¡Ay, Dios mío! Quién iba a decir que empezaríamos así, ¿verdad, mae? Después de tanto drama y preocupación, la Selección Costarricense le ganó 2-1 a Guatemala en el Estadio Nacional, Rommel Fernández, dando inicio a la clasificación para el Mundial 2026. Un alivio tremendo para todos los que nos comemos vivos el fútbol, y para los que ya estaban pensando en qué hacer con sus vidas si no clasificamos otra vez.
Desde que salió el calendario, todo mundo estaba hablando de lo difícil que sería este proceso. Con México, Panamá, Estados Unidos… ¡una chimba de rivales! Y encima, la Federación de Fútbol quería cambiar el entrenador cada seis meses. Parecía que nos querían ver bailar salsa con mangueras. Pero parece que Arias tomó las riendas, le dio un empujón al equipo y ahora tenemos un respiro, aunque breve, porque ni modo que esto vaya a ser fácil, diay.
El partido contra Guatemala, la verdad, no fue una obra maestra. No fuimos a pasearlos, como dicen por acá. Suframos un poquito, sí, especialmente en la primera mitad, donde Guatemala mostró uñas y dientes. Buscaban contragolpear, cerraron bien en defensa y nos complicaron la vida. Por momentos parecía que íbamos a terminar empatando o incluso perdiendo, ¡qué sal! Pero bueno, a veces hay que sufrir para ser campeón, ¿no?
El primer gol llegó gracias a un penaltí polémico, claro. El VAR tardó una eternidad en decidir, pero al final, Bryan Ruiz no falló desde los once metros. El segundo, una joya de Jewison Bennette, quien demostró que tiene talento de sobra y que puede ser una figura clave en esta campaña. Ese junco corre como alma que lleva dios, ¿eh? Tiene potencial para llevarnos lejos, muy lejos.
En la segunda parte, vimos un Costa Rica más relajado, que manejó la pelota con más criterio y creó algunas oportunidades claras. Óscar Duarte se lució salvando un par de balones en la línea, mostrando experiencia y seguridad. Definitivamente, necesitamos jugadores como él en estos momentos cruciales, que no se achicuen ante la presión y asuman la responsabilidad.
Ahora viene lo duro, vamos a enfrentar a Curazao y Honduras en casa. Ahí no podemos flojear, necesitamos sumar esos seis puntos para afianzar nuestra posición en la tabla. Porque, seamos honestos, el camino a Qatar 2026 será largo y lleno de obstáculos. Tenemos que mantener la calma, trabajar duro y confiar en el proceso. Que no nos agarre la paranoia, que estamos a tiempo de meternos dentro.
Pero ojo, este triunfo no nos puede dormirnos en los laureles. Hay que seguir puliendo los detalles, mejorar la circulación de balón y encontrar mayor contundencia frente al arco. Porque en partidos igualados, como seguro serán muchos, la diferencia la marca quién aprovecha mejor sus oportunidades. Y ahí, amigos, todavía nos falta mucho por aprender. Sería una pena irnos al traste ahora que empezamos bien, ¿verdad?
En fin, un buen comienzo, sin duda. Pero la realidad es que apenas estamos empezando. Este triunfo debe servir de motivación para seguir adelante, pero también como un recordatorio de que aún nos queda mucho por recorrer. Entonces, digo yo... ¿creen que con este arranque, finalmente lograremos clasificar al mundial sin tantos sobresaltos, o nos espera otro sufrimiento digno de una telenovela tica?
Desde que salió el calendario, todo mundo estaba hablando de lo difícil que sería este proceso. Con México, Panamá, Estados Unidos… ¡una chimba de rivales! Y encima, la Federación de Fútbol quería cambiar el entrenador cada seis meses. Parecía que nos querían ver bailar salsa con mangueras. Pero parece que Arias tomó las riendas, le dio un empujón al equipo y ahora tenemos un respiro, aunque breve, porque ni modo que esto vaya a ser fácil, diay.
El partido contra Guatemala, la verdad, no fue una obra maestra. No fuimos a pasearlos, como dicen por acá. Suframos un poquito, sí, especialmente en la primera mitad, donde Guatemala mostró uñas y dientes. Buscaban contragolpear, cerraron bien en defensa y nos complicaron la vida. Por momentos parecía que íbamos a terminar empatando o incluso perdiendo, ¡qué sal! Pero bueno, a veces hay que sufrir para ser campeón, ¿no?
El primer gol llegó gracias a un penaltí polémico, claro. El VAR tardó una eternidad en decidir, pero al final, Bryan Ruiz no falló desde los once metros. El segundo, una joya de Jewison Bennette, quien demostró que tiene talento de sobra y que puede ser una figura clave en esta campaña. Ese junco corre como alma que lleva dios, ¿eh? Tiene potencial para llevarnos lejos, muy lejos.
En la segunda parte, vimos un Costa Rica más relajado, que manejó la pelota con más criterio y creó algunas oportunidades claras. Óscar Duarte se lució salvando un par de balones en la línea, mostrando experiencia y seguridad. Definitivamente, necesitamos jugadores como él en estos momentos cruciales, que no se achicuen ante la presión y asuman la responsabilidad.
Ahora viene lo duro, vamos a enfrentar a Curazao y Honduras en casa. Ahí no podemos flojear, necesitamos sumar esos seis puntos para afianzar nuestra posición en la tabla. Porque, seamos honestos, el camino a Qatar 2026 será largo y lleno de obstáculos. Tenemos que mantener la calma, trabajar duro y confiar en el proceso. Que no nos agarre la paranoia, que estamos a tiempo de meternos dentro.
Pero ojo, este triunfo no nos puede dormirnos en los laureles. Hay que seguir puliendo los detalles, mejorar la circulación de balón y encontrar mayor contundencia frente al arco. Porque en partidos igualados, como seguro serán muchos, la diferencia la marca quién aprovecha mejor sus oportunidades. Y ahí, amigos, todavía nos falta mucho por aprender. Sería una pena irnos al traste ahora que empezamos bien, ¿verdad?
En fin, un buen comienzo, sin duda. Pero la realidad es que apenas estamos empezando. Este triunfo debe servir de motivación para seguir adelante, pero también como un recordatorio de que aún nos queda mucho por recorrer. Entonces, digo yo... ¿creen que con este arranque, finalmente lograremos clasificar al mundial sin tantos sobresaltos, o nos espera otro sufrimiento digno de una telenovela tica?