¡Ay, Dios mío! La cosa está que quema en Venezuela, y ahora resulta que María Corina Machado, la opositora, anda dando vueltas por Noruega haciendo declaraciones que te dejan pensando. Después de toda la movida con el Premio Nobel de la Paz, donde su hija tuvo que recogerlo en su lugar, la Macho anduvo soltando que la 'tiranía' va a acabar 'muy pronto'. ¡Qué cosa, mae!
Para refrescarle la memoria a algunos, Machado lleva batallando con Maduro desde hace tiempo, y luego de las últimas elecciones, donde se dice que le hicieron trampa, pues salió a reclamarle eso con ganas. Ahora, bueno, anda recorriendo el mundo buscando apoyo internacional y demostrando que no se va a rendir tan fácil. Que digamos, anda echándole ganas.
Lo curioso es que esta visita a Oslo, donde recibió el reconocimiento indirecto a través del premio, se da justo en medio de una tensa relación entre Venezuela y Estados Unidos. Resulta que los yanquis tienen una flota naval rondando por el Caribe y el Pacífico, supuestamente para combatir el narcotráfico, pero Maduro cree que es un plan para sacarlo del poder y hacerse dueño del petróleo. ¡Qué bronca, chunche!
Y ahí estaba Machado, apareciendo en público después de meses en la sombra, recibiendo una ovación como si fuera Beyoncé en un concierto. Los venezolanos que estaban allá, exiliados y partidarios, la trataron como a una heroína, cantando el himno nacional y coreando consignas de libertad. Se armó un ambiente bien bacano, a pesar de todo lo que pasa en Venezuela.
Pero no todo es color de rosa, claro. Parece que Machado corre el riesgo de que la agarren si vuelve a Venezuela, ya que la tienen marcada como ‘fugitiva’ por presuntamente conspirar contra el gobierno. ¡Imagínate!, la quieren meter presa. Donald Trump, el expresidente de Estados Unidos, hasta dijo que no le gustaría verla detenida. Pues sí, ahí ven la magnitud del tema.
Expertos dicen que esta visita a Noruega es importante, pero también peligrosa para Machado. Algunos creen que el gobierno venezolano podría mostrarse más moderado con ella para evitar protestas internacionales, mientras que otros piensan que la van a encerrar directamente. ¡Duro brete, mae! Uno nunca sabe qué va a pasar por esos lados.
Ahora, para entender un poco mejor el panorama, hay que recordar que Machado tiene cierta afinidad con Trump, lo cual no le cae muy bien a todo el mundo. Sus detractores le echan en cara que está aliándose con alguien que no precisamente tiene buenas intenciones hacia Venezuela. Pero sus seguidores argumentan que cualquier aliado es bueno para salir adelante. Total, cada quien piensa diferente, diay.
Y así, con este panorama lleno de incertidumbre, nos queda preguntarnos: ¿Cree usted que las promesas de Machado realmente significarán un cambio para Venezuela, o será otra decepción más en una historia llena de frustraciones? ¿Es posible que veamos a Machado regresando a su país y enfrentando a Maduro, o continuará luchando desde el extranjero?
Para refrescarle la memoria a algunos, Machado lleva batallando con Maduro desde hace tiempo, y luego de las últimas elecciones, donde se dice que le hicieron trampa, pues salió a reclamarle eso con ganas. Ahora, bueno, anda recorriendo el mundo buscando apoyo internacional y demostrando que no se va a rendir tan fácil. Que digamos, anda echándole ganas.
Lo curioso es que esta visita a Oslo, donde recibió el reconocimiento indirecto a través del premio, se da justo en medio de una tensa relación entre Venezuela y Estados Unidos. Resulta que los yanquis tienen una flota naval rondando por el Caribe y el Pacífico, supuestamente para combatir el narcotráfico, pero Maduro cree que es un plan para sacarlo del poder y hacerse dueño del petróleo. ¡Qué bronca, chunche!
Y ahí estaba Machado, apareciendo en público después de meses en la sombra, recibiendo una ovación como si fuera Beyoncé en un concierto. Los venezolanos que estaban allá, exiliados y partidarios, la trataron como a una heroína, cantando el himno nacional y coreando consignas de libertad. Se armó un ambiente bien bacano, a pesar de todo lo que pasa en Venezuela.
Pero no todo es color de rosa, claro. Parece que Machado corre el riesgo de que la agarren si vuelve a Venezuela, ya que la tienen marcada como ‘fugitiva’ por presuntamente conspirar contra el gobierno. ¡Imagínate!, la quieren meter presa. Donald Trump, el expresidente de Estados Unidos, hasta dijo que no le gustaría verla detenida. Pues sí, ahí ven la magnitud del tema.
Expertos dicen que esta visita a Noruega es importante, pero también peligrosa para Machado. Algunos creen que el gobierno venezolano podría mostrarse más moderado con ella para evitar protestas internacionales, mientras que otros piensan que la van a encerrar directamente. ¡Duro brete, mae! Uno nunca sabe qué va a pasar por esos lados.
Ahora, para entender un poco mejor el panorama, hay que recordar que Machado tiene cierta afinidad con Trump, lo cual no le cae muy bien a todo el mundo. Sus detractores le echan en cara que está aliándose con alguien que no precisamente tiene buenas intenciones hacia Venezuela. Pero sus seguidores argumentan que cualquier aliado es bueno para salir adelante. Total, cada quien piensa diferente, diay.
Y así, con este panorama lleno de incertidumbre, nos queda preguntarnos: ¿Cree usted que las promesas de Machado realmente significarán un cambio para Venezuela, o será otra decepción más en una historia llena de frustraciones? ¿Es posible que veamos a Machado regresando a su país y enfrentando a Maduro, o continuará luchando desde el extranjero?