¡Aguante, pura vida! Aquí les va la nota fresca: parece que Costa Rica está viviendo un boom de franquicias, y no precisamente de las nuestras. En 2025, llegamos a tener 388 marcas registradas en el país, con apenas 68 de ellas hechas aquí. Eso sí, hay movimiento, porque cinco marcas nacionales decidieron meterle pila y empezar a licenciar sus propios negocitos, intentando hacerle sombra a los gringos.
Según datos de la Cámara de Comercio, la cosa pinta interesante. Tenemos un crecimiento del 2%, impulsado principalmente por el apoyo del Sistema de Banca para el Desarrollo. Esto le dio un empujón a varias Pymes para que se aventuraran en el mundo de las franquicias, buscando expandirse y llegar a más rincones del país. Karol Fallas, la jefa de la Cámara, dice que esto es una señal positiva para la economía, demostrando que hay ganas de crecer y crear empleos por todos lados.
Y ojo, porque no llegaron cualquiera. Dos pesos pesados se sumaron al panorama internacional: iHop, el lugar de los panqueques, y Applebee’s, la cadena de restaurantes casual. Pero la respuesta tica tampoco se queda atrás. Tres sodas le metieron turbo a sus recetas: Doña Dona (con esos pasteles que te hacen agua la boca), Costa Rica Beer Factory (para los amantes de la cerveza artesanal) y Los Pira (una soda de tacos que viene directamente desde el oeste del país, ¡qué chuleta!). Además, Jump Center y Recluta completan la lista de las nuevas marcas nacionales que se lanzaron a la aventura de franquiciar.
Ahora bien, ¿cómo se hace para pasar de ser una pequeña soda familiar a una franquicia reconocida? Según Fallas, el primer paso es hacerse un buen diagnóstico. La Cámara de Comercio ofrece herramientas para evaluar si el negocio está listo para dar el salto. Si no lo está, no pasa nada, pueden ir corrigiendo esas cositas poco a poco hasta que estén listos. Lo importante es tener claro qué quieren lograr y estar dispuestos a trabajar duro.
Después de ese diagnóstico inicial, entran en juego los consultores especializados, que te ayudan a armar un plan estratégico, a poner las bases legales de la franquicia, a entender cómo funciona el mercado y a buscar inversionistas que quieran apostar por tu idea. También se trata de estandarizar los procesos, crear manuales detallados y asegurarte de que la calidad del producto o servicio se mantenga igual, sin importar dónde se venda.
Lo que busca la CCCR es que, ya sea un negocio de franquicia o uno independiente, el cliente no note ninguna diferencia. Esa es la magia del modelo: poder replicar un negocio de manera idéntica en diferentes lugares, manteniendo la esencia original. Por supuesto, esto implica tener todo muy organizado, saber exactamente qué estás haciendo y contar con el personal capacitado para llevarlo adelante. No es pa’ bromear, diay.
Si bien Costa Rica sigue siendo un receptor neto de franquicias internacionales, la tendencia cambia. Estamos viendo un creciente número de Pymes nacionales que se animan a exportar sus propias ideas, a compartir su know-how y a expandirse a otros mercados. Esto es fundamental para impulsar la productividad, mejorar la competitividad y generar nuevas oportunidades de empleo, y así, contribuir al crecimiento económico del país. El reto ahora es bajar las barreras de entrada y facilitarles la vida a estos emprendedores valientes.
Para el 2026, la CCCR espera que lleguen unas siete franquicias más, lo que elevaría el total a 395 marcas operando en Costa Rica. Una cifra impresionante, que demuestra el potencial del país para atraer inversiones y fomentar el espíritu empresarial. Ahora bien, con tanta franquicia extranjera llegando, ¿creen ustedes que las marcas ticas tienen suficiente apoyo para competir y dejar su huella en el mercado, o necesitamos medidas más drásticas para proteger el talento local?
Según datos de la Cámara de Comercio, la cosa pinta interesante. Tenemos un crecimiento del 2%, impulsado principalmente por el apoyo del Sistema de Banca para el Desarrollo. Esto le dio un empujón a varias Pymes para que se aventuraran en el mundo de las franquicias, buscando expandirse y llegar a más rincones del país. Karol Fallas, la jefa de la Cámara, dice que esto es una señal positiva para la economía, demostrando que hay ganas de crecer y crear empleos por todos lados.
Y ojo, porque no llegaron cualquiera. Dos pesos pesados se sumaron al panorama internacional: iHop, el lugar de los panqueques, y Applebee’s, la cadena de restaurantes casual. Pero la respuesta tica tampoco se queda atrás. Tres sodas le metieron turbo a sus recetas: Doña Dona (con esos pasteles que te hacen agua la boca), Costa Rica Beer Factory (para los amantes de la cerveza artesanal) y Los Pira (una soda de tacos que viene directamente desde el oeste del país, ¡qué chuleta!). Además, Jump Center y Recluta completan la lista de las nuevas marcas nacionales que se lanzaron a la aventura de franquiciar.
Ahora bien, ¿cómo se hace para pasar de ser una pequeña soda familiar a una franquicia reconocida? Según Fallas, el primer paso es hacerse un buen diagnóstico. La Cámara de Comercio ofrece herramientas para evaluar si el negocio está listo para dar el salto. Si no lo está, no pasa nada, pueden ir corrigiendo esas cositas poco a poco hasta que estén listos. Lo importante es tener claro qué quieren lograr y estar dispuestos a trabajar duro.
Después de ese diagnóstico inicial, entran en juego los consultores especializados, que te ayudan a armar un plan estratégico, a poner las bases legales de la franquicia, a entender cómo funciona el mercado y a buscar inversionistas que quieran apostar por tu idea. También se trata de estandarizar los procesos, crear manuales detallados y asegurarte de que la calidad del producto o servicio se mantenga igual, sin importar dónde se venda.
Lo que busca la CCCR es que, ya sea un negocio de franquicia o uno independiente, el cliente no note ninguna diferencia. Esa es la magia del modelo: poder replicar un negocio de manera idéntica en diferentes lugares, manteniendo la esencia original. Por supuesto, esto implica tener todo muy organizado, saber exactamente qué estás haciendo y contar con el personal capacitado para llevarlo adelante. No es pa’ bromear, diay.
Si bien Costa Rica sigue siendo un receptor neto de franquicias internacionales, la tendencia cambia. Estamos viendo un creciente número de Pymes nacionales que se animan a exportar sus propias ideas, a compartir su know-how y a expandirse a otros mercados. Esto es fundamental para impulsar la productividad, mejorar la competitividad y generar nuevas oportunidades de empleo, y así, contribuir al crecimiento económico del país. El reto ahora es bajar las barreras de entrada y facilitarles la vida a estos emprendedores valientes.
Para el 2026, la CCCR espera que lleguen unas siete franquicias más, lo que elevaría el total a 395 marcas operando en Costa Rica. Una cifra impresionante, que demuestra el potencial del país para atraer inversiones y fomentar el espíritu empresarial. Ahora bien, con tanta franquicia extranjera llegando, ¿creen ustedes que las marcas ticas tienen suficiente apoyo para competir y dejar su huella en el mercado, o necesitamos medidas más drásticas para proteger el talento local?