¡Ay, Dios mío! Ya estamos pensando en el marchamo del 2026, y parece que este año va a picar más que mosquito en feria. El Instituto Nacional de Seguros (INS) ya liberó los valores y, bueno, digamos que tocará apretarse el cinturón para muchos de nosotros. Este lunes arrancó oficialmente el cobro, y la gente ya anda haciendo cuentas para ver cómo van a salir airosos.
Como siempre, la vara del marchamo viene cargada de impuestos, seguros obligatorios y otras cositas que nos hacen decir “¡Qué carga!”. Dentro de todo, tenemos el Seguro Obligatorio Automotor (SOA), el temido Impuesto a la Propiedad de Vehículos, las cuotas al COSEVI y al Consejo de Transporte Público (CTP), el IVA que le meten a todo, y hasta unos timbres que ni siquiera sabemos para qué sirven.
Lo que más está dando que hablar es el aumento en el SOA, que promedia un 10,15%. Dicen que es porque ha habido más accidentes en carretera, y claro, ahí tienes que ponerle la cara. Pero bueh, eso es la vida, ¿verdad? A algunos les tocará rascarse los bolsillos más profundo que otros, dependiendo del vehículo que tengan. Mira tú, las motos ahora cuestan ¢99.623, los buses andan en ¢81.060, los taxis en ¢73.300, la carga pesada en ¢35.004, los particulares en ¢30.238 y los equipos especiales, pa’ los de toda la onda, en ¢9.627.
Y hablando de números, el INS informó que, durante el 2025, hubo alrededor de 1.879.790 vehículos registrados, pero todavía hay 140 mil marchamos pendientes de pagar. ¡Imagínate la bronca! Que no digan que no los avisaron. La fecha límite es el 31 de diciembre, y si se pasan de la raya, prepárense para recibir multas fuertes y las ganas de llorar en caliente. Así que, mejor ir pagándolo pronto, antes de que vengan las complicaciones.
Si quieres saber cuánto te toca pagar exactamente, puedes revisar el valor fiscal y el monto correspondiente ingresando el número de placa de tu carro en el sitio web de Auto Gestión del Ministerio de Hacienda. Ahí te sale todo clarito, aunque a veces da un poco de depre que tanto dinero se vaya en el marchamo. Uno piensa, ‘¿pa' qué tantos impuestos si las carreteras están hechas un queso?’
Muchos conductores ya están quejándose en redes sociales, diciendo que esto es un robo a mano armada. Otros, más pragmáticos, señalan que es necesario invertir en mejorar la infraestructura vial y en campañas de concientización para reducir los accidentes. De hecho, algunos expertos sugieren que el gobierno debería considerar implementar medidas más drásticas, como incentivos para conductores responsables y sanciones más severas para quienes infringen las leyes de tránsito. Porque, dígame usted, ¿de qué sirve cobrar más si no vamos a tener mejores carreteras ni conductores más conscientes?
El tema del marchamo siempre genera controversia, y este año no es la excepción. Algunos argumentan que los aumentos son necesarios para mantener el sistema de seguridad vial, mientras que otros consideran que son injustos y afectan especialmente a los hogares de bajos recursos. Lo cierto es que el tema es complejo y requiere de un diálogo abierto entre todas las partes involucradas. El INES, el Gobierno, los transportistas… todos tienen que sentarse a la mesa y buscar soluciones que sean justas para todos.
En fin, amigos, ya saben, preparen el chunche para el marchamo del 2026. Que no les agarre desprevenidos y que sus bolsillos no se vayan al traste. Ahora, les pregunto, ¿creen que los aumentos en el marchamo son justificables considerando el estado actual de nuestras carreteras y la seguridad vial en general, o deberían haber explorado otras alternativas para financiar el sistema?
Como siempre, la vara del marchamo viene cargada de impuestos, seguros obligatorios y otras cositas que nos hacen decir “¡Qué carga!”. Dentro de todo, tenemos el Seguro Obligatorio Automotor (SOA), el temido Impuesto a la Propiedad de Vehículos, las cuotas al COSEVI y al Consejo de Transporte Público (CTP), el IVA que le meten a todo, y hasta unos timbres que ni siquiera sabemos para qué sirven.
Lo que más está dando que hablar es el aumento en el SOA, que promedia un 10,15%. Dicen que es porque ha habido más accidentes en carretera, y claro, ahí tienes que ponerle la cara. Pero bueh, eso es la vida, ¿verdad? A algunos les tocará rascarse los bolsillos más profundo que otros, dependiendo del vehículo que tengan. Mira tú, las motos ahora cuestan ¢99.623, los buses andan en ¢81.060, los taxis en ¢73.300, la carga pesada en ¢35.004, los particulares en ¢30.238 y los equipos especiales, pa’ los de toda la onda, en ¢9.627.
Y hablando de números, el INS informó que, durante el 2025, hubo alrededor de 1.879.790 vehículos registrados, pero todavía hay 140 mil marchamos pendientes de pagar. ¡Imagínate la bronca! Que no digan que no los avisaron. La fecha límite es el 31 de diciembre, y si se pasan de la raya, prepárense para recibir multas fuertes y las ganas de llorar en caliente. Así que, mejor ir pagándolo pronto, antes de que vengan las complicaciones.
Si quieres saber cuánto te toca pagar exactamente, puedes revisar el valor fiscal y el monto correspondiente ingresando el número de placa de tu carro en el sitio web de Auto Gestión del Ministerio de Hacienda. Ahí te sale todo clarito, aunque a veces da un poco de depre que tanto dinero se vaya en el marchamo. Uno piensa, ‘¿pa' qué tantos impuestos si las carreteras están hechas un queso?’
Muchos conductores ya están quejándose en redes sociales, diciendo que esto es un robo a mano armada. Otros, más pragmáticos, señalan que es necesario invertir en mejorar la infraestructura vial y en campañas de concientización para reducir los accidentes. De hecho, algunos expertos sugieren que el gobierno debería considerar implementar medidas más drásticas, como incentivos para conductores responsables y sanciones más severas para quienes infringen las leyes de tránsito. Porque, dígame usted, ¿de qué sirve cobrar más si no vamos a tener mejores carreteras ni conductores más conscientes?
El tema del marchamo siempre genera controversia, y este año no es la excepción. Algunos argumentan que los aumentos son necesarios para mantener el sistema de seguridad vial, mientras que otros consideran que son injustos y afectan especialmente a los hogares de bajos recursos. Lo cierto es que el tema es complejo y requiere de un diálogo abierto entre todas las partes involucradas. El INES, el Gobierno, los transportistas… todos tienen que sentarse a la mesa y buscar soluciones que sean justas para todos.
En fin, amigos, ya saben, preparen el chunche para el marchamo del 2026. Que no les agarre desprevenidos y que sus bolsillos no se vayan al traste. Ahora, les pregunto, ¿creen que los aumentos en el marchamo son justificables considerando el estado actual de nuestras carreteras y la seguridad vial en general, o deberían haber explorado otras alternativas para financiar el sistema?