¡Ay, Dios mío, qué torta! La Contraloría General de la República (CGR) anda metida en el brete de investigar cómo le hicieron con la implementación del sistema ERP-SAP en la Caja Costarricense de Seguro Social (CCSS). Parece que el cuento de este nuevo soft se convirtió en una verdadera chincha pa’ to’los.
La verdad, nadie entendía por qué se cambió el sistema anterior. Se decía que era pa' modernizar la administración de la Caja, agilizar trámites y tener toda la información integrada. Pero resulta que lo único que lograron fue crear un caos peor que el tráfico en Escazú en hora pico. Directores de hospitales, pacientes desesperados, sindicatos reclamando a gritos… ¡Parece película!
El caso más reciente explotó en el Hospital México, donde encontraron discrepancias enormes entre los inventarios de los fármacos controlados – ¡fentanilo, ketamina, morfina, todo! Imagínate el peligro que eso representa. El Ministerio de Salud tuvo que meterle mano y confirmó lo que muchos sospechábamos: el SAP está generando más problemas que soluciones.
Según el informe de Salud, el Sistema Integrado de Farmacias (SIFA), que es vital para controlar los medicamentos, está teniendo fallas graves. No pueden cargar correctamente los pedidos, facturas ni despachos. Entonces, ¿qué hacen? Implementan controles manuales. ¡Sí, escribiendo a mano! Eso, mis amigos, abre la puerta a errores y pone en riesgo la seguridad de los pacientes. ¡Qué sal!
Y ni hablar de los psicotrópicos y estupefacientes. Ahí, los inventarios andan dando tumbos, y eso es aún más preocupante. Estos medicamentos necesitan un control súper estricto, y con este sistema, parece que estamos jugando a la ruleta rusa. ¡Qué nivel de irresponsabilidad!
Lo más loco es que, según la investigación, el problema no se limita al Hospital México. Resulta que en otros centros, como el Hospital Calderón Guardia, están viviendo situaciones similares. La Dra. Villalobos, directora de la farmacia del Calderón, hasta tuvo que hacer una llamada grupal para denunciar el problema. Claramente, esto se fue al traste desde el principio.
Para colmo, ahora resulta que la tarea de cargar los inventarios y datos quedó en manos de “terceros”. Sí, gente que no necesariamente tiene la experiencia ni el conocimiento necesarios para manejar estos sistemas. Los funcionarios ya están perdiendo la confianza en la información que manejan y dicen que no quieren que los vayan a echar la bronca por errores ajenos. ¡Qué carga!
Esta vainera nos deja pensando: ¿Cómo es posible que un proyecto de esta magnitud haya salido tan torcido? ¿Quiénes fueron los responsables de aprobar esta implementación sin evaluar adecuadamente los riesgos? Y lo más importante: ¿Qué medidas vamos a tomar para corregir esta situación y evitar que siga afectando la salud de los costarricenses? ¡Díganme sus opiniones, máes! ¿Ustedes creen que deberían despedir a los responsables de este fiasco?
La verdad, nadie entendía por qué se cambió el sistema anterior. Se decía que era pa' modernizar la administración de la Caja, agilizar trámites y tener toda la información integrada. Pero resulta que lo único que lograron fue crear un caos peor que el tráfico en Escazú en hora pico. Directores de hospitales, pacientes desesperados, sindicatos reclamando a gritos… ¡Parece película!
El caso más reciente explotó en el Hospital México, donde encontraron discrepancias enormes entre los inventarios de los fármacos controlados – ¡fentanilo, ketamina, morfina, todo! Imagínate el peligro que eso representa. El Ministerio de Salud tuvo que meterle mano y confirmó lo que muchos sospechábamos: el SAP está generando más problemas que soluciones.
Según el informe de Salud, el Sistema Integrado de Farmacias (SIFA), que es vital para controlar los medicamentos, está teniendo fallas graves. No pueden cargar correctamente los pedidos, facturas ni despachos. Entonces, ¿qué hacen? Implementan controles manuales. ¡Sí, escribiendo a mano! Eso, mis amigos, abre la puerta a errores y pone en riesgo la seguridad de los pacientes. ¡Qué sal!
Y ni hablar de los psicotrópicos y estupefacientes. Ahí, los inventarios andan dando tumbos, y eso es aún más preocupante. Estos medicamentos necesitan un control súper estricto, y con este sistema, parece que estamos jugando a la ruleta rusa. ¡Qué nivel de irresponsabilidad!
Lo más loco es que, según la investigación, el problema no se limita al Hospital México. Resulta que en otros centros, como el Hospital Calderón Guardia, están viviendo situaciones similares. La Dra. Villalobos, directora de la farmacia del Calderón, hasta tuvo que hacer una llamada grupal para denunciar el problema. Claramente, esto se fue al traste desde el principio.
Para colmo, ahora resulta que la tarea de cargar los inventarios y datos quedó en manos de “terceros”. Sí, gente que no necesariamente tiene la experiencia ni el conocimiento necesarios para manejar estos sistemas. Los funcionarios ya están perdiendo la confianza en la información que manejan y dicen que no quieren que los vayan a echar la bronca por errores ajenos. ¡Qué carga!
Esta vainera nos deja pensando: ¿Cómo es posible que un proyecto de esta magnitud haya salido tan torcido? ¿Quiénes fueron los responsables de aprobar esta implementación sin evaluar adecuadamente los riesgos? Y lo más importante: ¿Qué medidas vamos a tomar para corregir esta situación y evitar que siga afectando la salud de los costarricenses? ¡Díganme sus opiniones, máes! ¿Ustedes creen que deberían despedir a los responsables de este fiasco?