¡Ay, Dios mío! La licenciada Laura Fernández nos dejó boquiabiertos, chavos. En medio de esta campaña que va tomando ritmo, la candidata del Pueblo Soberano soltó una bomba en entrevista exclusiva con Teletica.com: parece que hay algunos ministros del gobierno actual que le van a hacer compañía si ella llega a Zapote. Sí, así como lo escuchan, ¡le quitaron el dedo del chape!
Desde hace rato, Fernández ha mantenido la posición de que no está repartiendo puestos ni haciendo acuerdos previos. Ha dicho que una vez llegue a la presidencia evaluará a cada quien según sus méritos, y que la transparencia será su bandera. Pero, ¿qué pasó entonces? Bueno, resulta que en la mencionada entrevista, no se mordió la lengua y soltó los nombres de tres personas que, según ella, han demostrado ser pilares fundamentales en sus respectivos ministerios.
Primero salió a relucir el nombre de Gerald Campos, el ministro de Justicia. Fernández destacó su trabajo en el intento de poner orden en el sistema penitenciario, algo que, como todos sabemos, está hecho un maje. Inclusive, dejó la puerta abierta a que Campos cambie de brete y pase a dirigir Seguridad Pública. Imagínense, ¡una jugada maestra si las cosas se ponen feas! Porque, díganlo como dicen, las cárceles en Costa Rica están más patosas que pintor borracho.
Luego, la atención se centró en Yorleny León, la presidenta ejecutiva del IMAS. Fernández no escatimó en elogios hacia la exdiputada liberacionista, resaltando su enfoque técnico y los resultados tangibles en la lucha contra la pobreza. Dijo textualmente: “Me quito el sombrero”. Un halago considerable viniendo de alguien que viene de otra corriente política. Parece que, al final, el bien del país pesa más que las diferencias partidistas… o eso esperamos, ¿verdad?
Manuel Tovar, el ministro de Comercio Exterior (COMEX), también entró en la lista de los elegidos. Fernández subrayó su capacidad para desenvolverse en un ministerio que suele mantenerse alejado del foco mediático, pero que tiene un impacto directo en la economía nacional. Lo calificó como una figura “brillante” en las negociaciones comerciales y en la promoción de Costa Rica a nivel internacional. Uno esperaría que alguien con esas cualidades siga contribuyendo al desarrollo del país, sin importar quién esté al mando.
Pero la cereza del pastel, como dicen por acá, fue mencionar a Rodrigo Chaves. Ya saben, el presidente actual. Fernández había anticipado semanas atrás que le ofrecería a Chaves el cargo de Ministro de la Presidencia, un movimiento audaz que ha levantado ampollas y generado ríos de tinta. Algunos lo ven como una muestra de madurez política y búsqueda de consensos; otros, como una estrategia para aferrarse al poder a toda costa. Digo, esto de tener al propio presidente como ministro suena a película rara, ¿no les parece?
Ahora, muchos se preguntan: ¿qué significa todo esto? ¿Es realmente un gesto de apertura y pragmatismo, o una maniobra política para asegurar su futuro? Algunos analistas políticos sugieren que Fernández busca transmitir un mensaje de estabilidad y experiencia, buscando ganarse la confianza de aquellos que aún tienen dudas sobre su propuesta. Otros creen que simplemente quiere asegurarse de contar con aliados estratégicos en caso de llegar a la presidencia, aunque sea a costo de sacrificar algunos principios. La verdad, chavos, es que nadie sabe con certeza qué hay detrás de todo este asunto.
Así que, ya saben, ¿qué piensan ustedes? ¿Les parece una decisión inteligente y estratégica de parte de Fernández, o una señal de que está priorizando el poder sobre la ideología? ¿Creen que mantener a estos ministros del gobierno actual podría ser beneficioso para el país, o sería preferible iniciar con una planilla limpia? ¡Dejen sus opiniones abajo y a debatir, porque esto promete ser interesante!
Desde hace rato, Fernández ha mantenido la posición de que no está repartiendo puestos ni haciendo acuerdos previos. Ha dicho que una vez llegue a la presidencia evaluará a cada quien según sus méritos, y que la transparencia será su bandera. Pero, ¿qué pasó entonces? Bueno, resulta que en la mencionada entrevista, no se mordió la lengua y soltó los nombres de tres personas que, según ella, han demostrado ser pilares fundamentales en sus respectivos ministerios.
Primero salió a relucir el nombre de Gerald Campos, el ministro de Justicia. Fernández destacó su trabajo en el intento de poner orden en el sistema penitenciario, algo que, como todos sabemos, está hecho un maje. Inclusive, dejó la puerta abierta a que Campos cambie de brete y pase a dirigir Seguridad Pública. Imagínense, ¡una jugada maestra si las cosas se ponen feas! Porque, díganlo como dicen, las cárceles en Costa Rica están más patosas que pintor borracho.
Luego, la atención se centró en Yorleny León, la presidenta ejecutiva del IMAS. Fernández no escatimó en elogios hacia la exdiputada liberacionista, resaltando su enfoque técnico y los resultados tangibles en la lucha contra la pobreza. Dijo textualmente: “Me quito el sombrero”. Un halago considerable viniendo de alguien que viene de otra corriente política. Parece que, al final, el bien del país pesa más que las diferencias partidistas… o eso esperamos, ¿verdad?
Manuel Tovar, el ministro de Comercio Exterior (COMEX), también entró en la lista de los elegidos. Fernández subrayó su capacidad para desenvolverse en un ministerio que suele mantenerse alejado del foco mediático, pero que tiene un impacto directo en la economía nacional. Lo calificó como una figura “brillante” en las negociaciones comerciales y en la promoción de Costa Rica a nivel internacional. Uno esperaría que alguien con esas cualidades siga contribuyendo al desarrollo del país, sin importar quién esté al mando.
Pero la cereza del pastel, como dicen por acá, fue mencionar a Rodrigo Chaves. Ya saben, el presidente actual. Fernández había anticipado semanas atrás que le ofrecería a Chaves el cargo de Ministro de la Presidencia, un movimiento audaz que ha levantado ampollas y generado ríos de tinta. Algunos lo ven como una muestra de madurez política y búsqueda de consensos; otros, como una estrategia para aferrarse al poder a toda costa. Digo, esto de tener al propio presidente como ministro suena a película rara, ¿no les parece?
Ahora, muchos se preguntan: ¿qué significa todo esto? ¿Es realmente un gesto de apertura y pragmatismo, o una maniobra política para asegurar su futuro? Algunos analistas políticos sugieren que Fernández busca transmitir un mensaje de estabilidad y experiencia, buscando ganarse la confianza de aquellos que aún tienen dudas sobre su propuesta. Otros creen que simplemente quiere asegurarse de contar con aliados estratégicos en caso de llegar a la presidencia, aunque sea a costo de sacrificar algunos principios. La verdad, chavos, es que nadie sabe con certeza qué hay detrás de todo este asunto.
Así que, ya saben, ¿qué piensan ustedes? ¿Les parece una decisión inteligente y estratégica de parte de Fernández, o una señal de que está priorizando el poder sobre la ideología? ¿Creen que mantener a estos ministros del gobierno actual podría ser beneficioso para el país, o sería preferible iniciar con una planilla limpia? ¡Dejen sus opiniones abajo y a debatir, porque esto promete ser interesante!