¡Ay, Dios mío! Aquí seguimos, con elecciones a la vuelta de la esquina y Natalia Díaz echándole ganas. Esta vez, la candidata de Unidos Podemos llegó a Pococí con un plan que suena ambicioso, vamos, casi como película de Hollywood: rescatar a la juventud invertiendo en el INA y en el mundo del arte. Varios van a decir '¡Otra promesa!’ pero bueno, hay que darle crédito aunque sea por intentarlo.
La verdad, la cosa está fea. Ya todos sabemos que la inseguridad nos tiene agarrados de sopas y muchos jóvenes, lamentablemente, se están perdiendo en malos pasos. Díaz parece entender eso y quiere atacar el problema desde la raíz, dejando claro que “una cosa es seguridad y otra es justicia”. No basta con mandar más policía, dice ella, hay que crear oportunidades, abrirle espacio a los muchachos para que tengan qué hacer aparte de meterse en problemas.
En su discurso, lleno de entusiasmo, prometió un INA revitalizado, que realmente responda a las necesidades del mercado laboral. Imaginen, un INA donde puedas aprender un oficio que te sirva de verdad, que te dé para pagar las cuentas y salir adelante. Eso sí sería una chivatonería. Y no solo eso, sino que también quiere apoyar a los artistas, porque reconoce que el talento tico necesita una oportunidad, unos escenarios, unos recursos para florecer. Dice que el artista promedio anda luchando contra la informalidad, viviendo con el sustento de un día para otro. ¡Qué brete!
“El Estado no debe ser un obstáculo”, recalcó durante el evento, que por cierto, tuvo ambiente de festival con la Asociación Folclórica Oro Verde y la banda rítmica de Guápiles poniendo el ambiente. Un buen mix entre política y cultura, pa’ mantener el público prendido. Uno se acuerda de mis tiempos de estudiante, tratando de armar proyectos culturales con monedas de bolsa... ¡Qué sal!
La propuesta de un régimen especial para los artistas suena interesante, la verdad. Que les den facilidades para acceder a la seguridad social, a créditos blandos, a todo lo que necesiten para dedicarse al arte dignamente. Muchos artistas talentosos se han ido al extranjero por falta de apoyo aquí, y eso nos quita riqueza cultural, ¿entienden?
Ahora bien, la pregunta que ronda por ahí es: ¿Será posible todo esto? El INA siempre ha tenido sus problemas, la burocracia es terrible y los presupuestos a veces no alcanzan. Y el sector cultural, pues ya saben, siempre ha sido difícil de organizar y coordinar. Pero bueno, si Díaz llega a la Presidencia, tendrá que ponerle toda la pata y demostrar que puede hacerlo. De todas formas, es importante que se le dé atención a estos temas, porque la juventud es nuestro futuro.
Y hablando de futuro, no podemos olvidar que la economía juega un papel fundamental. Si no creamos empleos, si no generamos riqueza, si no impulsamos el emprendimiento, los jóvenes no tendrán dónde meter las manos. Por eso, Díaz insiste en que hay que liberar las fuerzas productivas, quitarle trabas a los negocios, facilitar la inversión extranjera… En fin, cosas que ya hemos escuchado antes, pero que nunca vienen mal recordarnos.
Así que, amigos y amigas, ¿creen que el plan de Natalia Díaz tiene posibilidades reales de funcionar? ¿Será capaz de transformar el INA y el sector cultural en herramientas de inclusión social y combate a la delincuencia? O simplemente será más una arepa voladora electoral? Déjenme sus opiniones en los comentarios, quiero saber qué piensan ustedes sobre este tema tan importante. ¡Vamos a debatirlo con candela!
La verdad, la cosa está fea. Ya todos sabemos que la inseguridad nos tiene agarrados de sopas y muchos jóvenes, lamentablemente, se están perdiendo en malos pasos. Díaz parece entender eso y quiere atacar el problema desde la raíz, dejando claro que “una cosa es seguridad y otra es justicia”. No basta con mandar más policía, dice ella, hay que crear oportunidades, abrirle espacio a los muchachos para que tengan qué hacer aparte de meterse en problemas.
En su discurso, lleno de entusiasmo, prometió un INA revitalizado, que realmente responda a las necesidades del mercado laboral. Imaginen, un INA donde puedas aprender un oficio que te sirva de verdad, que te dé para pagar las cuentas y salir adelante. Eso sí sería una chivatonería. Y no solo eso, sino que también quiere apoyar a los artistas, porque reconoce que el talento tico necesita una oportunidad, unos escenarios, unos recursos para florecer. Dice que el artista promedio anda luchando contra la informalidad, viviendo con el sustento de un día para otro. ¡Qué brete!
“El Estado no debe ser un obstáculo”, recalcó durante el evento, que por cierto, tuvo ambiente de festival con la Asociación Folclórica Oro Verde y la banda rítmica de Guápiles poniendo el ambiente. Un buen mix entre política y cultura, pa’ mantener el público prendido. Uno se acuerda de mis tiempos de estudiante, tratando de armar proyectos culturales con monedas de bolsa... ¡Qué sal!
La propuesta de un régimen especial para los artistas suena interesante, la verdad. Que les den facilidades para acceder a la seguridad social, a créditos blandos, a todo lo que necesiten para dedicarse al arte dignamente. Muchos artistas talentosos se han ido al extranjero por falta de apoyo aquí, y eso nos quita riqueza cultural, ¿entienden?
Ahora bien, la pregunta que ronda por ahí es: ¿Será posible todo esto? El INA siempre ha tenido sus problemas, la burocracia es terrible y los presupuestos a veces no alcanzan. Y el sector cultural, pues ya saben, siempre ha sido difícil de organizar y coordinar. Pero bueno, si Díaz llega a la Presidencia, tendrá que ponerle toda la pata y demostrar que puede hacerlo. De todas formas, es importante que se le dé atención a estos temas, porque la juventud es nuestro futuro.
Y hablando de futuro, no podemos olvidar que la economía juega un papel fundamental. Si no creamos empleos, si no generamos riqueza, si no impulsamos el emprendimiento, los jóvenes no tendrán dónde meter las manos. Por eso, Díaz insiste en que hay que liberar las fuerzas productivas, quitarle trabas a los negocios, facilitar la inversión extranjera… En fin, cosas que ya hemos escuchado antes, pero que nunca vienen mal recordarnos.
Así que, amigos y amigas, ¿creen que el plan de Natalia Díaz tiene posibilidades reales de funcionar? ¿Será capaz de transformar el INA y el sector cultural en herramientas de inclusión social y combate a la delincuencia? O simplemente será más una arepa voladora electoral? Déjenme sus opiniones en los comentarios, quiero saber qué piensan ustedes sobre este tema tan importante. ¡Vamos a debatirlo con candela!
