¡Ay, Dios mío, qué situación más pesada! La búsqueda de Jessy Karina Álvarez Amador, la muchacha de Pavas que lleva más de siete meses desaparecida, dio un giro inesperado ayer en Vuelta de Jorco, Aserrí. El OIJ encontró restos óseos en el área, y ahora todos estamos pegados a la tele esperando saber si esto tiene algo que ver con ella. La verdad, da escalofríos pensar en cómo se desarrollaron los hechos.
Como recordarán, Jessy fue vista por última vez el 10 de mayo en Libertad de Pavas, su barrio natal. Desde entonces, sus familiares y amigos han estado buscando incansablemente pistas sobre su paradero. La policía judicial también ha estado trabajando en el caso, pero hasta ahora solo habían seguido varias líneas de investigación sin éxito rotundo. Este hallazgo, sinceramente, rompe el silencio que había sobre el tema y nos pone a todos a pensar qué habrá pasado realmente.
Michael Soto, el director a.i. de la Policía Judicial, fue quien confirmó la noticia en declaraciones a varios medios. Dijo que los agentes están trabajando duro para determinar si esos restos son humanos, y si lo son, si pertenecen a Jessy. “Estamos en esa labor operativa para tratar eventualmente de asociar a la persona desaparecida con estos restos socio,” explicó Soto. Me parece bien que le estén metiendo toda la fuerza, porque la familia necesita respuestas urgentes, y nosotros también, para entender qué está pasando en nuestro país.
Lo que me llama la atención es que el operativo se está llevando a cabo en Aserrí, muy lejos de donde Jessy fue vista por última vez. Según fuentes internas del OIJ, información obtenida por la Sección de Delitos Varios llevó a los investigadores a ese lugar específico. Imagínense, estaban buscando en Los Lotes, un sector bastante aislado, basándose en un informe confidencial. Esto demuestra que hay algo más detrás de lo que se cuenta en los titulares, y eso siempre inquieta.
Soto insistió en que aún no tienen certeza de que los restos sean humanos ni de que pertenezcan a Jessy, pero aseguraron que no descansarán hasta tener claridad sobre la situación. Están entrevistando vecinos, revisando cámaras de seguridad y haciendo todo lo que pueden para esclarecer el caso. Pero siendo sinceros, la esperanza va disminuyendo con el paso del tiempo. Uno quiere creer que será una falsa alarma, pero la realidad nos golpea con fuerza.
Desde que salió el reporte de la desaparición de Jessy, la comunidad de Pavas se movilizó para buscarla. Se organizaron búsquedas masivas, se imprimieron carteles y se compartió información en redes sociales. Sus amigos y familiares nunca perdieron la fe, pero cada día que pasa sin noticias agrava la situación. Ahora, con este nuevo descubrimiento, la angustia se multiplica, aunque también surge una pequeña luz de esperanza de que finalmente se podrá saber qué le ocurrió. Que le den duro al brete, porque la verdad tiene que salir a la luz.
Es increíble cómo estos casos impactan a toda la sociedad. Uno se siente impotente ante tanta injusticia y violencia. Te das cuenta de que la tranquilidad que creíamos tener es frágil, y de que cualquiera puede convertirse en víctima de este tipo de tragedias. Por eso, es tan importante que las autoridades investiguen estos casos a fondo y castiguen a los culpables con todo el rigor de la ley. Además, necesitamos fortalecer la prevención y promover una cultura de respeto y cuidado mutuo. ¿No les parece que deberíamos enfocarnos más en prevenir estos crímenes en lugar de solo reaccionar después de que ocurren?
Y así llegamos a la pregunta clave: ¿Qué medidas podemos tomar como ciudadanos para contribuir a la seguridad de nuestras comunidades y evitar que historias como la de Jessy se repitan? ¿Será suficiente con denunciar sospechosos o debemos exigir mayores controles a las autoridades? Digame, ¿qué piensa usted sobre la seguridad ciudadana en Costa Rica hoy en día?
Como recordarán, Jessy fue vista por última vez el 10 de mayo en Libertad de Pavas, su barrio natal. Desde entonces, sus familiares y amigos han estado buscando incansablemente pistas sobre su paradero. La policía judicial también ha estado trabajando en el caso, pero hasta ahora solo habían seguido varias líneas de investigación sin éxito rotundo. Este hallazgo, sinceramente, rompe el silencio que había sobre el tema y nos pone a todos a pensar qué habrá pasado realmente.
Michael Soto, el director a.i. de la Policía Judicial, fue quien confirmó la noticia en declaraciones a varios medios. Dijo que los agentes están trabajando duro para determinar si esos restos son humanos, y si lo son, si pertenecen a Jessy. “Estamos en esa labor operativa para tratar eventualmente de asociar a la persona desaparecida con estos restos socio,” explicó Soto. Me parece bien que le estén metiendo toda la fuerza, porque la familia necesita respuestas urgentes, y nosotros también, para entender qué está pasando en nuestro país.
Lo que me llama la atención es que el operativo se está llevando a cabo en Aserrí, muy lejos de donde Jessy fue vista por última vez. Según fuentes internas del OIJ, información obtenida por la Sección de Delitos Varios llevó a los investigadores a ese lugar específico. Imagínense, estaban buscando en Los Lotes, un sector bastante aislado, basándose en un informe confidencial. Esto demuestra que hay algo más detrás de lo que se cuenta en los titulares, y eso siempre inquieta.
Soto insistió en que aún no tienen certeza de que los restos sean humanos ni de que pertenezcan a Jessy, pero aseguraron que no descansarán hasta tener claridad sobre la situación. Están entrevistando vecinos, revisando cámaras de seguridad y haciendo todo lo que pueden para esclarecer el caso. Pero siendo sinceros, la esperanza va disminuyendo con el paso del tiempo. Uno quiere creer que será una falsa alarma, pero la realidad nos golpea con fuerza.
Desde que salió el reporte de la desaparición de Jessy, la comunidad de Pavas se movilizó para buscarla. Se organizaron búsquedas masivas, se imprimieron carteles y se compartió información en redes sociales. Sus amigos y familiares nunca perdieron la fe, pero cada día que pasa sin noticias agrava la situación. Ahora, con este nuevo descubrimiento, la angustia se multiplica, aunque también surge una pequeña luz de esperanza de que finalmente se podrá saber qué le ocurrió. Que le den duro al brete, porque la verdad tiene que salir a la luz.
Es increíble cómo estos casos impactan a toda la sociedad. Uno se siente impotente ante tanta injusticia y violencia. Te das cuenta de que la tranquilidad que creíamos tener es frágil, y de que cualquiera puede convertirse en víctima de este tipo de tragedias. Por eso, es tan importante que las autoridades investiguen estos casos a fondo y castiguen a los culpables con todo el rigor de la ley. Además, necesitamos fortalecer la prevención y promover una cultura de respeto y cuidado mutuo. ¿No les parece que deberíamos enfocarnos más en prevenir estos crímenes en lugar de solo reaccionar después de que ocurren?
Y así llegamos a la pregunta clave: ¿Qué medidas podemos tomar como ciudadanos para contribuir a la seguridad de nuestras comunidades y evitar que historias como la de Jessy se repitan? ¿Será suficiente con denunciar sospechosos o debemos exigir mayores controles a las autoridades? Digame, ¿qué piensa usted sobre la seguridad ciudadana en Costa Rica hoy en día?
