Mucho se comento en el tema pasado "Demostraciones que Dios no existe", sin embargo despúes de 48 páginas de respuestas y opiniones, fue dificil que pudieran demostrar que Dios no existe. Con este tema no es mi intencion seguir la linea de pensamiento del anterior, ni debatir ni plantear verdades absolutas, sino dar evidencias, para que cada quien, en su propio razonamiento escoga el veredicto: ¿Existe Dios?
La motivación de recopilar esta información no es entrar en polémicas de religión, teología, filosofía, doctrina o apologética; mucho menos ganar discusiones; si no más bien dar una muy buena base para la fe cristiana.
Estudio realizado por Josh McDowel y cientificos de la Universidad de Oxford y Harvard, traducido por: R.E.C.G y adaptado por Eduardo Cruz, Pablo Vargas y Jonathan Fernandez. Traido a ustdes por Martienz17.
(El mucho conocimiento envanece, mas el amor edifica...) 1 Corintios 8:1
(El mucho estudio es fatiga de la carne...)Eclesiastés 12:12
(El que tenga oídos para oír oiga...)Apocalipsis 2:7
(El que lee entienda...) Mateo 24:15 y Mateo13:14
Pongámonos de acuerdo pues y comencemos con una buena ACTITUD IMPARCIAL; recordando que el propósito de un historiador serio no es reconstruir la historia basándose en nociones preconcebidas y ajustarlas a su agrado personal, sino más bien reproducir la historia a partir de la mejor evidencia y dejar que ella hable por sí misma. (Lucas 1:1 al 4) pues recordemos que: “un testigo veraz se muestra siempre natural y desdeña lo artificioso...” (significativas palabras del abogado Edward Clarke)
Josh McDowell comenta: Mi trabajo fue investigar evidencias bibliográficas, históricas y arqueológicas a pesar de los pro y los contra, yo por mi parte me había propuesto desacreditar el cristianismo, pues tenía preferencias y prejuicios en contra de Cristo, mas no a favor de Él; pero los resultados demostraron lo contrario de lo que yo estaba esperando comprobar y yo en base a esto tomé una decisión; y no hallé lo que quería encontrar, sino más bien confirmé mediante la investigación lo que deseaba refutar.
Todo comenzó cuando todavía era alumno en el “K. College” de Michigan y un grupo de estudiantes cristianos me exhortó a que examinara intelectualmente las afirmaciones del cristianismo. Yo estaba “seguro” (al menos por lo que creía saber) que el cristianismo no valía la pena; pero acepté el “desafío” y puse como primer punto a desacreditar “la resurrección de Cristo”; pero, vaya sorpresa, pues en su lugar encontré las pruebas de las evidencias más convincentes para la confiabilidad bibliográfica del Nuevo Testamento y la veracidad histórica de la Resurrección.
Escéptico o incrédulo: (Juan 20. 24 al 29) Uno no puede esperar hallar la verdad y al mismo tiempo estar pre-dispuesto a no aceptarla, por puro gusto personal, por prejuicio o por estar en desacuerdo con ella. Esto es lo que los hombres han hecho al rechazar como verídica la resurrección de Jesucristo, aún antes de comenzar siquiera una diligente investigación histórico-bibliográfica seria. Estas presuposiciones no tienen fundamentos, sino más bien son prejuicios filosóficos para auto-justificarse llamando “escepticismo” a su incredulidad y dureza de corazón. Bertrand Rusell (quien es uno de los precursores de la metafísica moderna) es un ejemplo de un “ateo inteligente”, al no tomarse siquiera la molestia de mirar el Nuevo Testamento al escribir su ensayo: “Por qué no soy cristiano”.....pero entonces... ¿quien es más borreeego?
Y ya que... a muchos les gusta jugar con la idea de llamar “suicidio intelectual” o “fe ciega” a la fe cristiana, podemos afirmar que: nuestra fe está respaldada en evidencia histórica y arqueológica, por lo tanto es razonable y elocuente; es cierto; pudiéramos decir que tal vez “nuestra fe va mas allá de la razón, pero no va en contra de la razón”.
Según la carta de Pablo a los Hebreos (11:1) “la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (no la emoción de lo que sí se ve); a diferencia lo que puede llamarse fábula, mitología (o mito), cuento, novela, leyenda o alguna extraña filosofía donde finalmente se apela más a las emociones que a la razón (ó a los hechos históricos reales); y es que en realidad no es tan importante la cantidad de fe que uno pudiera llegar a tener, sino en donde (o más bien en Quien) esta depositada; esto es lo que le da el verdadero valor.
