Maes, ¿vieron el despiche que se armó con Maribel Guardia? Diay, parece que no la pueden dejar en paz ni un segundo. Cuando uno cree que ya ha visto todo en la farándula tica-mex, sale un chisme nuevo que nos pone a todos a hablar. La vara está así: desde hace unos días anda rodando el rumor de que la actriz le estaba siendo infiel a su esposo, Marco Chacón, nada más y nada menos que con su compañero de la serie Cómplices, el actor Emmanuel Orenday. Un novelón completo, y justo cuando a su propio esposo también lo andan señalando por varas parecidas. ¡Qué torta por todo lado!
El chisme, como siempre, salió de la revista TVNotas, que ya tiene fama de ser la fuente oficial del chismerío pesado. Publicaron una entrevista con una supuesta "fuente anónima" de la producción —el clásico "un amigo me contó"— que juraba y perjuraba que Orenday se metía al camerino de Maribel para "darse besos" en los descansos. ¡Háganme el favor! La historia es tan de manual que hasta pereza da. Pintan una escena de película, con los dos actores a escondidas mientras todo el mundo está en el brete. Obviamente, sin una sola foto ni prueba contundente, solo el "dicen que vieron". Como diría la misma Maribel, es "puro chisme maltrecho con remitente obvio".
Pero aquí es donde la cosa se pone interesante y demuestra por qué Maribel sigue siendo la reina. En lugar de quedarse callada o mandar un comunicado de prensa todo tieso, la mae se fue directo a Instagram y les tiró en la cara a todos. Subió unas fotos súper románticas con su esposo, Marco Chacón, y mandó un mensaje que fue un derechazo al hígado de los chismosos: "Aquí el único triángulo que existe es: él, el amor y yo". ¡Qué nivel de respuesta! Sin gritos ni sombrerazos, pura clase. Y para rematar, le metió hashtags como "#amor del bueno" y el ya legendario "#quesoporten". La verdad es que la mae es una carga para manejar estas varas de imagen pública.
Más allá del chambre, lo que me parece más tuanis de analizar es cómo han cambiado las reglas del juego. Antes, un rumor de estos podía manchar la carrera de alguien por años. Ahora, con las redes sociales, los famosos tienen el poder de desmentir la vara en tiempo real y con su propio estilo. Maribel no necesitó un vocero, ella misma se convirtió en la jefa de su propia narrativa. Tomó el control del despiche, lo enfrentó de frente y, de paso, reafirmó su relación públicamente. Es una jugada maestra de comunicación en plena era digital, donde la autenticidad (o al menos, la que se proyecta) le gana a cualquier titular de revista.
Al final, la verdad solo la saben ellos tres, o cuatro, o los que sea que estén metidos en este enredo. Lo que sí es un hecho es que Maribel Guardia demostró, una vez más, que no es ninguna novata y que sabe perfectamente cómo navegar las aguas turbias del espectáculo. Cerró filas, protegió lo suyo y dejó a los demás hablando solos. Ahora la pregunta queda en el aire para nosotros, los que vemos el show desde la barrera. Pero bueno, maes, ¿qué opinan ustedes? ¿Le creen a Maribel y esto es puro cuento de la revista para vender, o donde hubo fuego, cenizas quedan? ¿O ya es hora de que simplemente dejen a la doña en paz? ¡Los leo en los comentarios!
El chisme, como siempre, salió de la revista TVNotas, que ya tiene fama de ser la fuente oficial del chismerío pesado. Publicaron una entrevista con una supuesta "fuente anónima" de la producción —el clásico "un amigo me contó"— que juraba y perjuraba que Orenday se metía al camerino de Maribel para "darse besos" en los descansos. ¡Háganme el favor! La historia es tan de manual que hasta pereza da. Pintan una escena de película, con los dos actores a escondidas mientras todo el mundo está en el brete. Obviamente, sin una sola foto ni prueba contundente, solo el "dicen que vieron". Como diría la misma Maribel, es "puro chisme maltrecho con remitente obvio".
Pero aquí es donde la cosa se pone interesante y demuestra por qué Maribel sigue siendo la reina. En lugar de quedarse callada o mandar un comunicado de prensa todo tieso, la mae se fue directo a Instagram y les tiró en la cara a todos. Subió unas fotos súper románticas con su esposo, Marco Chacón, y mandó un mensaje que fue un derechazo al hígado de los chismosos: "Aquí el único triángulo que existe es: él, el amor y yo". ¡Qué nivel de respuesta! Sin gritos ni sombrerazos, pura clase. Y para rematar, le metió hashtags como "#amor del bueno" y el ya legendario "#quesoporten". La verdad es que la mae es una carga para manejar estas varas de imagen pública.
Más allá del chambre, lo que me parece más tuanis de analizar es cómo han cambiado las reglas del juego. Antes, un rumor de estos podía manchar la carrera de alguien por años. Ahora, con las redes sociales, los famosos tienen el poder de desmentir la vara en tiempo real y con su propio estilo. Maribel no necesitó un vocero, ella misma se convirtió en la jefa de su propia narrativa. Tomó el control del despiche, lo enfrentó de frente y, de paso, reafirmó su relación públicamente. Es una jugada maestra de comunicación en plena era digital, donde la autenticidad (o al menos, la que se proyecta) le gana a cualquier titular de revista.
Al final, la verdad solo la saben ellos tres, o cuatro, o los que sea que estén metidos en este enredo. Lo que sí es un hecho es que Maribel Guardia demostró, una vez más, que no es ninguna novata y que sabe perfectamente cómo navegar las aguas turbias del espectáculo. Cerró filas, protegió lo suyo y dejó a los demás hablando solos. Ahora la pregunta queda en el aire para nosotros, los que vemos el show desde la barrera. Pero bueno, maes, ¿qué opinan ustedes? ¿Le creen a Maribel y esto es puro cuento de la revista para vender, o donde hubo fuego, cenizas quedan? ¿O ya es hora de que simplemente dejen a la doña en paz? ¡Los leo en los comentarios!