Mae, si usted es de los que ve un gato en la calle y ya está calculando cómo se lo lleva para la casa, o si su feed de Instagram es 90% michis, apunte esto. Este fin de semana, 9 y 10 de agosto, parece que el universo de los felinos va a colapsar en un solo punto: Monge de Zapote. La gente de Monge se está tirando un evento llamado “Michi Fest”, y por lo que se ve, no es la típica feria para la foto. La vara viene completa, con una campaña masiva de castración, feria de adopción, charlas y hasta un festival con chunches para gatos y para humanos obsesionados con ellos. Lo mejor de todo: la entrada es gratis, así que no hay excusa para no darse una vuelta.
Vamos por partes, porque el evento tiene su ciencia. Lo primero y quizás lo más importante es el brete de la castración. Van a tener capacidad para 250 gatos, que es un montón. Eso sí, no es de llegar y ya; hay que sacar cita por WhatsApp (6349-5589) y el costo es de 15 mil colones. Un precio solidario, la verdad, porque incluye la cirugía y los medicamentos. Aquí es donde se nota que no se andan con cuentos: piden que los gatitos lleguen con 12 horas de ayuno y, ojo a esto, en transportadora sí o sí. Nada de cajas de cartón o bolsos raros, por la seguridad del animal. Es un detalle que habla bien de la organización, porque demuestra que la prioridad es el bienestar del gato y no solo cumplir con la meta.
Ahora, para los que andan con ganas de ampliar la familia, ¡qué tuanis! porque va a haber una feria de adopción con unos 25 gatitos listos para encontrar un hogar, todo manejado por la gente de CATRIX. La vara es que no es solo llegar y llevarse un gato. Hay que pasar por una entrevista para asegurarse de que uno es un dueño responsable, y se paga una cuota de adopción. Antes de que alguien pegue el grito al cielo, esa plata no es ganancia; cubre todo lo que ya se le invirtió al gatito: rescate, desparasitación, vacunas y la misma castración. O sea, te llevas un michi sano y listo para una nueva vida. Y para el resto de nosotros, los que ya tenemos la casa llena de pelos, hay un festival a cachete con emprendedores ticos vendiendo desde snacks y juguetes hasta joyería y ropa con diseños de gatos. ¡Un peligro para la billetera!
Diay, uno podría ser cínico y pensar que esto es solo una estrategia de marketing de una tienda gigante. Y en parte, claro que lo es. Se llama “Buenas Acciones Monge” y obviamente busca posicionar la marca. Pero, siendo honestos, hay que reconocer cuando una iniciativa está bien planteada. Carlos Fernández, el director del programa, dice que la idea es contribuir al control de la población callejera y fomentar la tenencia responsable. La iniciativa, hay que decirlo, es un carga. En un país donde sobran los gatos abandonados y faltan recursos en los refugios, que una empresa grande le meta plata y logística a una campaña de castración de este calibre y facilite las adopciones de forma tan seria, es algo que se tiene que aplaudir.
Al final del día, el Michi Fest se perfila como un plan de fin de semana bastante completo. No es solo un evento para “cat lovers”, es una acción concreta que ataca un problema real. Combina la ayuda directa (castraciones y adopciones) con la creación de comunidad (el festival de emprendedores) y la educación (la tenencia responsable). Es una oportunidad para que las familias vayan, aprendan, se diviertan (¡habrá pinta caritas!) y, con suerte, para que 25 gatitos encuentren un hogar para siempre y otros 250 dejen de contribuir al ciclo de abandono. Yo por lo menos me daré la vuelta a ver qué tal está el ambiente.
Ahora les paso la bola a ustedes, maes. Más allá de este evento en particular, ¿qué otras iniciativas así conocen en el país? ¿Creen que las empresas grandes tienen una responsabilidad real de meterle al bienestar animal o al final del día todo esto es puro show para vender más?
Vamos por partes, porque el evento tiene su ciencia. Lo primero y quizás lo más importante es el brete de la castración. Van a tener capacidad para 250 gatos, que es un montón. Eso sí, no es de llegar y ya; hay que sacar cita por WhatsApp (6349-5589) y el costo es de 15 mil colones. Un precio solidario, la verdad, porque incluye la cirugía y los medicamentos. Aquí es donde se nota que no se andan con cuentos: piden que los gatitos lleguen con 12 horas de ayuno y, ojo a esto, en transportadora sí o sí. Nada de cajas de cartón o bolsos raros, por la seguridad del animal. Es un detalle que habla bien de la organización, porque demuestra que la prioridad es el bienestar del gato y no solo cumplir con la meta.
Ahora, para los que andan con ganas de ampliar la familia, ¡qué tuanis! porque va a haber una feria de adopción con unos 25 gatitos listos para encontrar un hogar, todo manejado por la gente de CATRIX. La vara es que no es solo llegar y llevarse un gato. Hay que pasar por una entrevista para asegurarse de que uno es un dueño responsable, y se paga una cuota de adopción. Antes de que alguien pegue el grito al cielo, esa plata no es ganancia; cubre todo lo que ya se le invirtió al gatito: rescate, desparasitación, vacunas y la misma castración. O sea, te llevas un michi sano y listo para una nueva vida. Y para el resto de nosotros, los que ya tenemos la casa llena de pelos, hay un festival a cachete con emprendedores ticos vendiendo desde snacks y juguetes hasta joyería y ropa con diseños de gatos. ¡Un peligro para la billetera!
Diay, uno podría ser cínico y pensar que esto es solo una estrategia de marketing de una tienda gigante. Y en parte, claro que lo es. Se llama “Buenas Acciones Monge” y obviamente busca posicionar la marca. Pero, siendo honestos, hay que reconocer cuando una iniciativa está bien planteada. Carlos Fernández, el director del programa, dice que la idea es contribuir al control de la población callejera y fomentar la tenencia responsable. La iniciativa, hay que decirlo, es un carga. En un país donde sobran los gatos abandonados y faltan recursos en los refugios, que una empresa grande le meta plata y logística a una campaña de castración de este calibre y facilite las adopciones de forma tan seria, es algo que se tiene que aplaudir.
Al final del día, el Michi Fest se perfila como un plan de fin de semana bastante completo. No es solo un evento para “cat lovers”, es una acción concreta que ataca un problema real. Combina la ayuda directa (castraciones y adopciones) con la creación de comunidad (el festival de emprendedores) y la educación (la tenencia responsable). Es una oportunidad para que las familias vayan, aprendan, se diviertan (¡habrá pinta caritas!) y, con suerte, para que 25 gatitos encuentren un hogar para siempre y otros 250 dejen de contribuir al ciclo de abandono. Yo por lo menos me daré la vuelta a ver qué tal está el ambiente.
Ahora les paso la bola a ustedes, maes. Más allá de este evento en particular, ¿qué otras iniciativas así conocen en el país? ¿Creen que las empresas grandes tienen una responsabilidad real de meterle al bienestar animal o al final del día todo esto es puro show para vender más?