¡Pues fíjate tú! Resulta que el nuevo sistema ATENA, ese que nos prometían revolucionario para agilizar trámites aduaneros y modernizar Hacienda Digital, anda teniendo más fallas que casa antigua en aguas. Dos oficios secretos, casi, filtrados desde adentro del Ministerio de Hacienda, están dando que hablar y poniendo a temblar a los responsables del proyecto, porque la cosa no pinta nada pretty.
Para ponerlos en clima, ATENA es uno de los tres pilares de “Hacienda Digital”, junto con TRIBU-CR y CERTEZA. La idea era bonita en papel: conectar Aduanas y Tributación para facilitar pagos, evitar dobles cargas y tener control total sobre las importaciones y exportaciones. Todo eso con un crédito jugoso del BIRF, unos 156,6 millones de dólares, que ya tienen a muchos preguntándose si realmente valió la pena.
Pero según los oficios –con sellos del 23 y 28 de octubre, respectivamente–, los técnicos de la Dirección General de Aduanas (DGA) andan con el corazón en la mano tras haberle dado duro a las pruebas piloto del sistema desde septiembre. Al parecer, encontraron cositas… digamos, preocupantes. Cosas que podrían poner en riesgo toda la operación y dejar a más de uno con cara de póker.
Lo primero que les preocupa es el tema de los permisos y controles dentro del sistema. Parece ser que hay huecos gordos que podrían ser aprovechados por personas poco escrupulosas, tanto adentro como afuera de la administración pública. Se habla de una necesidad urgente de revisar a fondo todos los perfiles de usuario, algo que no se hizo bien desde un principio porque el sistema funciona distinto al viejo TICA, que era otro rollo completamente.
Y ni hablar del control inmediato, que parece estar dando guerra constante. No logran que funcione como debería, lo que complica muchísimo el cálculo de los impuestos. Lo peor es que, según los técnicos, todavía faltan desarrollar varias funciones clave, y las pruebas integrales no pudieron completarse porque no estaba lista la réplica de TICA. Eso deja muchas preguntas flotando en el aire: ¿estas pruebas están siendo manipuladas para aparentar un éxito artificial?
Además, se quejan de que la interoperabilidad con otros sistemas está afectando el proceso de exportación, y que existen problemas serios con la carga de los aranceles. La cereza del pastel: no saben si esos ajustes que hacen en un ambiente se replican en los demás, lo que genera una incertidumbre tremenda. "Es importante indicar que el proceso de pruebas integrales ha sido beneficioso, dado que se tiene contacto con el sistema ATENA; sin embargo, al encontrar un sistema que no es tan configurable como se había indicado, además de no contar con algunos desarrollos esperados, ha causado una pérdida de confianza en la capacidad de la empresa para llevar el proyecto...", dice Carolina Zúñiga, la jefa de las pruebas, en uno de los oficios. ¡Qué va!
Si le sumamos que el proyecto ha ido avanzando a paso de tortuga desde que se le dio luz verde al consorcio PBSCR–WEBBFONTAINE en octubre de 2023, con una inversión de más de 23 millones de dólares, la cosa se pone aún más fea. Recordemos que TRIBU-CR ya está funcionando, aunque también con sus propios inconvenientes, y la idea era que ATENA se conectara con él para facilitar la vida a los contribuyentes. Ahora, con estas fallas, parece que nos vamos a quedar más atascados que burro en lodazal.
En fin, el panorama no es precisamente alentador. Con Hacienda Digital costándole una fortuna al país y mostrando señales de debilidad, ¿creen ustedes que el gobierno debería suspender temporalmente el proyecto ATENA y reevaluar las opciones, o deberían seguir adelante a pesar de los riesgos? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios, quiero saber qué piensa la gente!
Para ponerlos en clima, ATENA es uno de los tres pilares de “Hacienda Digital”, junto con TRIBU-CR y CERTEZA. La idea era bonita en papel: conectar Aduanas y Tributación para facilitar pagos, evitar dobles cargas y tener control total sobre las importaciones y exportaciones. Todo eso con un crédito jugoso del BIRF, unos 156,6 millones de dólares, que ya tienen a muchos preguntándose si realmente valió la pena.
Pero según los oficios –con sellos del 23 y 28 de octubre, respectivamente–, los técnicos de la Dirección General de Aduanas (DGA) andan con el corazón en la mano tras haberle dado duro a las pruebas piloto del sistema desde septiembre. Al parecer, encontraron cositas… digamos, preocupantes. Cosas que podrían poner en riesgo toda la operación y dejar a más de uno con cara de póker.
Lo primero que les preocupa es el tema de los permisos y controles dentro del sistema. Parece ser que hay huecos gordos que podrían ser aprovechados por personas poco escrupulosas, tanto adentro como afuera de la administración pública. Se habla de una necesidad urgente de revisar a fondo todos los perfiles de usuario, algo que no se hizo bien desde un principio porque el sistema funciona distinto al viejo TICA, que era otro rollo completamente.
Y ni hablar del control inmediato, que parece estar dando guerra constante. No logran que funcione como debería, lo que complica muchísimo el cálculo de los impuestos. Lo peor es que, según los técnicos, todavía faltan desarrollar varias funciones clave, y las pruebas integrales no pudieron completarse porque no estaba lista la réplica de TICA. Eso deja muchas preguntas flotando en el aire: ¿estas pruebas están siendo manipuladas para aparentar un éxito artificial?
Además, se quejan de que la interoperabilidad con otros sistemas está afectando el proceso de exportación, y que existen problemas serios con la carga de los aranceles. La cereza del pastel: no saben si esos ajustes que hacen en un ambiente se replican en los demás, lo que genera una incertidumbre tremenda. "Es importante indicar que el proceso de pruebas integrales ha sido beneficioso, dado que se tiene contacto con el sistema ATENA; sin embargo, al encontrar un sistema que no es tan configurable como se había indicado, además de no contar con algunos desarrollos esperados, ha causado una pérdida de confianza en la capacidad de la empresa para llevar el proyecto...", dice Carolina Zúñiga, la jefa de las pruebas, en uno de los oficios. ¡Qué va!
Si le sumamos que el proyecto ha ido avanzando a paso de tortuga desde que se le dio luz verde al consorcio PBSCR–WEBBFONTAINE en octubre de 2023, con una inversión de más de 23 millones de dólares, la cosa se pone aún más fea. Recordemos que TRIBU-CR ya está funcionando, aunque también con sus propios inconvenientes, y la idea era que ATENA se conectara con él para facilitar la vida a los contribuyentes. Ahora, con estas fallas, parece que nos vamos a quedar más atascados que burro en lodazal.
En fin, el panorama no es precisamente alentador. Con Hacienda Digital costándole una fortuna al país y mostrando señales de debilidad, ¿creen ustedes que el gobierno debería suspender temporalmente el proyecto ATENA y reevaluar las opciones, o deberían seguir adelante a pesar de los riesgos? ¡Déjenme sus opiniones en los comentarios, quiero saber qué piensa la gente!
