¡Ay, Dios mío! Este 24 de diciembre nadie se salvó. Mientras todos estábamos disfrutando de la cena de Navidad, ahí en Parrita pasó una bronca que te fría la sangre. Tres personas perdieron la vida y otras cinco quedaron hechas puré, incluyendo una nena inocente. La cosa ocurrió atrás de la clínica del Seguro Social, en medio de festejos familiares, y de repente… ¡pum! Un ataque armado que dejó a todos temblando.
Según fuentes judiciales, llegaron dos tipos en moto, uno salió corriendo y empezó a dispararle a diestra y siniestra a la gente que andaba reunida. Se habla de varios rounds, una descarga bien potente. Los cuerpos de seguridad respondieron rápido, claro, pero ya era demasiado tarde; tres almas habían partido de este mundo y varias familias estaban sufriendo un golpe durísimo. Ambulancias corrieron para trasladar a los heridos a centros médicos, con la esperanza de que todos superen esto pronto.
Lo que más preocupa a los vecinos es que preliminarmente parece que los pistoleros iban buscando a una persona en específico. Parece que iban por “Machillo”, así le decían a uno de los fallecidos. Pero, lamentablemente, los otros dos – uno de apellido Rojas – cayeron en la refriega, convirtiéndose en víctimas colaterales de una guerra que no les tocaba. ¡Imagínate! Estaban cenando pacificamente con sus familias y terminan así... Una verdadera tragedia nacional.
Las autoridades del OIJ han estado trabajando sin parar desde la noche del incidente. Agentes de la Sección de Inspecciones Oculares y Recolección de Indicios (SIORI) estuvieron recogiendo casquillos y evidencias en el lugar de la escena por horas. Hasta donde sabemos, todavía no han capturado a los responsables, esos maleantes que le arruinaron la Navidad a tanta gente. Ahora, la investigación está a cargo de la oficina del OIJ de Quepos, así que esperemos que agarren a estos delincuentes pronto y que paguen por lo que hicieron.
Y hablando de operativos, la Fuerza Pública desplegó un amplio patrullaje por toda la zona tras el hecho. Querían pillar a los sospechosos, pero no lograron nada hasta el momento. Hay mucho nerviosismo en el pueblo, la gente anda preocupada porque quién sabe cuándo volverán a aparecer estos vándalos. Muchos se preguntan qué está pasando en Parrita, si hay algo turbio de fondo, si alguien quería mandar un mensaje… Ya saben, la típica cosa de “ajuste de cuentas” que tanto vemos en las noticias.
Algunos dicen que “Machillo” tenía problemas con gente peligrosa, que andaba metido en cosas que no debiera. Otros señalan viejas rencillas entre grupos criminales que operan en la zona. La verdad es que aún es muy temprano para saberlo con certeza. Lo único claro es que este atentado nos demuestra una vez más la violencia que azota nuestro país, incluso en fechas tan sagradas como la Navidad. ¡Qué pena, pura pena!
Desde el gobierno han prometido reforzar la seguridad en la región y ofrecer toda la colaboración necesaria para esclarecer el caso. Han dicho que no descansarán hasta encontrar a los culpables y llevarlos ante la justicia. Pero, siendo sinceros, ¿cuánto tiempo tomará? ¿Será que realmente vamos a ver resultados tangibles en cuanto a la reducción de la delincuencia? Esa es la gran pregunta que se hacen muchos ciudadanos.
Este incidente nos obliga a reflexionar sobre la creciente inseguridad que vivimos en Costa Rica. ¿Estamos haciendo lo suficiente para proteger a nuestras comunidades? ¿Es posible erradicar la violencia sin atacar las causas profundas del problema, como la desigualdad social y la falta de oportunidades? Y luego, ¿cree usted que la respuesta a este tipo de tragedias radica en endurecer las penas para los delincuentes o en invertir más recursos en programas sociales y educativos?
Según fuentes judiciales, llegaron dos tipos en moto, uno salió corriendo y empezó a dispararle a diestra y siniestra a la gente que andaba reunida. Se habla de varios rounds, una descarga bien potente. Los cuerpos de seguridad respondieron rápido, claro, pero ya era demasiado tarde; tres almas habían partido de este mundo y varias familias estaban sufriendo un golpe durísimo. Ambulancias corrieron para trasladar a los heridos a centros médicos, con la esperanza de que todos superen esto pronto.
Lo que más preocupa a los vecinos es que preliminarmente parece que los pistoleros iban buscando a una persona en específico. Parece que iban por “Machillo”, así le decían a uno de los fallecidos. Pero, lamentablemente, los otros dos – uno de apellido Rojas – cayeron en la refriega, convirtiéndose en víctimas colaterales de una guerra que no les tocaba. ¡Imagínate! Estaban cenando pacificamente con sus familias y terminan así... Una verdadera tragedia nacional.
Las autoridades del OIJ han estado trabajando sin parar desde la noche del incidente. Agentes de la Sección de Inspecciones Oculares y Recolección de Indicios (SIORI) estuvieron recogiendo casquillos y evidencias en el lugar de la escena por horas. Hasta donde sabemos, todavía no han capturado a los responsables, esos maleantes que le arruinaron la Navidad a tanta gente. Ahora, la investigación está a cargo de la oficina del OIJ de Quepos, así que esperemos que agarren a estos delincuentes pronto y que paguen por lo que hicieron.
Y hablando de operativos, la Fuerza Pública desplegó un amplio patrullaje por toda la zona tras el hecho. Querían pillar a los sospechosos, pero no lograron nada hasta el momento. Hay mucho nerviosismo en el pueblo, la gente anda preocupada porque quién sabe cuándo volverán a aparecer estos vándalos. Muchos se preguntan qué está pasando en Parrita, si hay algo turbio de fondo, si alguien quería mandar un mensaje… Ya saben, la típica cosa de “ajuste de cuentas” que tanto vemos en las noticias.
Algunos dicen que “Machillo” tenía problemas con gente peligrosa, que andaba metido en cosas que no debiera. Otros señalan viejas rencillas entre grupos criminales que operan en la zona. La verdad es que aún es muy temprano para saberlo con certeza. Lo único claro es que este atentado nos demuestra una vez más la violencia que azota nuestro país, incluso en fechas tan sagradas como la Navidad. ¡Qué pena, pura pena!
Desde el gobierno han prometido reforzar la seguridad en la región y ofrecer toda la colaboración necesaria para esclarecer el caso. Han dicho que no descansarán hasta encontrar a los culpables y llevarlos ante la justicia. Pero, siendo sinceros, ¿cuánto tiempo tomará? ¿Será que realmente vamos a ver resultados tangibles en cuanto a la reducción de la delincuencia? Esa es la gran pregunta que se hacen muchos ciudadanos.
Este incidente nos obliga a reflexionar sobre la creciente inseguridad que vivimos en Costa Rica. ¿Estamos haciendo lo suficiente para proteger a nuestras comunidades? ¿Es posible erradicar la violencia sin atacar las causas profundas del problema, como la desigualdad social y la falta de oportunidades? Y luego, ¿cree usted que la respuesta a este tipo de tragedias radica en endurecer las penas para los delincuentes o en invertir más recursos en programas sociales y educativos?
