¡Ay, Dios mío! El rollo del fuero presidencial de Don Rodri sigue dando qué hablar, y ahora tenemos metidos a los gringos en el brete. Resulta que representantes de la Embajada de Estados Unidos se reunieron con diputados del PUSC y hasta con el indepediente Luis Diego Vargas, justo antes de que se vote si se le levanta o no el fuero. ¡Qué vaina!
Según fuentes internas –que obviamente no quieren que les pongan cara–, estos encuentros fueron parte de una serie de pláticas más amplias sobre varios temas, aunque claro, el asunto del fuero presidencial anduvo rondando la conversación. La embajada, como bien hacen, no quiere soltar prenda sobre los detalles, pero vaya que ha encendido todas las alarmas en la política nacional. El PUSC ya confirmó la reunión, y Vargas, con su típico estilo evasivo, solo nos lanzó un ‘¿Cómo se supo?’.
Pero la cosa no queda ahí, parce. La Embajada también ha estado buscando maneras de influir en otros temas legislativos clave. Según una bitácora filtrada, le pidieron a los diputados del PUSC que ampliaran el texto del expediente sobre extradiciones para incluir cosas como lavado de dinero y ciberdelitos internacionales. Además, recalcaron la importancia de fortalecer las medidas contra la corrupción en el Poder Judicial y le dieron unas palmaditas a la diputada Melina Ajoy por su proyecto de protección en las playas. Todo suena muy patriótico, ¿verdad?
Sin embargo, lo que realmente está moviendo las aguas es la preocupación que han expresado tanto la Embajada como Mario Díaz Balart, un congresista estadounidense. Él, directamente, pidió una cita con la embajadora de Costa Rica en Washington para discutir el caso. Díaz Balart, que es de ascendencia cubana y tiene poder allí, parece estar bastante preocupado por lo que considera que está pasando aquí. En sus redes sociales escribió que es grave que un presidente pueda ser removido por razones políticas usando procesos constitucionales cuestionables.
Y aquí viene la parte jugosa: el ministro de Relaciones Exteriores, Arnoldo André Tinoco, tuvo que ir a dar explicaciones ante la Comisión de Relaciones Internacionales. Defendió a la ministra Sylvia Crespo, quien aparentemente dio algunas entrevistas comprometedoras, pero dejó claro que él no aprueba esas declaraciones. ¡Un lío tremendo, mae! Parece que esto está escalando a niveles internacionales y generando un calorcito incómodo para el gobierno.
Muchos se preguntan si todo esto es simplemente una muestra de preocupación genuina por la estabilidad democrática de Costa Rica, o si hay intereses económicos o políticos más profundos detrás. Recordemos que Estados Unidos tiene mucho interés en la lucha contra el crimen organizado y la corrupción en la región, así que no sería raro que estén tratando de asegurarse de que todo esté en orden. Pero bueno, ¿quién sabe? La política es como el aguacero, siempre impredecible.
Algunos analistas sugieren que la intervención de Estados Unidos podría ser vista como una intromisión en los asuntos internos de Costa Rica, mientras que otros argumentan que es una señal de apoyo a nuestra democracia. Lo cierto es que la situación es delicada y requiere de mucha cautela por parte de todos los actores involucrados. Ahora, el PUSC está dividido, el PLN busca sumar votos, y el presidente Chaves se defiende con uñas y dientes. ¡Todo un circo mediático, diay!
En fin, este asunto del fuero presidencial se ha convertido en una telenovela digna de ver, y parece que todavía faltan capítulos por estrenar. Con tanta influencia extranjera y controversia interna, ¿creen ustedes que el Congreso tomará la decisión correcta? ¿Deberían los países extranjeros mantenerse al margen de nuestros debates políticos o tienen derecho a expresar su preocupación?
Según fuentes internas –que obviamente no quieren que les pongan cara–, estos encuentros fueron parte de una serie de pláticas más amplias sobre varios temas, aunque claro, el asunto del fuero presidencial anduvo rondando la conversación. La embajada, como bien hacen, no quiere soltar prenda sobre los detalles, pero vaya que ha encendido todas las alarmas en la política nacional. El PUSC ya confirmó la reunión, y Vargas, con su típico estilo evasivo, solo nos lanzó un ‘¿Cómo se supo?’.
Pero la cosa no queda ahí, parce. La Embajada también ha estado buscando maneras de influir en otros temas legislativos clave. Según una bitácora filtrada, le pidieron a los diputados del PUSC que ampliaran el texto del expediente sobre extradiciones para incluir cosas como lavado de dinero y ciberdelitos internacionales. Además, recalcaron la importancia de fortalecer las medidas contra la corrupción en el Poder Judicial y le dieron unas palmaditas a la diputada Melina Ajoy por su proyecto de protección en las playas. Todo suena muy patriótico, ¿verdad?
Sin embargo, lo que realmente está moviendo las aguas es la preocupación que han expresado tanto la Embajada como Mario Díaz Balart, un congresista estadounidense. Él, directamente, pidió una cita con la embajadora de Costa Rica en Washington para discutir el caso. Díaz Balart, que es de ascendencia cubana y tiene poder allí, parece estar bastante preocupado por lo que considera que está pasando aquí. En sus redes sociales escribió que es grave que un presidente pueda ser removido por razones políticas usando procesos constitucionales cuestionables.
Y aquí viene la parte jugosa: el ministro de Relaciones Exteriores, Arnoldo André Tinoco, tuvo que ir a dar explicaciones ante la Comisión de Relaciones Internacionales. Defendió a la ministra Sylvia Crespo, quien aparentemente dio algunas entrevistas comprometedoras, pero dejó claro que él no aprueba esas declaraciones. ¡Un lío tremendo, mae! Parece que esto está escalando a niveles internacionales y generando un calorcito incómodo para el gobierno.
Muchos se preguntan si todo esto es simplemente una muestra de preocupación genuina por la estabilidad democrática de Costa Rica, o si hay intereses económicos o políticos más profundos detrás. Recordemos que Estados Unidos tiene mucho interés en la lucha contra el crimen organizado y la corrupción en la región, así que no sería raro que estén tratando de asegurarse de que todo esté en orden. Pero bueno, ¿quién sabe? La política es como el aguacero, siempre impredecible.
Algunos analistas sugieren que la intervención de Estados Unidos podría ser vista como una intromisión en los asuntos internos de Costa Rica, mientras que otros argumentan que es una señal de apoyo a nuestra democracia. Lo cierto es que la situación es delicada y requiere de mucha cautela por parte de todos los actores involucrados. Ahora, el PUSC está dividido, el PLN busca sumar votos, y el presidente Chaves se defiende con uñas y dientes. ¡Todo un circo mediático, diay!
En fin, este asunto del fuero presidencial se ha convertido en una telenovela digna de ver, y parece que todavía faltan capítulos por estrenar. Con tanta influencia extranjera y controversia interna, ¿creen ustedes que el Congreso tomará la decisión correcta? ¿Deberían los países extranjeros mantenerse al margen de nuestros debates políticos o tienen derecho a expresar su preocupación?