¡Ay, comadre! Se armó un quite tremendo entre Laura Fernández y una ciudadana en medio del Consejo de Gobierno en Puntarenas. La candidata de Pueblo Soberano parece que no se tomó muy bien las críticas y soltó unas frases que ya dieron qué hablar en todas las redes. Digamos que la cosa se puso... picante.
Todo empezó cuando Rocío Ramírez, una ciudadana que, según la propia Fernández, anda dando vueltas pagada para “decir improperios”, la acusó de usar recursos públicos para su campaña. La señora Ramírez, sin pelos en la lengua, le recriminó a la candidata que su presencia en el evento oficial era pura “beligerancia política”. Imagínate la escena, ¡diay!
Y ahí fue cuando Fernández respondió con la famosa frase: “¿Me va a poner una mordaza a mí también? Dios la bendiga”. Unas palabritas que, de inmediato, encendieron las alarmas y provocaron una tormenta en redes sociales. Algunos la defendieron a capa y espada, diciendo que la estaban atacando injustamente; otros, en cambio, la criticaron duramente por su reacción, considerándola prepotente e irrespetuosa. ¡Un verdadero brete!
Para Fernández, todo esto es un claro ejemplo de un supuesto “montaje político”. Asegura que la señora Ramírez forma parte de un grupo opositor que la está financiando para desacreditarla. Incluso llegó a decir que “le pagan para eso” y que anda recorriendo el país haciendo exactamente lo mismo. ¡Qué vara!, algunos se preguntan si realmente hay pruebas de estas acusaciones o si simplemente es una estrategia para desviar la atención.
Pero la controversia no se detiene ahí. Muchos recuerdan declaraciones anteriores de la candidata sobre la libertad de expresión y cómo defendería el derecho de todos a opinar. Ahora, algunos se preguntan si con esta respuesta no estaría precisamente limitando ese mismo derecho. ¿Será que la guinda del pastel es que ahora la están acusando de querer imponer censura?
El video del intercambio, que rápidamente se viralizó, ha generado miles de comentarios y reacciones. Desde memes hasta análisis políticos profundos, pasando por montones de indignación y apoyo ferviente. Lo cierto es que el tema sigue dando tela para cortar y no parece que vaya a amainar pronto. Además, este caso reaviva el debate sobre el uso de recursos públicos en campañas electorales y los límites de la confrontación política en Costa Rica. ¿Hasta dónde podemos llegar en nombre de la democracia?
Esta situación nos recuerda que la política, aquí en Costa Rica, puede ser un espectáculo bastante entretenido – aunque a veces un poquito salado. Las redes sociales se han convertido en el escenario perfecto para estos quites, donde las emociones fluyen libremente y las verdades se distorsionan fácilmente. Cada quien toma partido, apoya a su candidato y defiende sus convicciones… ¡y así seguimos, mae!
Después de este revuelo, me pregunto: ¿Cree usted que la respuesta de Laura Fernández fue proporcional a la acusación realizada por la ciudadana, o considera que la candidata debió manejar la situación de manera diferente? Comparta su opinión en el foro y veamos qué piensa la gente. ¡Vamos a ver qué sale de esta torta!
Todo empezó cuando Rocío Ramírez, una ciudadana que, según la propia Fernández, anda dando vueltas pagada para “decir improperios”, la acusó de usar recursos públicos para su campaña. La señora Ramírez, sin pelos en la lengua, le recriminó a la candidata que su presencia en el evento oficial era pura “beligerancia política”. Imagínate la escena, ¡diay!
Y ahí fue cuando Fernández respondió con la famosa frase: “¿Me va a poner una mordaza a mí también? Dios la bendiga”. Unas palabritas que, de inmediato, encendieron las alarmas y provocaron una tormenta en redes sociales. Algunos la defendieron a capa y espada, diciendo que la estaban atacando injustamente; otros, en cambio, la criticaron duramente por su reacción, considerándola prepotente e irrespetuosa. ¡Un verdadero brete!
Para Fernández, todo esto es un claro ejemplo de un supuesto “montaje político”. Asegura que la señora Ramírez forma parte de un grupo opositor que la está financiando para desacreditarla. Incluso llegó a decir que “le pagan para eso” y que anda recorriendo el país haciendo exactamente lo mismo. ¡Qué vara!, algunos se preguntan si realmente hay pruebas de estas acusaciones o si simplemente es una estrategia para desviar la atención.
Pero la controversia no se detiene ahí. Muchos recuerdan declaraciones anteriores de la candidata sobre la libertad de expresión y cómo defendería el derecho de todos a opinar. Ahora, algunos se preguntan si con esta respuesta no estaría precisamente limitando ese mismo derecho. ¿Será que la guinda del pastel es que ahora la están acusando de querer imponer censura?
El video del intercambio, que rápidamente se viralizó, ha generado miles de comentarios y reacciones. Desde memes hasta análisis políticos profundos, pasando por montones de indignación y apoyo ferviente. Lo cierto es que el tema sigue dando tela para cortar y no parece que vaya a amainar pronto. Además, este caso reaviva el debate sobre el uso de recursos públicos en campañas electorales y los límites de la confrontación política en Costa Rica. ¿Hasta dónde podemos llegar en nombre de la democracia?
Esta situación nos recuerda que la política, aquí en Costa Rica, puede ser un espectáculo bastante entretenido – aunque a veces un poquito salado. Las redes sociales se han convertido en el escenario perfecto para estos quites, donde las emociones fluyen libremente y las verdades se distorsionan fácilmente. Cada quien toma partido, apoya a su candidato y defiende sus convicciones… ¡y así seguimos, mae!
Después de este revuelo, me pregunto: ¿Cree usted que la respuesta de Laura Fernández fue proporcional a la acusación realizada por la ciudadana, o considera que la candidata debió manejar la situación de manera diferente? Comparta su opinión en el foro y veamos qué piensa la gente. ¡Vamos a ver qué sale de esta torta!