¡Ay, Dios mío! La cosa está fea allá en Estados Unidos. Resulta que la parálisis presupuestaria que llevan arrastrando meses parece que va a afectar directamente a millones de personas que dependen de la ayuda alimentaria. El gobierno de Trump, pa’ salir del apuro, anunció que van a tener que recortar prácticamente a la mitad la asistencia en noviembre. ¡Imagínate la bronca!
Según la agencia AFP, el gobierno estadounidense usará unos $4.650 millones de un fondo de emergencia pa’ seguir pagando parte del programa SNAP – el nombre elegante que le ponen a la ayuda alimentaria pública. Esto, dicen, apenas cubrirá alrededor del 50% de las necesidades de los hogares que califican. ¡Un bajón tremendo! Todo esto, claro, por culpa de la pelea entre demócratas y republicanos pa’ llegar a un acuerdo con el presupuesto.
El problema es que este tipo de situaciones siempre terminan afectando a la gente más vulnerable. Hablamos de unos 42 millones de estadounidenses que dependen de esta ayuda pa' poder llevarle comida a sus mesas. Ahora, con estos recortes, muchas familias se verán obligadas a apretarse aún más el cinturón. Ya saben cómo es: cuando las cosas andan duras, lo primero que se sacrifica es la comida.
Lo curioso de todo este rollo es que ni democratas ni republicanos han querido ceder. Se están echando la culpa el uno al otro por la crisis. El presidente Trump, en medio del embrollo, dijo que estaría dispuesto a destrabar los fondos si la justicia así lo decide, pero también lanzó indirectas diciendo que no quiere “que los estadounidenses pasen hambre”. Claro, fácil decirlo cuando uno vive en la Casa Blanca…
Pero no todo es juego de acusaciones. Hakeem Jeffries, el líder de los demócratas en la Cámara de Representantes, criticó duramente a Trump y a su partido, acusándolos de “instrumentalizar el hambre” pa’ lograr sus objetivos políticos. ¡Qué sal! Parece que la política americana anda más hecha un relajo que un brete de construcción.
Y ojo, porque esto no es cualquier recorte. Un juez federal de Providence, en el noreste de Estados Unidos, había ordenado al gobierno utilizar esos fondos de emergencia para asegurar que el programa SNAP siguiera funcionando. Pero al parecer, el gobierno ha decidido ir por otro lado, buscando alternativas que resultan ser mucho menos efectivas. Parece que se fueron al traste las esperanzas de muchos.
Aquí en Costa Rica, aunque parezca lejano, este tipo de situaciones nos recuerdan lo importante que es tener políticas sociales sólidas y sostenibles. Que nadie piense que estar bien económicamente significa que todos estén igual de afortunados. Siempre habrá sectores de la población que necesitan apoyo, y es responsabilidad del Estado brindárselo. Después de todo, estamos hablando de gente que necesita comer para sobrevivir.
En fin, parece que la cosa está complicada allá en Estados Unidos. ¿Será que estos recortes en la ayuda alimentaria podrían generar protestas masivas o incluso inestabilidad social? ¿Crees que el gobierno de Trump encontrará una solución antes de que la situación empeore, o estamos frente a un panorama cada vez más oscuro para millones de familias americanas?
Según la agencia AFP, el gobierno estadounidense usará unos $4.650 millones de un fondo de emergencia pa’ seguir pagando parte del programa SNAP – el nombre elegante que le ponen a la ayuda alimentaria pública. Esto, dicen, apenas cubrirá alrededor del 50% de las necesidades de los hogares que califican. ¡Un bajón tremendo! Todo esto, claro, por culpa de la pelea entre demócratas y republicanos pa’ llegar a un acuerdo con el presupuesto.
El problema es que este tipo de situaciones siempre terminan afectando a la gente más vulnerable. Hablamos de unos 42 millones de estadounidenses que dependen de esta ayuda pa' poder llevarle comida a sus mesas. Ahora, con estos recortes, muchas familias se verán obligadas a apretarse aún más el cinturón. Ya saben cómo es: cuando las cosas andan duras, lo primero que se sacrifica es la comida.
Lo curioso de todo este rollo es que ni democratas ni republicanos han querido ceder. Se están echando la culpa el uno al otro por la crisis. El presidente Trump, en medio del embrollo, dijo que estaría dispuesto a destrabar los fondos si la justicia así lo decide, pero también lanzó indirectas diciendo que no quiere “que los estadounidenses pasen hambre”. Claro, fácil decirlo cuando uno vive en la Casa Blanca…
Pero no todo es juego de acusaciones. Hakeem Jeffries, el líder de los demócratas en la Cámara de Representantes, criticó duramente a Trump y a su partido, acusándolos de “instrumentalizar el hambre” pa’ lograr sus objetivos políticos. ¡Qué sal! Parece que la política americana anda más hecha un relajo que un brete de construcción.
Y ojo, porque esto no es cualquier recorte. Un juez federal de Providence, en el noreste de Estados Unidos, había ordenado al gobierno utilizar esos fondos de emergencia para asegurar que el programa SNAP siguiera funcionando. Pero al parecer, el gobierno ha decidido ir por otro lado, buscando alternativas que resultan ser mucho menos efectivas. Parece que se fueron al traste las esperanzas de muchos.
Aquí en Costa Rica, aunque parezca lejano, este tipo de situaciones nos recuerdan lo importante que es tener políticas sociales sólidas y sostenibles. Que nadie piense que estar bien económicamente significa que todos estén igual de afortunados. Siempre habrá sectores de la población que necesitan apoyo, y es responsabilidad del Estado brindárselo. Después de todo, estamos hablando de gente que necesita comer para sobrevivir.
En fin, parece que la cosa está complicada allá en Estados Unidos. ¿Será que estos recortes en la ayuda alimentaria podrían generar protestas masivas o incluso inestabilidad social? ¿Crees que el gobierno de Trump encontrará una solución antes de que la situación empeore, o estamos frente a un panorama cada vez más oscuro para millones de familias americanas?
