!
Michael Soto, el jefe interino del OIJ, lo dijo clarito: “Ninguna estructura, por poderosa que sea, está por encima de la ley”. Una frase potente, mi gente, que le sirve a cualquiera que piense que puede meterse con la ley impunemente. Esperemos que este golpe sirva de ejemplo para otros que anden tramando cosas sucias. Necesitamos más acciones así para mantener nuestro país seguro y tranquilo.
La operación “Traición”, con nombre así nomás pa’ darle sabor, movilizó a casi mil doscientos agentes judiciales en un despliegue que parecía película de Hollywood. Allanamientos en cinco provincias – Limón, Alajuela, Cartago, Puntarenas y San José – sacudiéndolo todo. Imagínate el jaleo, ¡una locura! Todo esto, coordinado con gringos, españoles, ingleses, franceses y panameños… parece que este cartel tenía tela que cortar y conexiones por todos lados.
Pero vamos al grano, porque esto no es cuento. Según dicen, estos señores estaban recibiendo cocaína desde Colombia, para luego mandarla a Europa y Estados Unidos. Una varita bien pesada, mi pana, y con una red tan amplia que daba escalofríos. Se habla de más de sesenta homicidios atribuidos a esta banda, ¡sesenta vidas truncadas! Esto demuestra la gravedad de la situación y lo lejos que llegan estos tipos.
Y hablando de números, déjenme decirles que el decomiso es impresionante. Casi cien millones de colones en efectivo, otros doscientos congelados en bancos, dieciséis jeepsetas de lujo y propiedades por todos lados. ¡Una fortuna! Así se roba el sudor ajeno, pensando que pueden comprar justicia, pero mira nomás quién resultó arrestado. Que les caiga todo el peso de la ley, díganle.
Ahora, hablemos de los jefes, “Shock” y “Noni”, los hermanos Picado Grijalba. ‘Shock’ ya había sido atrapado en Londres hace unos meses, gracias a una alerta de los gringos. Pero ‘Noni’, el más astuto de los dos, pensó que podía escapar en un carro particular en Curridabat. ¡Iluso! El OIJ no perdona, y ahí lo tienen, esposado y listo para enfrentar cargos serios. Parecen sacados de una novela, con nombres clave y planes elaboradísimos.
Lo interesante de este caso es la sofisticación tecnológica que usaban. No eran simples traficantes; tenían GPS, radios satelitales, sistemas de navegación ultra modernos. Podían comunicarse sin que nadie los escuchara y rastrear sus envíos como si fuera juego de niños. Demuestra que el crimen organizado ya no es solo machetes y fusiles, sino también inteligencia artificial y software de última generación. ¡Qué tiempos!
Michael Soto, el jefe interino del OIJ, lo dijo clarito: “Ninguna estructura, por poderosa que sea, está por encima de la ley”. Una frase potente, mi gente, que le sirve a cualquiera que piense que puede meterse con la ley impunemente. Esperemos que este golpe sirva de ejemplo para otros que anden tramando cosas sucias. Necesitamos más acciones así para mantener nuestro país seguro y tranquilo.