¿ Pues no que muy “Open Mind” ?
En una ocasión un brillante pero confuso psiquiatra me confeso con franqueza que nunca había estado dispuesto a “considerar” honestamente las fuertes aseveraciones de Jesucristo en su propia vida por temor a llegar a convencerse y por consecuencia sentirse comprometido a tener que cambiar su aparentemente cómoda y tradicional (pero a la vez vacía y necia) manera de “vivir”.
¿ Nos haría favor de ponerse de pie el verdadero “Sr. Excusa” ?
* Las excusas “intelectuales”: es que no se trata de un “no puedo”, si no mas bien de un “no quiero”, puesto que la mayoría de la gente rechaza a Cristo por una o más razones:
Ignorancia Con frecuencia auto-impuesta pues consideran los temas de Cristo y a la Biblia como una “aburrida” pérdida de su “valiosísimo” tiempo. (Lucas 17:33)
Orgullo (Mateo 9:12, Marcos 2:17, Lucas 5:31). Profesando ser sabios, se hicieron necios... (Romanos 1:22). A un estudiante le pregunte: ¿Por qué no puedes tú creer?, él me respondió: el nuevo testamento no es digno de confianza, le pregunté entonces: Si yo te comprobara que el nuevo testamento es una de las piezas de literatura antigua más dignas de confianza, entonces tu ¿si estarías dispuesto a creer?... él inmediatamente replicó un rotundo NO; bueno entonces, tu no tienes un problema en tu mente, sino mas bien en tu voluntad, le respondí: porque a pesar que yo te pudiera demostrar la evidencia bibliográfica que respalda la confiabilidad histórica del Nuevo Testamento, tu como quiera no vas a querer creer aunque insisto (si podrías hacerlo).
Problema moral (Juan 3:19). Una estudiante quería creer y hacer creer a otros que el cristianismo “no era histórico y que no estaba avalado por los hechos”. En su clase intentó convencer a todos sus compañeros de lo mismo; pero después de algunas preguntas que yo le hice, (comenta McDowell) ella admitió haber engañado a todos y dijo haber inventado estas “dudas intelectuales” con el fin de excusar su vida moral... ¡ups! la verdad no peca... (pero como incomoda)
La motivación de recopilar esta información no es entrar en polémicas de religión, teología, filosofía, doctrina o apologética; mucho menos ganar discusiones; si no más bien dar una muy buena base para la fe cristiana.
Estudio realizado por Josh McDowel y cientificos de la Universidad de Oxford y Harvard, traducido por: R.E.C.G y adaptado por Eduardo Cruz, Pablo Vargas y Jonathan Fernandez. Traido a ustdes por Martienz17.
(El mucho conocimiento envanece, mas el amor edifica...) 1 Corintios 8:1
(El mucho estudio es fatiga de la carne...)Eclesiastés 12:12
(El que tenga oídos para oír oiga...)Apocalipsis 2:7
(El que lee entienda...) Mateo 24:15 y Mateo13:14
Pongámonos de acuerdo pues y comencemos con una buena ACTITUD IMPARCIAL; recordando que el propósito de un historiador serio no es reconstruir la historia basándose en nociones preconcebidas y ajustarlas a su agrado personal, sino más bien reproducir la historia a partir de la mejor evidencia y dejar que ella hable por sí misma. (Lucas 1:1 al 4) pues recordemos que: “un testigo veraz se muestra siempre natural y desdeña lo artificioso...” (significativas palabras del abogado Edward Clarke)
Josh McDowell comenta: Mi trabajo fue investigar evidencias bibliográficas, históricas y arqueológicas a pesar de los pro y los contra, yo por mi parte me había propuesto desacreditar el cristianismo, pues tenía preferencias y prejuicios en contra de Cristo, mas no a favor de Él; pero los resultados demostraron lo contrario de lo que yo estaba esperando comprobar y yo en base a esto tomé una decisión; y no hallé lo que quería encontrar, sino más bien confirmé mediante la investigación lo que deseaba refutar.
