¡Ay, Dios mío, qué cosa más rara! Resulta que nuestros amigos de la NASA y otros laboratorios allá afuera andan diciendo que el universo, nuestro hogar cósmico, se está poniendo más frío que un invierno en Monteverde. Ya saben, esa vaina que uno espera desde niño para ir a ver la nieve... pues igual, pero a escala galáctica. Parece que la producción de estrellas va bajando, y eso sí que da que pensar, chunches.
La onda es que los astrónomos llevan tiempo notando que las estrellas que nacen ya no son tantas como antes. Imagínense, el universo tiene alrededor de siete quintillones de estrellas – ¡una cifra que te retuerce la cabeza! Pero aunque haya muchísimas, las nuevas no salen al mismo ritmo que antes. Esto no quiere decir que se acabaron las estrellas, claro, todavía quedan unas cuantas por salir, pero la cosa está cambiando, mándale duro.
Como les digo, esto viene de atrás. Los científicos llevan rato midiendo estas vainas y viendo que la cosa va en descenso. Se dice que el universo tiene unos 13.800 millones de años, ¡una eternidad!, y que las primeras estrellas se formaron poquito después del Big Bang – la explosión gigante que dio origen a todo. De hecho, el telescopio James Webb, ese aparatito bien bacano, encontró unas estrellas súper antiguas, casi de la época del Big Bang, ¡qué diay!
Lo que pasa es que las estrellas no nacen así nomás. Necesitan nubes inmensas de polvo cósmico, esas se llaman nebulosas. En esas nubes, la gravedad empieza a juntar todo el material, el gas se calienta, y pum, nace una protoestrella. Después esa protoestrella se alimenta de más material hasta convertirse en una estrella de verdad, brillando toda la luz. La mayoría de las estrellas, incluyendo nuestro propio Sol, pasan la mayor parte de su vida quemando hidrógeno para convertirlo en helio, ¡ese es el truco!
Dicen que el 90% de las estrellas del universo están en esa etapa de “secuencia principal”, como si estuvieran echando brete, quemando combustible y brillando con toda su fuerza. Estas estrellas pueden variar mucho en tamaño, algunas son más chicas que nuestro Sol y otras son gigantescas, ¡unas 200 veces más grandes! Pero, como todo en la vida, llega un momento en que se les acaba el combustible y empiezan a cambiar, a envejecer, a irse por la badén.
Algunas estrellas, como nuestro Sol, simplemente se van apagando lentamente, a lo largo de miles de millones de años. Otras, las más grandes y poderosas, terminan su vida en una explosión espectacular llamada supernova. ¡Imagínense la potencia de una cosa así! Es como si toda la energía acumulada durante millones de años se liberara de golpe, ¡qué bomba! Según estudios recientes, el 95% de las estrellas que alguna vez existieron ya han nacido. Ya vivimos en un universo donde las estrellas viejas dominan, bretes de otra época, ¿me entienden?
Douglas Scott, un brucito de la Universidad de British Columbia, junto con su equipo, analizaron datos de varios telescopios, incluyendo Euclides y Herschel, y llegaron a la conclusión de que el universo ya pasó su “mediodía cósmico”, esa época en la que echaba chimelicias de estrellas a montón. Lo que encontraron es que las galaxias están generando menos estrellas, y además, las estrellas que están naciendo son más frías, menos cargadas, dando señales de que la fiesta cósmica se está atenuando. Dicen que dentro de unos 10 a 100 mil millones de años, todavía quedarán algunas estrellas por nacer, pero después... silencio. Una Gran Helada universal, pura oscuridad y frío.
Así que, mis queridos foreros, la próxima vez que miren al cielo estrellado, aprovechen la oportunidad. Porque aunque parezca mentira, estamos viviendo en una época privilegiada. Al final, el universo nos regala este espectáculo antes de que todo se enfríe y se apague para siempre. ¿Ustedes creen que deberíamos empezar a prepararnos mentalmente para un futuro oscuro, o que aún hay esperanza de que el universo nos sorprenda con alguna vaina nueva?
La onda es que los astrónomos llevan tiempo notando que las estrellas que nacen ya no son tantas como antes. Imagínense, el universo tiene alrededor de siete quintillones de estrellas – ¡una cifra que te retuerce la cabeza! Pero aunque haya muchísimas, las nuevas no salen al mismo ritmo que antes. Esto no quiere decir que se acabaron las estrellas, claro, todavía quedan unas cuantas por salir, pero la cosa está cambiando, mándale duro.
Como les digo, esto viene de atrás. Los científicos llevan rato midiendo estas vainas y viendo que la cosa va en descenso. Se dice que el universo tiene unos 13.800 millones de años, ¡una eternidad!, y que las primeras estrellas se formaron poquito después del Big Bang – la explosión gigante que dio origen a todo. De hecho, el telescopio James Webb, ese aparatito bien bacano, encontró unas estrellas súper antiguas, casi de la época del Big Bang, ¡qué diay!
Lo que pasa es que las estrellas no nacen así nomás. Necesitan nubes inmensas de polvo cósmico, esas se llaman nebulosas. En esas nubes, la gravedad empieza a juntar todo el material, el gas se calienta, y pum, nace una protoestrella. Después esa protoestrella se alimenta de más material hasta convertirse en una estrella de verdad, brillando toda la luz. La mayoría de las estrellas, incluyendo nuestro propio Sol, pasan la mayor parte de su vida quemando hidrógeno para convertirlo en helio, ¡ese es el truco!
Dicen que el 90% de las estrellas del universo están en esa etapa de “secuencia principal”, como si estuvieran echando brete, quemando combustible y brillando con toda su fuerza. Estas estrellas pueden variar mucho en tamaño, algunas son más chicas que nuestro Sol y otras son gigantescas, ¡unas 200 veces más grandes! Pero, como todo en la vida, llega un momento en que se les acaba el combustible y empiezan a cambiar, a envejecer, a irse por la badén.
Algunas estrellas, como nuestro Sol, simplemente se van apagando lentamente, a lo largo de miles de millones de años. Otras, las más grandes y poderosas, terminan su vida en una explosión espectacular llamada supernova. ¡Imagínense la potencia de una cosa así! Es como si toda la energía acumulada durante millones de años se liberara de golpe, ¡qué bomba! Según estudios recientes, el 95% de las estrellas que alguna vez existieron ya han nacido. Ya vivimos en un universo donde las estrellas viejas dominan, bretes de otra época, ¿me entienden?
Douglas Scott, un brucito de la Universidad de British Columbia, junto con su equipo, analizaron datos de varios telescopios, incluyendo Euclides y Herschel, y llegaron a la conclusión de que el universo ya pasó su “mediodía cósmico”, esa época en la que echaba chimelicias de estrellas a montón. Lo que encontraron es que las galaxias están generando menos estrellas, y además, las estrellas que están naciendo son más frías, menos cargadas, dando señales de que la fiesta cósmica se está atenuando. Dicen que dentro de unos 10 a 100 mil millones de años, todavía quedarán algunas estrellas por nacer, pero después... silencio. Una Gran Helada universal, pura oscuridad y frío.
Así que, mis queridos foreros, la próxima vez que miren al cielo estrellado, aprovechen la oportunidad. Porque aunque parezca mentira, estamos viviendo en una época privilegiada. Al final, el universo nos regala este espectáculo antes de que todo se enfríe y se apague para siempre. ¿Ustedes creen que deberíamos empezar a prepararnos mentalmente para un futuro oscuro, o que aún hay esperanza de que el universo nos sorprenda con alguna vaina nueva?