¡Ay, Dios mío! Melissa, esa tormenta que andaba dando vueltas por el Caribe, decidió subirnos el pulso y convertirse en huracán. Sí, así como lo escuchaste, ahora es huracán de verdad, con viento que mueve las palmas y ganas de hacerle gastito a nuestros vecinos del norte. Los meteorólogos dicen que se espera que siga creciendo y echándole ganas, así que hay que estar bien atentos.
Según el Centro Nacional de Huracanes allá en Estados Unidos, Melissa llegó a los 120 kilómetros por hora de viento sostenido, y aún le quedan ganas de más. Dicen que el finde se va a poner todavía peor, porque esperan que se convierta en un huracán mayor, que ni me imagino qué barbaridad va a ser eso. Ya la tormenta dejó un reguero de tragedia en Haití, con tres personas fallecidas, y ahora apunta directo a Jamaica y luego a Cuba… ¡Qué sal!
Jamaica, esos hermanos nuestros, ya están poniéndose las pilas. El primer ministro, Andrew Holness, les está avisando a todos que estén pendientes de las alertas y que se preparen para evacuar si es necesario. Imagínate, ya están inundadas algunas calles en Kingston, la capital, gracias a las primeras lluvias. Que le entiendan los del gobierno, pa’ eso estamos, pa’ cuidar del pueblo, ¡diay!
Lo más preocupante es lo que le puede pasar a Haití. Esa país siempre anda batallando, y ahora esto encima. Los expertos dicen que pueden haber inundaciones catastróficas, deslizamientos de tierra y que comunidades enteras se van a quedar aisladas por mucho tiempo. ¡Una carga!, realmente es duro ver cómo sufren esas gentes. Esperemos que puedan resistir y salir adelante pronto.
Y hablando de resistencia, recordemos que el huracán Beryl nos dio un sustazo hace poquito, a principios de julio, y dejó daños bastante serios en Jamaica. Por suerte, esta vez parece que tienen más tiempo para prepararse, aunque nunca sabes con estos fenómenos naturales... son impredecibles, como el clima político de Costa Rica, ¡ja ja!
Esta es la décimotercera tormenta de la temporada en el Atlántico, y vamos camino a tener un año de huracanes bastante movido. Según los pronósticos, todavía faltan meses de tensión y preocupación. Hay que mantenerse informados, seguir las indicaciones de las autoridades y, sobre todo, cuidarnos unos a otros. Un maelstro para cualquiera andar pensando en estas cosas, pero bueno, tenemos que asumirlo como parte de la vida en el Caribe.
Ahora, viendo el panorama general, es importante recordar que la prevención es clave. Reforzar las casas, limpiar desagües, tener provisiones básicas... todas esas cositas que muchos descuidamos hasta que es demasiado tarde. Las autoridades deberían estar invirtiendo más en educación y preparación para estos casos, pero a veces parece que no aprendemos la lección, ¿verdad?
En fin, Melissa viene con malas ondas y hay que tomarla en serio. Estamos rezando porque baje de intensidad y no haga mucho daño a nadie. Pero ante todo, estoy pensando... ¿Creéis que el gobierno debería invertir en sistemas de alerta temprana más sofisticados y accesibles para toda la población, o creen que la responsabilidad recae principalmente en la autoprotección de cada hogar?
Según el Centro Nacional de Huracanes allá en Estados Unidos, Melissa llegó a los 120 kilómetros por hora de viento sostenido, y aún le quedan ganas de más. Dicen que el finde se va a poner todavía peor, porque esperan que se convierta en un huracán mayor, que ni me imagino qué barbaridad va a ser eso. Ya la tormenta dejó un reguero de tragedia en Haití, con tres personas fallecidas, y ahora apunta directo a Jamaica y luego a Cuba… ¡Qué sal!
Jamaica, esos hermanos nuestros, ya están poniéndose las pilas. El primer ministro, Andrew Holness, les está avisando a todos que estén pendientes de las alertas y que se preparen para evacuar si es necesario. Imagínate, ya están inundadas algunas calles en Kingston, la capital, gracias a las primeras lluvias. Que le entiendan los del gobierno, pa’ eso estamos, pa’ cuidar del pueblo, ¡diay!
Lo más preocupante es lo que le puede pasar a Haití. Esa país siempre anda batallando, y ahora esto encima. Los expertos dicen que pueden haber inundaciones catastróficas, deslizamientos de tierra y que comunidades enteras se van a quedar aisladas por mucho tiempo. ¡Una carga!, realmente es duro ver cómo sufren esas gentes. Esperemos que puedan resistir y salir adelante pronto.
Y hablando de resistencia, recordemos que el huracán Beryl nos dio un sustazo hace poquito, a principios de julio, y dejó daños bastante serios en Jamaica. Por suerte, esta vez parece que tienen más tiempo para prepararse, aunque nunca sabes con estos fenómenos naturales... son impredecibles, como el clima político de Costa Rica, ¡ja ja!
Esta es la décimotercera tormenta de la temporada en el Atlántico, y vamos camino a tener un año de huracanes bastante movido. Según los pronósticos, todavía faltan meses de tensión y preocupación. Hay que mantenerse informados, seguir las indicaciones de las autoridades y, sobre todo, cuidarnos unos a otros. Un maelstro para cualquiera andar pensando en estas cosas, pero bueno, tenemos que asumirlo como parte de la vida en el Caribe.
Ahora, viendo el panorama general, es importante recordar que la prevención es clave. Reforzar las casas, limpiar desagües, tener provisiones básicas... todas esas cositas que muchos descuidamos hasta que es demasiado tarde. Las autoridades deberían estar invirtiendo más en educación y preparación para estos casos, pero a veces parece que no aprendemos la lección, ¿verdad?
En fin, Melissa viene con malas ondas y hay que tomarla en serio. Estamos rezando porque baje de intensidad y no haga mucho daño a nadie. Pero ante todo, estoy pensando... ¿Creéis que el gobierno debería invertir en sistemas de alerta temprana más sofisticados y accesibles para toda la población, o creen que la responsabilidad recae principalmente en la autoprotección de cada hogar?