Todo comenzó cuando todavía era alumno en el “K. College” de Michigan y un grupo de estudiantes cristianos me exhortó a que examinara intelectualmente las afirmaciones del cristianismo. Yo estaba “seguro” (al menos por lo que creía saber) que el cristianismo no valía la pena; pero acepté el “desafío” y puse como primer punto a desacreditar “la resurrección de Cristo”; pero, vaya sorpresa, pues en su lugar encontré las pruebas de las evidencias más convincentes para la confiabilidad bibliográfica del Nuevo Testamento y la veracidad histórica de la Resurrección.
Escéptico o incrédulo: (Juan 20. 24 al 29) Uno no puede esperar hallar la verdad y al mismo tiempo estar pre-dispuesto a no aceptarla, por puro gusto personal, por prejuicio o por estar en desacuerdo con ella. Esto es lo que los hombres han hecho al rechazar como verídica la resurrección de Jesucristo, aún antes de comenzar siquiera una diligente investigación histórico-bibliográfica seria. Estas presuposiciones no tienen fundamentos, sino más bien son prejuicios filosóficos para auto-justificarse llamando “escepticismo” a su incredulidad y dureza de corazón. Bertrand Rusell (quien es uno de los precursores de la metafísica moderna) es un ejemplo de un “ateo inteligente”, al no tomarse siquiera la molestia de mirar el Nuevo Testamento al escribir su ensayo: “Por qué no soy cristiano”.....pero entonces... ¿quien es más borreeego?
Y ya que... a muchos les gusta jugar con la idea de llamar “suicidio intelectual” o “fe ciega” a la fe cristiana, podemos afirmar que: nuestra fe está respaldada en evidencia histórica y arqueológica, por lo tanto es razonable y elocuente; es cierto; pudiéramos decir que tal vez “nuestra fe va mas allá de la razón, pero no va en contra de la razón”.
Según la carta de Pablo a los Hebreos (11:1) “la fe es la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve” (no la emoción de lo que sí se ve); a diferencia lo que puede llamarse fábula, mitología (o mito), cuento, novela, leyenda o alguna extraña filosofía donde finalmente se apela más a las emociones que a la razón (ó a los hechos históricos reales); y es que en realidad no es tan importante la cantidad de fe que uno pudiera llegar a tener, sino en donde (o más bien en Quien) esta depositada; esto es lo que le da el verdadero valor.
¿ Pues no que muy “Open Mind” ?
En una ocasión un brillante pero confuso psiquiatra me confeso con franqueza que nunca había estado dispuesto a “considerar” honestamente las fuertes aseveraciones de Jesucristo en su propia vida por temor a llegar a convencerse y por consecuencia sentirse comprometido a tener que cambiar su aparentemente cómoda y tradicional (pero a la vez vacía y necia) manera de “vivir”.
¿ Nos haría favor de ponerse de pie el verdadero “Sr. Excusa” ?
* Las excusas “intelectuales”: es que no se trata de un “no puedo”, si no mas bien de un “no quiero”, puesto que la mayoría de la gente rechaza a Cristo por una o más razones:
Ignorancia Con frecuencia auto-impuesta pues consideran los temas de Cristo y a la Biblia como una “aburrida” pérdida de su “valiosísimo” tiempo. (Lucas 17:33)
Orgullo (Mateo 9:12, Marcos 2:17, Lucas 5:31). Profesando ser sabios, se hicieron necios... (Romanos 1:22). A un estudiante le pregunte: ¿Por qué no puedes tú creer?, él me respondió: el nuevo testamento no es digno de confianza, le pregunté entonces: Si yo te comprobara que el nuevo testamento es una de las piezas de literatura antigua más dignas de confianza, entonces tu ¿si estarías dispuesto a creer?... él inmediatamente replicó un rotundo NO; bueno entonces, tu no tienes un problema en tu mente, sino mas bien en tu voluntad, le respondí: porque a pesar que yo te pudiera demostrar la evidencia bibliográfica que respalda la confiabilidad histórica del Nuevo Testamento, tu como quiera no vas a querer creer aunque insisto (si podrías hacerlo).
Problema moral (Juan 3:19). Una estudiante quería creer y hacer creer a otros que el cristianismo “no era histórico y que no estaba avalado por los hechos”. En su clase intentó convencer a todos sus compañeros de lo mismo; pero después de algunas preguntas que yo le hice, (comenta McDowell) ella admitió haber engañado a todos y dijo haber inventado estas “dudas intelectuales” con el fin de excusar su vida moral... ¡ups! la verdad no peca... (pero como incomoda)